Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Hay que cortar

España: operadora murió al teléfono y la empresa obligó al resto a seguir atendiendo

“Está tirada en el suelo y nosotros cogiendo llamadas”, dijo una compañera. Durante más de dos horas, el cadáver estuvo en la oficina.

22.06.2023 09:34

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2023-06-22T09:34:00-03:00
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En España, la Asociación Defensor del Paciente solicitó a la Fiscalía Superior de Madrid que abriera una investigación sobre una empresa que el pasado 13 de junio obligó a sus teleoperadores a seguir trabajando junto al cadáver de una compañera que falleció de forma inesperada en su puesto.

En un comunicado, la mencionada asociación trasladó a la fiscal superior de Madrid, María Pilar Rodríguez, los hechos sucedidos en las instalaciones de Grupo Konecta BTO ubicadas en la calle San Romualdo de la capital española, según informa el medio local El Periódico.

Los sindicatos CGT y UGT denuncian que la empleada, de nombre Inmaculada, falleció el pasado día 13 mientras desempeñaba sus funciones en el puesto de trabajo. Según las partes denunciantes, tras el deceso de la empleada la empresa obligó al resto a seguir atendido llamadas “como si de robots en lugar de personas se tratara”.

“Inma no estaba sola, la plataforma bullía como cualquier otro día y poco a poco todos y todas se sumieron en el desconcierto. Al conocer la noticia por confusos WhatsApp no dábamos crédito”, dijo uno los operarios. “Está tirada en el suelo y nosotros cogiendo llamadas.” “¿Estáis cogiendo llamadas? Sí, nos dicen que sigamos cogiendo llamadas”, explicaron otros.

Las organizaciones sindicales criticaron que, en lugar de enviar al personal a trabajar a su casa, se los obligó a trabajar “más de dos horas con la compañera de cuerpo presente”. Tras el suceso, además de expresar su pésame, los sindicatos exigieron a la empresa “un protocolo de actuación en caso de fallecimiento en puesto de trabajo”, algo que no estaba contemplado hasta el momento.

Desde la asociación el Defensor del Paciente enfatizaron que se trata de unos hechos “gravísimos” y “un delito impronunciable”, y llamaron la atención sobre el “daño psicológico difícil de olvidar” por “la mala actuación de quienes podían evitarlo”.