Contenido creado por Alejandro Amaral
Entrevistas

El candidato sub-40

Entrevista a Lacalle Pou

El precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou aseguró que si llega a la Presidencia, no lo hará con “ideas refundacionales”. En entrevista con Montevideo Portal, afirmó además que el Frente Amplio dejará un “enorme déficit en la gestión” y un “mal gasto público”.

03.05.2013 18:09

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2013-05-03T18:09:00-03:00
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Montevideo Portal / Alejandro Amaral

Con 39 años, el diputado nacionalista Luis Lacalle Pou saldrá a pelear por la Presidencia de la República, sin "ideas refundacionales" y sí enfocado en mejorar la gestión de los recursos públicos. En entrevista con Montevideo Portal, afirmó que le haría cambios a reformas como la de la salud y la tributaria, al tiempo que sostuvo que le gustaría un Partido Nacional mucho más fuerte para controlar a su gobierno que el que hubo durante la última administración blanca, encabezada por su padre, Luis Alberto Lacalle.

Lacalle Pou aseguró que llevará adelante una campaña alejado de la descalificación y que contará hasta 120 antes de responder a un agravio. Opinó que si los electores lo miran con desconocimiento de su actividad y desde el prejuicio, lo ubicarán en la derecha del espectro ideológico. Dijo, además, que algunas medidas del expresidente Tabaré Vázquez "son mucho más conservadoras" que las posturas de su partido.

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-Usted aspira a llevar adelante una campaña alejado de la confrontación, de agravios, palabras duras y descalificaciones. ¿Cree que es una innovación con respecto a Larrañaga, Bordaberry y Vázquez?

-No sé si es una innovación. Es como yo me siento cómodo. Yo creo que un gobernante, o un aspirante a gobernante, tiene la obligación de tratar de unir. Si no podés unir, no podés gobernar para todos. Yo creo que hay experiencias cercanas que hablan de que la desunión genera fricciones, y las fricciones generan desentendimiento y el desentendimiento no genera buena química para administrar. Es como yo me siento cómodo. No es ni por distinto ni por igual. Es como nosotros pretendemos hacer las cosas

-Por ejemplo, Larrañaga ha tildado de "cínico" y "soberbio" a Vázquez. ¿Usted coincide?

-Lo que pasa es que mi deber no es ni siquiera ante Vázquez o ante Mujica. Es mi deber ante la ciudadanía. Yo capaz que un día estoy remolesto con alguien, enojado, caliente y quizás se merezca que yo le diga cosas. Pero voy a contar hasta 120. No por esa persona, sino porque la paz y la tranquilidad se la debo a la gente. La escalada de agravios, que empieza a ser violencia verbal, ¿dónde termina, qué bien hicimos, después que termina, nos saludamos, nos damos abrazos, dónde termina, a quién jorobamos? Al que nos paga el sueldo.

-La intención de blancos y colorados de formar una alianza para Montevideo ha sido aprovechada por el Frente Amplio para trazar una división entre un bloque progresista y un bloque conservador (o sea, para decir que blancos y colorados son lo mismo). ¿Qué lo diferencia a usted de Bordaberry y de Larrañaga?

-Yo particularmente no voy a decir en qué me diferencio. La gente lo notará. Lo notará en las ideas, lo notará en las propuestas, lo notará en las posturas, en el estilo, en la forma de hablar y si nos mira a los ojos y piensa que soy creíble o no. Ahí está la diferencia. Yo no busco decir "miren, aquellos están allá y yo estoy acá". Me parece que no es conducente ni yo me siento cómodo.

-¿Pero es probable que el elector haga la lectura de que son todos lo mismo?

-Es una pregunta para la que yo no tengo la respuesta.


-¿Fue un error la propuesta de usar la Unión Cívica para la alianza departamental de blancos y colorados?

-Depende de lo que se tome como un error. Yo creo que de haber intenciones reales de tener un gobierno mejor en Montevideo, de entender el sesenta y pico por ciento de la población que quiere cambiar el gobierno de Montevideo por uno mejor, si es cierto que hay un amplio espectro político que no pertenece al Frente Amplio que quiere avanzar, lo de la Unión Cívica es una posibilidad, obviamente es una posibilidad. En estos días van a tener novedades al respecto. Existen sus autoridades, hay acordadas de la Corte Electoral que lo reconocen, es cierto que no participó en las elecciones pasadas. Ahora, tampoco soy como los gurises que si no juegan con la pelota de él y no patea los penales me voy para casa. Se trata de aportar una idea. ¿Hay una mejor? Bienvenida. Lo que nosotros queremos hacer es ver cómo hacemos para pasar de los discursos a veces muy bonitos de los dirigentes políticos a los hechos. Hicimos un aporte, algunos saltaron para mí incomprensiblemente.

-Para los colorados es una opción que les molesta un poco por la declaración de principios socialcristiana de la Unión Cívica. Y por otro lado se advirtió que es un sublema vinculado a Alianza Nacional.

-Si hay voluntad en esto, vamos a tener que tener generosidad todos. A ver si los políticos somos capaces de despojarnos. Yo sé que en el diccionario a veces de los dirigentes políticos la hoja de la generosidad la arrancaron y la tiraron. Pero creo que es un examen importante. Si se busca un gobierno mejor y no se busca un posicionamiento personal, vamos todos a tener que conceder algo. Te reitero: no me enamoro de mi idea. Fue una. ¿Hay una mejor? Vamo' arriba.

-¿Cree que hay madurez en el sistema político para llegar a ese acuerdo?

-¿Madurez o inmadurez? Lo vamos a demostrar. Es bien fácil. El tiempo es el mejor juez.



-En la escala del 1 al 10, siendo 1 extrema izquierda y 10 extrema derecha, ¿cómo se ubica usted?

-No utilizo esa escala, en el mundo moderno me parece que no se utiliza. Las ideas y la práctica se tienen que entrelazar armónicamente y eso es lo que yo trato de hacer. La verdad que no me pongo ningún traje, ni el de la derecha ni el de la izquierda. Los dos me incomodan.

-¿Dónde cree que la lo ubica la gente?

-Ni idea. Depende del nivel de conocimiento. Imagino que si es un desconocimiento sobre la actividad y es más por un prejuicio, más a la derecha.

-¿Y cómo cree que ubican a Bordaberry, Larrañaga y Vázquez?

-Si fuera en base a supuestas posturas, yo creo que ubican (de derecha a izquierda) a Bordaberry, Larrañaga y Vázquez. Ahora, las medidas de Tabaré Vázquez son mucho más conservadoras, muchas veces, que las medidas que puede llevar adelante el Partido Nacional.

-¿Cuáles?

-Por ejemplo, las relaciones con Estados Unidos; por ejemplo, el trato con el Fondo Monetario Internacional; algunos temas de seguridad. Pero como yo no me encasillo en esa escala, tampoco lo voy a hacer con Tabaré Vázquez. Me parece ilógico, porque es muy dinámico, la vida es dinámica y es una continuidad de hechos que necesariamente están vinculados a la realidad. No me parece de persona inteligente, en una buena, afirmarse en la izquierda o en la derecha. Porque aparte hay que resistir después el archivo.

-El precandidato que le lleva menos diferencia de edad tiene 14 años más. ¿En qué medida es una desventaja y hasta dónde lo puede favorecer?

-Yo creo que es como una moneda, tiene dos caras. Quizá la cara negativa es que Uruguay ha votado presidentes de 65 años para arriba en los últimos tiempos. Y la ventaja es que estamos en un momento de nuestras vidas de más irrigación sanguínea hacia el cerebro, hacia los músculos hacia la voluntad. Estamos llegando a un estado de madurez, me parece que tenemos la posibilidad de comportamiento físico y de dedicación al trabajo quizá más que otros, pero son todos parámetros objetivos. Después hay que verlos en la cancha.

-Usted ha dicho que el que lo vote creyendo que vota a su padre se equivoca y el que no lo vote por creer que vota a su padre, también. Pero mucha gente lo conoce como "Cuqui chico"...

-... "Lacallito", "Cuquito", "O.P." también...

-¿Qué cosas cree que pueden ayudar al elector a separarlo de su padre?

-No pasa por separar, pasa por individualizar. Yo llevo el mismo nombre y el mismo apellido y estoy orgulloso de la educación y valores que se me inculcaron. Soy hijo de otra época. Lacalle fue presidente hace casi un cuarto de siglo, otro mundo. No había internet, no había celulares. No había muchísimas cosas buenas y tampoco había muchísimas cosas malas en este mundo tan loco que vivimos. Yo creo que la gente no se equivoca. No soy de los políticos que dicen "ay, no me votaron, se equivocaron". Si la gente individualiza, se toma un minutito para ver qué decimos, qué posturas tenemos en determinados temas, no se va a equivocar. No se va a equivocar si me vota y no se va a equivocar si no me vota.
Yo creo que a los políticos hay que mirarlos con lupa. No me cabe la menor duda de que nos tienen que poner la lupa arriba y ver nuestra historia, pasada, la reciente, y ver qué proponemos, si hay una línea de pensamiento y una línea de acción entre otras cosas que sea confiable y que sea creíble.



-Usted ha dicho que los blancos deben revisar algunas cuestiones del último gobierno de su partido. ¿En qué aspectos debería hacerse autocrítica?

-En todos, la autocrítica siempre hay que hacerla. Todo proceso político, de gobierno, productivo industrial, comercial, periodístico tiene que estar sujeto a una evaluación.

-¿En qué le erraron en aquella oportunidad?

-Desde mi punto de vista, a mí me gustaría un partido más fuerte que controlara al gobierno. Yo creo que el Partido Nacional, con la ansiedad de gobernar, metió a todo el partido dentro del gobierno, todo el partido se involucró en el gobierno. Y me parece que nosotros tenemos que tener un control partidario por fuera de las autoridades públicas, no sé si me explico. Un partido fuerte que sea capaz de controlar a sus gobernantes. El gobernante siempre tiene que estar controlado.
Es muy difícil ir para atrás en el tiempo. Sí creo que el tema de los consejos de salarios llegó para quedarse. Creo que hay que agregarle algunos elementos. El elemento de la capacidad de producir tiene que estar, la productividad tiene que estar, naturalmente. La diferenciación por geografía y por tamaño de empresa según el rubro que sea también tiene que estar.
Y alguna otra cosa seguramente haya que cambiar. No me cabe la menor duda. Si no sería un hipócrita. Si te digo que se hizo todo bien, es hipocresía pura.

-Su discurso está muy enfocado en la gestión. ¿Cuáles son los aspectos centrales a mejorar?

-Estoy seguro de que parte de la ética de la responsabilidad no es sólo ser honesto y probo en el manejo de los fondos públicos, creo que también es ser eficiente y eficaz. Creo que parte de respetar al ciudadano y al contribuyente es decirle "tu dinero, que te cuesta pagarlo en los impuestos sirve y sirve para estas obras y no nos lo vamos a patinar".
Hace pocos días yo leía un artículo de Francisco Faig que se llamaba "El lujo es vulgaridad", como la canción de los Redondos, y hablaba de una comparación de la carga tributaria en los países nórdicos y el peso tributario en nuestro país. En los países nórdicos hay mucho más presión tributaria. Ahora, le devuelven todo, entonces la gente no se queja. Lo que yo creo que molesta es cuando el gobierno cobra y cobra y los resultados obtenidos son negativos. Y si tú ves los resultados obtenidos en la educación, son negativos, a pesar de haber crecido el presupuesto; los resultados obtenidos en la salud pública son negativos, a pesar de la inversión en un crecimiento en un año y medio de 27% en la salud pública y haber perdido 200.000 afiliados; y en la seguridad también yo creo que los resultados no son buenos.

-¿Usted cree que la campaña de 2014 va a estar centrada en educación, salud y seguridad, como también lo plantean otros precandidatos?

-Seguro esos tres son prioritarios. Pero un gobernante que se precie de tal calidad y que quiera ser presidente de la República tiene que hablar de todos, o tiene que entender todo el país en su conjunto. Tiene que hablar de demografía, tiene que hablar de procesos migratorios nacionales, tiene que hablar de la informalidad, tiene que hablar de la inclusión. En el Uruguay hay zonas rojas, hay agujeros negros, hay gente que no está dentro de la ley, pero no ya dentro de la ley porque sea la ley penal, dentro de la ley porque no está dentro de la formalidad, no recibe educación, no tiene cédula, no recibe asistencia de una ambulancia, no recibe asistencia médica, está colgada de la luz, colgada del agua. Esa es otra república, otro país del cual nosotros nos debemos ocupar. Si no incluimos, si no unimos, ninguno de estos tres temas primordiales a esa gente se les va a modificar.

-¿En qué reformas de los gobiernos del Frente Amplio pondría marcha atrás y cuáles dejaría intactas?

-Acá se mezcla la expresión de deseo con la realidad. La realidad es muy terca. En la realidad hay entre otras cosas procesos que se dispararon y empezaron a andar y que es muy difícil dar marcha atrás. Nosotros no tenemos teorías refundacionales que viene el hombre nuevo a partir del 1° de marzo de 2015.
La reforma de la salud yo la dejaría y la modificaría. Se le ponen metas a la salud privada y no se le ponen metas a la salud pública. Es cuasi elitista esa forma de verlo. Yo creo que hay que hacer cumplir la ley de salud en lo que hace a las metas de la privada y hay que imponerle metas a la salud pública, seguro, para estas mejoras.
La ley de educación creo que todo el mundo se da cuenta que es un error. El propio gobierno se dio cuenta que se entrampó, que entregó el gobierno a los sindicatos, y los sindicatos no son para gobernar, los sindicatos son para defender a la masa trabajadora, en este caso docentes y no docentes, pero no creo que tengan que tener cogobierno en la educación. Eso va a ser muy difícil de desentramar.
Esas son dos que son sintomáticas. Una hizo muchísimo daño y la otra está bien inspirada y hay que hacerle algunos retoques.

-¿Y la reforma tributaria?

-El que diga que va a derogar el IRPF hoy, para mí, no quiero usar la palabra "está mintiendo" porque es muy fuerte, pero por lo menos no hizo evaluaciones suficientes. Creo sí, sin anticiparte mucho mi programa de gobierno, que hay parte de este impuesto que no me cabe la menor duda que desestimula el progreso. Por ejemplo, yo creo que tiene que haber deducciones por la educación, la salud, determinados cuidados para hijos, sobrinos, nietos. La intención de mejorar de un núcleo familiar o de una persona tiene que formar parte de las deducciones. El impuesto a los alquileres es notorio que no se percibe como renta, se traspasa al inquilino, entonces el que se joroba finalmente es el que paga el alquiler. Creo que también desestimula el esfuerzo y el trabajo que las horas extras computen para el Irpf. Hay que hacer números, calculadora, creo que por ahí viene la cosa. Y después gastarlo bien. Estamos estrenando reforma tributaria, del 2007 es. A fin de 2007, el Uruguay tiene un superávit de 500 millones de dólares. Cinco años después tenemos 1.350 millones de dólares de diferencia. No parece lógico en un momento de bonanza económica. Algo raro está pasando.

-¿Usted impulsaría algún tipo de reforma en particular?

-Yo soy enemigo de la madre de todas las reformas, de la abuela de todas las reformas, de la tía de todas las reformas, porque al final después quedan en nada. Yo creo que hay que tomar lo que tenemos que es nuestro país con sus cosas muy buenas, sus cosas no tan buenas y sus cosas malas y dedicarnos a gestionar los recursos públicos, optimizando. No puede ser que vivamos en un país con sueldos de países en desarrollo y con precios de primer mundo. Hay quehacer algo, urgente hay que hacer algo. Tenemos que tener un pacto tributario con la ciudadanía. No puede ser que sigamos recaudando, recaudando, recaudando por el solo hecho de recaudar y después no gastamos bien. Tenemos que tener una visión integral de todo el país. La descentralización efectiva pasa por la comodidad, pasa por el confort, pasa por la educación, pasa por la señal de los celulares, pasa por la posibilidad de conectarse a internet en todo el mundo, pasa por la educación a distancia, pasa por la medicina alcanzable. El 95% de la riqueza del país se está generando en el país, hoy. Estamos en un momento divino para impulsar la migración contraria a la que hemos sufrido en estos años, que es la gente de la palangana, Montevideo, Canelones, una parte de San José. Y tantas otras cosas. Pero es mucho más de gestión que hablar de grandes reformas. Yo creo que los políticos que hablan de las grandes cosas no se dedican a las cosas chicas, que son las que al fin y al cabo pueden empezar a modificar la vida de la gente.

-¿Qué "herencias malditas" cree que recibiría si llegara a la Presidencia?

-Un gran déficit en la gestión, un mal gasto público, algunas generaciones que no han recibido la educación que merecen y un país en que sigue habiendo exclusión que no es hijo del Frente Amplio, pero el Frente Amplio fue tutor durante un momento y sigue habiendo excluidos.

-En caso de llegar a la Presidencia, ¿cree que los blancos deberían revisar eventuales irregularidades en los gobiernos precedentes, como hizo el FA cuando llegó al poder?

-Cacería de brujas, no. No porque termina aparte siendo mucho circo. ¿En qué quedó aquello? Nada. Mucho circo. Yo lo critiqué duramente eso. Me dí cuenta que era circo, era carne para las fieras, pero bueno, cada uno actúa como quiere. Sí creo que debe haber auditorías, pero no auditorías del tipo de buscar irregularidades. Auditorías para saber exactamente de dónde partimos. Me parece que la opinión pública se merece el sinceramiento de quien entra a un gobierno de decir "así están las arcas públicas, así está Antel, así está el Banco Hipotecario, así está el Ministerio de Vivienda, así está esto, así está lo otro y acá empezamos". A eso, instertarle nuestras propuestas y ahí desarrollar nuestro plan de gobierno. Pero no, a caza de brujas que se dediquen otros.

-Si este gobierno no logra sacar adelante una ley sobre la marihuana, ¿qué haría usted al respecto en caso de llegar al gobierno?

-Lo mismo que traté de hacer el miércoles 10 de noviembre del 2010 a las 11.30 de la mañana con el proyecto de ley de medidas contra el narcotráfico. Repetir todo lo que está ahí. Tengo que ser coherente. Si no la gente no me puede votar. Implica entender el sistema nacional de drogas integralmente, implica endurecer penas a los narcotraficantes, implica que las penas sean inexcarcelables, implica modificar los artículos 121 y 122 del Código de la Niñez en lo que hace a la internación compulsiva y ahí me hace ruido pero hay que internar compulsivamente, que yo sé que se puede vulnerar algún tipo de derecho, hay que establecer subsidios a las clínicas públicas y privadas, cuestan muy caros los tratamientos, 19.000 pesos ambulatorio hasta 36.000 pesos con internación, hay que hacer controles sobre aquella gente que maneja bajo efectos de estupefacientes y hay que habilitar una forma para que la gente que quiere consumir sí o sí, no tenga que ir a las bocas y soy partidario de modificar el artículo 3 de la ley de estupefacientes habilitando el autocultivo para consumo personal. Hay que reducir la oferta, reducir la demanda y la demanda que siga existiendo tiene que tener un abastecimiento legítimo.

-¿Va a hacer campaña para que se derogue la despenalización del aborto?

-Voy a votar a favor de la derogación. Algunos compañeros van a hacer campaña, orgánicamente todavía no tomamos una decisión. Quizás sí. Informar, seguro, y que hay un referéndum en ese sentido, sí, lo vamos a hacer.

Montevideo Portal / Alejandro Amaral