La central hidroeléctrica de Nueva Kajovka, ubicada a unos 60 kilómetros de la ciudad ucraniana de Jersón, fue destruida a raíz de una explosión, provocando el derrame del embalse contenido por la presa y la inundación de las zonas aledañas.

El nivel de agua en las cercanías asciende ya a más de 10 metros de altura, según informó EFE consignando a Vladímir Leontiev, alcalde impuesto por Moscú de la localidad de Nueva Kajovka, ocupada por Rusia hace 15 meses.

“El agua ha subido, sigue subiendo. Dentro de 72 horas, según las previsiones, bajará. La ciudad se está inundando, la avenida del Dniéper ya está bajo agua. Esto significa que el agua ha subido más de 10 metros”, dijo a los medios rusos Leontiev, según la agencia oficial TASS. Las autoridades rusas de la zona ocupada declararon el estado de emergencia.

Yo no fui, fue Teté

Ambos bandos de la guerra que hace más de un año ensombrece la región, Ucrania y Rusia, se acusan mutuamente de haber perpetrado el ataque a la presa.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, atribuyó la destrucción a una “detonación interna” provocada por las fuerzas rusas en la zona, que controlan la central.

“Esta noche a las 2.50 (hora local, 11.50 GMT del lunes), terroristas rusos han provocado la detonación interna de las estructuras de la Central Hidroeléctrica de Nueva Kajovka”, ha dicho Zelenski en su cuenta de Telegram tras reunir de urgencia a su Consejo de Seguridad para evaluar la situación.

El mandatario ordenó que se evacúen las zonas con mayor riesgo de inundación, en las que hay unas 80 localidades, pidió suministrar de agua potable a toda ciudad o pueblo que dependía de la presa y se comprometió a tomar “una serie de medidas internacionales y de seguridad para que Rusia pague por sus responsabilidades”. Calificó además el acto de “ataque terrorista”.

Unas 24 localidades ya se encuentran inundadas.

La consejera de la presidencia ucraniana Daria Zavirna ha afirmado en su cuenta de Telegram que Rusia “había planificado la voladura de la Central Hidroeléctrica de Kajovka mucho tiempo atrás”. Dijo que las autoridades de ocupación rusa elevaron al máximo el nivel del agua para intensificar la inundación resultante de la voladura de la presa.

Por su parte, Rusia negó las acusaciones del gobierno ucraniano y aseguró que se trata de un “sabotaje deliberado, planeado y organizado” por el “régimen de Kiev”, según afirmó el portavoz del gobierno de Vladimir Putin, Dmitri Peskov.

Peskov dijo que Kiev dio ese paso porque “no consigue sus objetivos” en el campo de batalla y expresó: “Sus operaciones ofensivas se están ahogando”.

Según Peskov, uno de los objetivos del ataque era también dejar sin agua a la península de Crimea, que sin embargo tiene por el momento suficientes reservas en sus embalses.

Por otra parte, el Comité de Instrucción (CI) ruso, informó que abrirá un caso penal por el “atentado terrorista” de la presa. El organismo culpa a Ucrania de las “acciones criminales”.

Crimea

Rusia aseguró hoy que las reservas de agua de los embalses de Crimea son suficientes, después de la ruptura de la presa en la vecina región sureña de Jersón, donde se origina el Canal de Crimea del Norte, que abastece con agua a la anexionada península ucraniana, aseguró hoy el gobernador, Serguéi Axiónov.

“No hay amenaza de inundaciones en Crimea. Sin embargo, existe el riesgo de que el Canal de Crimea del Norte se vuelva poco profundo”, escribió en su canal de Telegram.

Explicó que, en la actualidad, las reservas de agua en el canal son de unos 40 millones de metros cúbicos.

Los depósitos, incluso aquellos que antes se llenaban en entre un 15 % y 20 % están llenos en un 80 %, señaló.

“Se está trabajando para minimizar las pérdidas de agua en el canal”, aseguró Axiónov.

El Canal de Crimea del Norte, de más de 400 kilómetros de largo, se origina en el embalse de Kajovka, donde se encuentra la presa dañada, y se construyó entre 1961 y 1971 para proporcionar agua a las áreas secas de la región de Jersón y Crimea.

El canal, que Kiev bloqueó en 2014, fue desbloqueado por el Ejército ruso tras el inicio de la campaña militar cuando ocupó Jersón.

Aunque las tropas rusas se retiraron en otoño pasado del tercio norte de la provincia sureña, lograron mantener el control sobre la orilla izquierda, donde se encuentra la presa de Nueva Kajovka, y por tanto el control sobre el suministro de agua a Crimea.

Riesgo para Zaporiyia

El agua del río Dniéper y del embalse de Kajovka es también vital para el funcionamiento de la cercana planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y bajo constante peligro por los ataques bélicos.

El agua del embalse es necesaria para que la planta en la vecina región de Zaporiyia reciba electricidad para los condensadores de turbina y los sistemas de seguridad de la central, ocupada por las tropas rusas.

El estanque de enfriamiento de la central está lleno con un nivel de agua de 16,6 metros, lo que es suficiente para las necesidades de la planta, según la agencia nuclear ucraniana, Energoatom.

Los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que se encuentran en la central nuclear de Zaporiyia aseguraron este martes que “no hay riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta”.

También Rusia, que controla la planta atómica, afirmó que los riesgos para la central de Zaporiyia “son ahora mínimos”.

Según Renat Karchaa, asesor de la operadora rusa de las plantas nucleares, Rosenergoatom, recientemente hubo un “periodo alarmante”, cuando el nivel del agua en el embalse “estaba aumentando”, pero se tomaron “medidas para minimizar los riesgos”.