Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

Un aficionado

Fingió su secuestro para sacarle dinero a su familia, pero le puso poco cerebro al plan

Ocurrió en Brasil. El hombre consiguió que pagaran un módico rescate, pero luego todo el proyecto se derrumbó.

29.12.2022 14:52

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2022-12-29T14:52:00-03:00
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Autoridades de Cuiabá, Mato Grosso, arrestaron esta semana a un hombre de 37 años, cuyo nombre no se divulgó, por haber organizado un “autosecuestro” con la complicidad de un amigo. El objetivo era extorsionar a su familia y sacarle dinero.

Según publica el portal noticioso UOL, la Policía Civil informó que el falso secuestro se produjo el domingo 25, cuando el hombre desapareció tras salir de la casa de un colega y subir a “un misterioso auto”.

Fingiendo su secuestro, envió mensajes a familiares llorando y diciendo que el secuestrador lo estaba agrediendo. Con modestas pretensiones, o quizá conocedor de la realidad económica de su parentela, el embaucador no puso alto precio a su propia vida. Por el contrario, dijo que la persona que lo tenía secuestrado exigía 1.500 reales (unos 11.370 pesos) a cambio de su liberación.

Desesperados, los familiares se comunicaron con las autoridades y presentaron una denuncia policial. Luego se pagó el monto estipulado por el supuesto criminal y poco más tarde el joven regresó a su residencia en el barrio Jardim Florianópolis.

Hasta ese momento, el plan del tramposo se había cumplido según lo previsto, pero ya se ha dicho que el diablo está en los detalles, y estos no resultaron ser su fuerte.

Cuando los policías lo interrogaron descubrieron que no presentaba ni un pequeño rasguño, a pesar de que en las comunicaciones durante su presunto secuestro dijo haber sido “brutalmente golpeado”.

Durante el interrogatorio surgieron numerosas inconsistencias en el relato del joven, hasta que la historia se vino abajo por completo y el hombre acabó por confesar que todo había sido un engaño.

De acuerdo con la citada crónica, el sujeto delató sin empacho a su cómplice, un amigo en cuya casa se quedó durante el apócrifo rapto. El adlátere, de 31 años, vio llegar a la policía a su domicilio y sospechó que el juego había terminado. Para evitar el inminente arresto no tuvo mejor idea que esconderse en el baño, donde los agentes lo encontraron sin dificultad.

Ahora, los estafadores chapuceros afrontan cargos y están a la espera de juicio.