Un ciudadano estadounidense que se mudó a Rusia para “escapar del wokismo” terminó enrolado en el ejército ruso y fue enviado al frente de guerra, pese a que se le había prometido un rol no combatiente.
Según informó The Daily Beast, Derek Huffman, de 46 años y oriundo de Texas, se había instalado junto a su esposa e hijos en una aldea cercana a Moscú con la esperanza de obtener la ciudadanía rusa y criar a su familia bajo lo que él consideraba “valores tradicionales”.
Su esposa, DeAnna Huffman, denunció en un video —ya eliminado de YouTube— que su marido fue “engañado” durante el proceso de reclutamiento. Según relató, a Huffman le habían asegurado que trabajaría como corresponsal o soldador, sin entrar en combate. Sin embargo, tras un mes sin recibir salario y con un entrenamiento impartido en ruso —idioma que no domina—, fue informado de que sería desplegado en la zona de conflicto en Ucrania.
“Él siente que lo están tirando a los lobos”, dijo DeAnna en el video, en el que pidió oraciones por su esposo. “Cuando te enseñan en un idioma que no entendés, ¿realmente te están enseñando algo? No. Así que ahora está teniendo que apoyarse en la fe, como todos nosotros”.
Huffman se alistó en el ejército ruso como una forma de acelerar su proceso de nacionalización y, según dijo a medios estatales rusos, para “ganarse” un lugar en la sociedad. “A diferencia de los migrantes en Estados Unidos, que llegan sin más, no se asimilan y quieren beneficios gratuitos, yo quiero ganarme el respeto aquí arriesgando mi vida por nuestro nuevo país”, afirmó.
El proyecto migratorio que llevó a la familia a Rusia fue impulsado por el bloguero estadounidense Tim Kirby, radicado en ese país desde hace dos décadas. Su objetivo era atraer a familias conservadoras de Estados Unidos disconformes con el rumbo social y cultural de su país. No obstante, el programa fracasó: hasta ahora, solo dos familias —entre ellas los Huffman— se han mudado.
El traslado fue total: Huffman llevó a su esposa, a sus tres hijas y a su perro a vivir a Rusia. Sus tres hijos de matrimonios anteriores permanecieron en Estados Unidos. La admiración por Rusia, según explicó la familia, nació tras un viaje de luna de miel a Moscú. “La ciudad nos encantó con su historia, su cultura vibrante y su atmósfera acogedora”, contó DeAnna en una entrevista con RIA Novosti.
Pese a que Huffman se alistó de forma voluntaria, su esposa insiste en que fue víctima de un engaño y que no se le dio la información completa. “Le dijeron que no lo enviarían directamente al frente y que recibiría entrenamiento por dos semanas. Pero ahora le están dando solo una semana más, cerca del frente, antes de mandarlo a combatir”, afirmó.
La participación de extranjeros en el ejército ruso ha crecido desde que comenzó la invasión a Ucrania en 2022. Aunque no es habitual que se envíe a soldados sin experiencia previa a la línea de fuego, las bajas acumuladas han llevado a cambios en las condiciones de reclutamiento.
Según cifras recientes del gobierno ucraniano, más de un millón de soldados rusos han muerto en los combates, que siguen activos pese a los llamados de paz del presidente estadounidense Donald Trump.
DeAnna, lejos de sorprenderse por la decisión de su esposo, dijo que era coherente con su carácter: “Siempre hablaba con admiración del país, de su presidente y de su gente. Tiene una pasión por hacer lo correcto”. Sin embargo, ahora teme por su vida.