Con motivo de los 40 años del Golpe de Estado, el Semanario Hebreo realizó una cobertura especial de este histórico acontecimiento. Gentileza de la publicación, difundimos algunas de las entrevistas que componen este número especial.
En esta oportunidad compartimos las notas realizadas por Ana Jerozolimski a Matilde Rodríguez Larreta, viuda de Héctor Guitérrez Ruiz, y de Juan Raúl Ferreira.
MATILDE RODRÍGUEZ LARRETA
"TUVE QUE ASUMIR EL ROL DE SÍMBOLO"
P: Matilde, Uruguay conmemora este jueves 27 de junio 40 años del golpe de Estado y el comienzo de la dictadura militar...Me imagino que para usted esto es, ante todo, un recuerdo personal muy fuerte porque fue el comienzo de un período muy oscuro en el que luego, en 1976, fue asesinado su esposo, el Presidente de la Cámara de Representantes, Héctor Gutiérrez Ruiz, en Buenos Aires, junto al Senador Zelmar Michellini...
R: Sí, como todos los uruguayos sabía que comenzaba un período muy negro, desconocido para nuestra generación, con el agravante del hecho de que mi marido tuvo que exilarse "de la noche a la mañana" literalmente hablando. Y todo lo que supuso la ida a fin de año de toda la familia a Buenos Aires.
P: ¿Cuánto hacía que no lo veía o no hablaba con él?
R: Vivíamos todos juntos en el exilio en Buenos Aires. Fue hasta el año 76 una estadía amable, sin mayores problemas.
P: ¿Temía por él cuando se fue a Buenos Aires?
R: Teníamos el temor lógico de quien se siente perseguido por las autoridades de su propio país. Pero las cosas cambiaron desde el golpe de estado argentino en marzo del 76.
P: ¿Se logra separar el duelo personal de la situación difícil que vivía el país todo por la dictadura? Quizás no haya que intentar siquiera separar las dos cosas...pero debe ser difícil llevar un símbolo a cuestas para siempre...
R: Eso es todo un tema. El dolor de la familia amputada no se parece a nada. Pero sí, tuve que asumir casi permanentemente ese rol de símbolo y que fuera útil para las instancias de denuncia que sobrevinieron.
P: ¿Cómo fue su vida en la dictadura, antes y después del asesinato?
R: Antes del asesinato, como dije, convivíamos en Buenos Aires, yo visitaba Uruguay frecuentemente, traía los niños de vacaciones, mi padre estaba viejito y falleció en ese período. Después del asesinato, cuando vinimos a enterrarlo, ya nos quedamos mis hijos y yo en Montevideo. Ahí nos integramos a la vida de todos los uruguayos en aquel país tan gris y con tantas limitaciones.
P: ¿Temió alguna vez por su propia vida? El asesinato habrá hecho que todos se sientan más expuestos todavía seguramente..
R: Solamente durante el secuestro, sí pensé que me llevarían a mi también, pero desistieron ante mi resistencia. De vuelta en mi país, no tuve nunca ningún tipo de problema.
P: Le preguntaba antes sobre el duelo nacional y el particular..y me pregunto si le parece que todo Uruguay recuerda de la misma forma..¿Puede haber una memoria uniforme?
R: No, soy consciente que aún hoy, gente que se cree muy comprometida ni recuerda los hechos , o sus recuerdos son muy equívocos.
P: ¿Recuerda cómo se sintió cuando fue a votar en las primeras elecciones democráticas al terminar la dictadura?
R: Absolutamente, lo viví con mi familia como una fiesta democrática, así como en los episodios anteriores del proceso de democratización como el Plebiscito del 80 y las elecciones internas del 82.
Cinco años más tarde, en el 90, fui elegida diputada y no puedo olvidar la tarde en que se instalaba el gobierno, estaba tratando de llegar a la sede de la presidencia para el saludo protocolar y un soldado me dejó pasar y me hizo la venia. Fue una imagen muy fuerte..
P: ¿Sintió que realmente se terminaba o temía que algo fallara a último momento?
R: No, ya nada podía ir para atrás. La dictadura estaba en retirada.
P: ¿Cree que Uruguay se repuso totalmente de esos años trágicos?
R: Quedan secuelas pero se hace un proceso de recuperación a medida que el tiempo pasa.
P: Matilde, usted siempre ha sido identificada con la lucha por los derechos humanos y es miembro de la comisión encargada del tema, en el Partido Nacional. ¿No le parece que suele identificarse toda reivindicación relacionada a los derechos humanos con la izquierda y que se olvida a otros por el camino?
R: Ya no, pero por mucho tiempo se creyó que los sufrimientos provocados por la dictadura eran monopolio de la izquierda.
P. Aunque el tema hoy son los 40 años del golpe de Estado en Uruguay, dado que esta entrevista saldrá publicada en "Semanario Hebreo", no puedo dejar de destacar su cercanía a la colectividad judía del Uruguay, su posicionamiento público en respeto de las víctimas del Holocausto y en condena a quienes niegan que la Shoá ocurrió..¿Ve un hilo conductor entre estas posturas y su condición de defensora de los derechos humanos en Uruguay? O sea... ¿ambas cosas van de la mano?
R: Sí absolutamente. Además de mis convicciones que se han demostrado en distintas acciones, pertenezco a una familia criolla muy identificada en la lucha contra el nazismo. Yo nací en 1941, en plena guerra y crecí en ese ambiente. Además, sería moda de la época pero de hecho me llamo Matilde Esther, mi madre se llamaba Sarah y otras tías Martha y Dorah.
P: Qué interesante esto que me cuenta ..Y algo me dice que no será tanto por una moda de la época.....Matilde ¿qué le diría a su esposo, si pudiera, sobre cómo está Uruguay 40 años después del golpe... a 37 de su asesinato?
R: Yo recordé mucho a mi marido cuando me tocó votar en el Parlamento el tratado de Asunción cuando se creó el MERCOSUR. A él le gustaría saber que hay un camino de integración regional, con tropiezos pero camino al fin. Pero le comentaría como esta sociedad actual ha olvidado los valores en los que nos criamos, lo difícil que resulta esa batalla y que por momento la siento perdida. El tenía una óptica social que era más fuerte aún que la política.
JUAN RAÚL FERREIRA
"LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD NO PRESCRIBEN"
P: Juan Raúl, estamos publicando en este número especial tu detallado y elocuente relato sobre lo que precedió y sucedió inmediatamente al golpe, en lo relativo a tus padres, la partida de Uruguay el comienzo del exilio. A pesar de ello te pedí quitarte un tiempo con esta entrevista porque si uno lo lee con otros nombres, puede decir ¡qué aventuras! Y quizás hasta emocionarse... En aquel momento ¿captabas que era el comienzo de una pesadilla que duraría tantos años?
R: No. Estábamos shockeados por un hecho que por más que era ya previsible uno nunca cree que va a llegar. Mucho dolor, mucha rabia, muchas ganas de luchar. Pero esa noche no era consciente de la era que se venía. Teníamos muchas ganas de luchar. Y lo hicimos durante 12 años... pero aquella noche pensábamos que era un temas más corto y menos doloroso de lo que fue.
P: ¿Cómo fue tu vida en lo personal durante aquellos años, en distintos países...fuera de Uruguay? Recordanos por favor cuánto sí estuviste en Uruguay...cuáles fueron tus vueltas durante la dictadura...
R: Yo me quedé hasta el año 75. Me detuvieron 8 veces, la última, fue más complicada.. Ahí me fui a Buenos Aires, donde me tocó vivir el secuestro y asesinato de Toba y Zelmar. Había estado con ellos esa misma noche. Logramos salvarnos con mi padre, invitamos a venir con nosotros al Gral. Torres ex Presidente de Bolivia, quien declinó diciendo "a mí no me va a pasar nada porque soy militar". En plena conferencia de prensa en Paris diez después nos arrimaron un papel que decía "mataron al Gral. Torres." Por casi un mes anduvimos de lugar en lugar denunciando los asesinatos y luego papá declaró ante el Congreso de EEUU logrando con la ayuda del diputado Koch y el Senador Kennedy que se corte la ayuda militar a Uruguay.
Allí había que pensar un lugar para vivir y mis padres se fueron a Londres, ya en el aeropuerto a mí se me ocurrió quedarme porque sentía que podía hacer mucho allí. Llegué a EEUU con unos pocos pesos y un solo conocido, Joe Eldridge, cuya familia fue desde entonces la mía. El dirigía la WOLA por los DDHH en América Latina. A los tres días de conocer a Letelier, lo mataron...Todo eso marcó la vida de dolor, pero también de amigos solidarios que abrieron sus brazos, sus casas y su corazón.
P: Hoy, mirando hacia atrás y mirando al país hoy.. ¿qué significado consideras tiene este aniversario?
R: Memoria que hace a nuestra identidad. Si hay alguien que lo puede entender es un judío. Es recordar sin odio al agresor sino con amor a las víctimas y para que NUNCA MÁS pueda ocurrir. Dar vuelta la hoja y olvidarlo sería como traicionar nuestra propia vida.
P: ¿Te parece que todos los involucrados aprendieron la lección? Vos estás en contacto con todos los sectores políticos del país.. y seguramente has seguido declaraciones o falta de declaraciones de los militares .Y hago esta pregunta partiendo de la base que uno se plantea si las cosas habrían podido ser diferentes...
R: Nunca se sabe. Creo que en Uruguay no se valora suficientemente lo que hemos recuperado. Y ha quedado un dejo de autoritarismo tremendo. En la juventud. Hay mucha intolerancia. Y hay que recordar adónde nos llevaron esos vientos hace 40 años. Una persona de 50 años tenía diez la noche del golpe y ha habido un esfuerzo muy grande de deformar cómo fueron las cosas, minimizarlas y hasta tomarse con tono de burla el esfuerzo que hicimos los que luchamos.
P: ¿Hay un punto, un evento, un hecho, que simboliza más que todo el resto, a tus ojos, la situación que vivió el país por la dictadura?
R: La manifestación del 9 de julio. Ahí la gente dictó sentencia. Habría que esperar diez años, pero el pueblo le juró resistencia y lucha a los dictadores. Cae el régimen, uno pasa raya y se pregunta qué dejó: de bueno nada, muertos, familias mutadas, niños vendidos al nacer. Un horror.
P: Se cumplen 40 años del golpe...que no tenía excusa ni legitimidad. Pero la quiebra institucional no comenzó el 27 de junio de 1973... ¿Qué les dirías hoy a los Tupamaros de entonces?
R: Fueron un pretexto. Los Tupas ya habían sido totalmente abatidos en el 72. El golpe no fue contra el MLN fue para perseguir los demócratas convencidos. ¿Qué tenía que ver Wilson con los Tupas? Y la dictadura dijo que era su peor enemigo. ¿Entonces?
P: ¿Imaginaste alguna vez que un ex Tupamaro sería electo Presidente de la República?
R: No.
P: Claro está que no todas las heridas se cerraron...ya que hay desaparecidos a los que no se pudo dar sepultura. El tema, a nivel humano, es visto igual por todos, pero a nivel político, continúa despertando discrepancias. ¿Se puede cerrar totalmente el tema antes de que este punto sea resuelto?
R: Es como pensar si se hubieran cerrado heridas sin Nuremberg. Sin Centro Wiesenthal. Los delitos de lesa humanidad no prescriben.
P: ¿Qué opinión te merecen los militares que ocultan la información?
R: Me dan pena. No aprendieron del dolor de la gente. Alvarez ha dicho que volvería a hacer exactamente lo mismo.
P: Es incomprensible....Juan Raúl, el Uruguay en el que naciste...¿es otro hoy a raíz de aquella noche de los años de dictadura?
R: Sí... claro, me cambió la vida. Mucho tiempo me quedé en que mi juventud había sido triste. Ahora me doy cuenta que detrás de cada momento de dolor, también tengo recuerdos de solidaridad, muchas veces anónima, y en esos momentos hice los amigos más intensamente amigos de mi vida. Y creo y espero haber aprendido mucho de dónde deben estar inamovibles mis valores fundamentales.
(Fuente. Semanario Hebreo)
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