Francia atraviesa un momento de fuerte inestabilidad política y económica tras la inminente dimisión del primer ministro François Bayrou, cuyo gobierno fue derribado en el Parlamento este lunes. La caída, la segunda en apenas nueve meses, agrava la crisis de gobernabilidad y llega en vísperas de una serie de protestas nacionales y de una revisión crucial de la deuda soberana por parte de Fitch.
El detonante fue el proyecto de presupuestos para 2026, que incluía recortes por 44.000 millones de euros y la supresión de dos días feriados. El plan generó rechazo social y parlamentario, sellando la suerte de Bayrou y dejando al presidente Emmanuel Macron ante el desafío de designar rápidamente un sucesor para evitar un vacío de poder.
Sucesión complicada en una Asamblea fragmentada
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, urgió a Macron a nombrar “muy rápidamente un primer ministro” para garantizar la estabilidad y el orden público. Sin embargo, la tarea es compleja: desde las elecciones legislativas anticipadas de 2024, la Asamblea Nacional quedó dividida en tres bloques —izquierda, centroderecha y ultraderecha— sin mayorías estables.
El nombre que más suena en los pasillos del Elíseo es el del ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, cercano a Macron y ya considerado en anteriores relevos. La izquierda, que ganó los comicios de 2024, exige en cambio un gobierno propio, con medidas como la suspensión de la reforma de las pensiones de 2023 y un aumento de impuestos a grandes fortunas, propuestas que chocan frontalmente con el oficialismo.
Protestas y paralización en ciernes
El miércoles está previsto un día de movilización nacional bajo el lema “Bloqueemos todo”, convocado en redes sociales y apoyado por la izquierda radical. Las autoridades temen disturbios comparables a los de los “chalecos amarillos” (2018-2019), por lo que desplegarán 80.000 agentes en todo el país.
Los sindicatos también anunciaron una huelga masiva para el 18 de septiembre, lo que sugiere un mes de alta conflictividad social. En ciudades como Marsella ya se celebró la caída de Bayrou con concentraciones espontáneas, donde manifestantes denunciaron su plan de austeridad como un intento de “imponer sacrificios a espaldas de los franceses”.
Riesgo económico inmediato: la nota de Fitch
El viernes, la agencia Fitch revisará la calificación crediticia de Francia, actualmente en AA- con perspectiva negativa. La deuda pública ronda el 114% del PIB, la más alta de la UE después de Grecia e Italia, y el déficit alcanzó el 5,8% en 2024.
La incertidumbre ya impactó en los mercados: el rendimiento del bono francés a 10 años superó este martes al italiano, algo inédito en 15 años y visto como una señal de alarma. “Francia cayó en una nueva zona de turbulencias”, advirtió John Plassard, estratega de Cité Gestion Private Bank, quien no descarta una degradación inminente de la nota crediticia.
En base a AFP
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