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El después

Festejos en Argentina: un muerto y más de 30 heridos; Gobierno defendió el operativo

Alberto Fernández dijo que se trató de “una fiesta popular” como nunca se vio en el país, sin que se experimentasen “excesos” ni “abusos”.

21.12.2022 16:36

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2022-12-21T16:36:00-03:00
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Los festejos de ayer en Buenos Aires dejaron como saldo más de 30 heridos, tras el masivo recibimiento a la selección campeona del mundo, que congregó a cinco millones de personas en las calles de la capital argentina, según estiman medios del vecino país.

“Tuvimos 24 heridos, la mayoría por intoxicación alcohólica que los hacía caer de semáforos, luminarias y árboles. También hubo 4 particulares y 9 policías heridos cuando ese grupúsculo empañó el final, cuando los bomberos quisieron sacar a la gente que estaba en el Obelisco”, dijo el titular del Sistema de Atención Médica de Emergencia, Alberto Crescenti, en Radio Rivadavia.

Asimismo, confirmó la muerte de un joven durante los festejos del domingo, quien había resultado herido tras caer al vacío.

El Gobierno, en tanto, defendió el operativo desplegado en el transcurso de la caravana al considerar que se tomaron “las mejores decisiones para que no hubiera violencia institucional”.

En declaraciones a la prensa, el ministro argentino de Seguridad, Aníbal Fernández, reivindicó la decisión de sacar a los jugadores del autobús descapotable en el que estaban y transportarlos en helicóptero, en medio de las aglomeraciones que frenaron el avance del trayecto albiceleste.

“Nuestra vocación era el cuidado de los jugadores. Cuando llegó el momento, entendimos que no se podía avanzar y que era una locura seguir insistiendo sobre el mismo lugar; por eso tomamos la decisión de poner los helicópteros y que pudieran saludar a todo el pueblo”, apuntó.

Según el secretario de Estado, había dos formas de trasladar a los jugadores: tomar las avenidas que rodean la capital desde el oeste e ingresar al centro de la ciudad por el norte; o avanzar por la Avenida Riccheri, seguir por la autopista 25 de mayo y saludar al público al llegar a la 9 de Julio, al sur de Buenos Aires.

“El desborde de gente hace que cualquiera de esos planes fracase”, aseveró Fernández, y señaló que en todo momento se descartó el paso del ómnibus que trasladaba a los campeones por el Obelisco, epicentro de los festejos mundialistas.

“Lo que decidí fue que bajáramos en la escuela de cadetes [Villa Lugano, suroeste de Buenos Aires] y que pudiésemos subir a los helicópteros. Los jugadores accedieron gustosos, imagino que estarían fundidos”, afirmó el ministro.

Desencuentro

Durante las casi cinco horas que duró la travesía por tierra, el vehículo descapotable apenas recorrió 15 kilómetros de autopista, quedándose a medio camino del lugar en el que culminarían los festejos.

En Twitter, el presidente de la Asociación de Fútbol Argentina, Claudio Chiqui Tapia, cargó contra los organismos que escoltaban al ómnibus y aseguró que no les permitieron “saludar a la gente que estaba en el Obelisco”, al tiempo que agradeció la labor del titular de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni.

“Me importan un comino los tuits de Tapia”, disparó el ministro nacional de Seguridad. “Me llamó enojadísimo porque decía que lo habíamos traicionado, que ellos querían seguir con ese tema, y cuando él estaba diciendo eso Messi, De Paul y Di María ya estaban en el helicóptero de la Policía Federal”.

Los jugadores tampoco se encontraron con el presidente argentino, Alberto Fernández, pese a la instalación de un escenario en la Casa Rosada para recibir a la Albiceleste.

“Varios [jugadores] nos hicieron llegar que querían ir, y, algunos de ellos, cuando estábamos llevándolos a Ezeiza, decían que no descartaban volver en helicóptero a la Casa Rosada”, puntualizó el ministro.

Por su parte, el mandatario se mostró comprensivo con la decisión de la selección albiceleste de no visitar la Casa de Gobierno y afirmó que “para hablar con Messi y Scaloni siempre habrá tiempo”.

“Hoy leí en un diario que Alberto Fernández es el único presidente que no recibió a un equipo campeón mundial de fútbol, y puede ser; tal vez tenga que ver con esa decisión que tomé de no mezclar la política y el fútbol”, aseveró Fernández en una entrevista a Radio con Vos.

“Para hablar con Messi y con Scaloni siempre habrá tiempo, ahora el tiempo es de ellos. Creo que hay que dejar de pensar tanto en uno mismo; la selección no es mía, no es del Frente de Todos [coalición gobernante], ni de la oposición, es de todos”, agregó el mandatario.

“A mí no me importa no recibirlos si es que ellos estaban cansados y quieren hacer otra cosa. No estoy ofendido”, sostuvo el jefe de Estado, y aclaró que no habló con nadie del combinado nacional, salvo con el centrocampista Alejandro Papu Gómez, quien le envió un “mensaje cariñoso” por Instagram.

Respecto a los festejos, el presidente afirmó que se trató de “una fiesta popular” como nunca se ha visto en Argentina, sin que se experimentasen “excesos” ni “abusos”.

“Fue muy positivo, porque todo se hizo en un clima de mucha tranquilidad, armonía y paz. Celebré y disfruté mucho de ver a la gente disfrutar, que era lo que yo quería, después de un tiempo tan difícil como el que nos tocó pasar”, concluyó.

Con base en EFE