Hijo de Tabaré Vázquez candidato a diputado

Una de las novedades en las listas frenteamplistas en estas elecciones es la inclusión de Álvaro Vázquez Delgado, hijo de Tabaré Vázquez y María Auxiliadora Delgado.

Vázquez Delgado es candidato a diputado por el Partido Demócrata Cristiano, en la lista 99738. Es médico oncólogo, tiene un máster en dirección de empresas de salud y además es licenciado en teología por la Facultad de Teología Monseñor Mariano Soler.

Tuvo una participación destacada en el procesamiento del padre Adolfo Antelo, el eclesiástico procesado en 1996 por abusos sexuales. Vázquez Delgado, que por entonces tenía 29 años, denunció en un informe de la revista Tres las golpizas que Antelo daba a los fieles de la comunidad Jerusalén-Misioneras de Cristo Resucitado, que él integraba.

En la edición de hoy de La República, el candidato a diputado asegura que "Uruguay ha cambiado radicalmente para mejor desde que llegó el Frente Amplio al gobierno".

"Vivimos en otro país desde el 2005 a la fecha", evalúa en la entrevista con La República. "Los gobiernos de Tabaré y Mujica han sido estructuralmente revolucionarios; se trabajó con inteligencia, con esfuerzo, con visión de futuro. Por otro lado, no existe en el país un proyecto alternativo que mejore la propuesta del FA", agregó.

El oncólogo destaca los avances en la salud en estos dos gobiernos pero llamó a enfocarse en la gestión de todos los servicios de salud, públicos o privados.

Sobre el Partido Demócrata Cristiano, explica: "No somos una organización confesional aunque obviamente la gran mayoría somos cristianos. Pero también hay compañeros ateos, agnósticos, etcétera. Creo que el elemento central es el pensamiento humanista cristiano y sus valores los que atraen. El otro día me preguntaba y al mismo tiempo me respondía: ¿Qué anima a todo este movimiento de gente? Precisamente que somos una organización con una identidad muy fuerte desde el punto de vista ideológico, fundadora del Frente Amplio y con una vocación de servicio que a uno le genera un entusiasmo especial. Es lo que llamamos ‘la Mística Demócrata Cristiana'".