Contenido creado por María Noelia Farías
Entrevistas

En otro asiento

Entrevista a Gerardo Amarilla, próximo presidente de la Cámara de Diputados.

"Es una muy linda tradición que refleja la cultura democrática de nuestro país e intentaremos cumplir cabalmente con esa función", dijo Gerardo Amarilla, próximo presidente de la Cámara de Diputados, sobre la tradicional rotación del cargo. Entrevista de Ana Jerozolimski.

28.02.2016 09:14

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2016-02-28T09:14:00-03:00
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El representante nacional Gerardo Amarilla, para quien este es el segundo período en el Parlamento -como representante del Partido Nacional por Rivera-, asume en pocos días la presidencia de la Cámara de Diputados. Tiene claro que estará en sus funciones solamente un año, en el marco de la tradicional rotación del cargo, por lo cual es consciente de las limitaciones que ello impone. Pero encara la nueva responsabilidad con planes e ideas concretas.

Sobre este punto, sobre el Parlamento en general y sobre su reciente visita a Israel -donde lo conocimos- es esta entrevista.

 

Gerardo, está asumiendo como nuevo presidente de la Cámara de Diputados, un cargo en rotación, que cada año ocupa otro representante nacional. Y me pregunto qué impronta quisiera dejar, en qué considera que puede destacarse su labor en este nuevo año de actividad que comienza, como para que de los cinco presidentes que habrá tenido la Cámara cuando finalice este período de gobierno, en el 2020 esté claro que nadie se olvida de lo que hizo Gerardo Amarilla.

Es un gran honor ser elegido para presidir la Cámara y aunque es un sitial de mucha relevancia, soy consciente de que el plazo es muy breve y no tengo la pretensión de hacer cosas tan trascendentes que queden en la memoria de todos. Me alcanzaría con lograr una buena gestión desde el punto de vista del relacionamiento personal manteniendo un justo equilibrio desde la presidencia, y, tal vez profundizar en los gestos que contribuyan a mejorar el diálogo lo que favorecerá el trabajo parlamentario. De todas maneras también tenemos proyectos que en algunos casos tienen que ver con temas sociales de mucha sensibilidad como el apoyo a la maternidad y a la discapacidad, algunos temas medioambientales, como la necesidad de una política nacional de aguas y algunos temas territoriales vinculados a la descentralización y a la necesaria política de fronteras. Todo esto sin perjuicio de una propuesta de trabajo sobre cómo mejorar la transparencia y la información de la labor parlamentaria.


¿Es difícil ser presidente de la Cámara desde la oposición?

Es un gran desafío y a veces cuesta explicar en el exterior que la Cámara de Diputados, tal vez uno de los órganos de mayor representación popular en una democracia, tenga en Uruguay esa hermosa costumbre de alternar el ejercicio de la Presidencia por representantes de los diferentes partidos, en forma proporcional e integrando incluso a aquellos que no son parte del Gobierno ni de la mayoría. Es una muy linda tradición que refleja la cultura democrática de nuestro país e intentaremos cumplir cabalmente con esa función respetando la institucionalidad y lo mejor de las tradiciones parlamentarias.

 

"NO SOMOS ENEMIGOS"

¿Es muy diferente el Parlamento desde adentro de lo que se imagina o ve el ciudadano promedio?

Sí, la verdad es diferente y ojalá podamos contribuir a cambiar la verdadera percepción que la gente tiene del Parlamento. Creo que mucha gente piensa que en el parlamento estamos todo el día peleándonos, discutiendo entre nosotros y que tal vez seamos una especie de enemigos. Y creo que la gente debería saber en primer lugar que más allá de las duras discusiones y debates, donde se confrontan ideas y propuestas, tenemos en general una buena relación personal entre los diputados, sabiendo que tenemos diferentes posiciones pero que en definitiva por diferentes caminos todos queremos lo mejor para el país. También deberíamos lograr difundir que hay mucho trabajo, en muchos casos de consenso, que se realiza en las comisiones y que muchas veces se logran soluciones que resuelven problemas para mucha gente.

¿Qué le gustaría que conozcan los uruguayos sobre lo que se hace en el Parlamento? Todos, desde niños, recordamos el respeto reverencial al lugar desde las primeras visitas al Palacio... luego, cuando hay discusiones políticas, se entra más en el debate público que no siempre inspira respeto. Quizás sea esta una buena oportunidad para aclarar algunas cosas.

Justamente ese también será un desafío de nuestra gestión destinado a lograr, por un lado mayor transparencia y mejor información de toda la tarea legislativa, y por otro también mejorar el acceso de la gente a conocer realmente qué hacen sus representantes, que puedan acceder con facilidad a toda la información, a la televisación de las sesiones, lo que trabaja cada uno, incluso con presencia institucional en las redes sociales para facilitar la información parlamentaria.

 

ANECDOTARIO

Usted se encuentra en el Parlamento desde hace poco más de cinco años, habiendo sido electo por primera vez en el 2010. ¿Ha acumulado suficientes vivencias, dramáticas, interesantes, coloridas, originales, como para compartir algunas de ellas con los lectores?

Bueno en realidad son muchas. Para empezar hay particularidades relativas a la función de un diputado del interior que tiene un colorido diferente que tal vez a un diputado de Montevideo. El vivir a 500 km de la Capital, hace que mucha gente tenga la percepción de que los diputados van al Parlamento con los problemas del pago y vengan a la semana siguiente con la solución debajo del brazo. Es muy común que la gente nos pida empleos, viviendas, arreglos de rutas, escuelas y aunque generalmente hacemos muchas gestiones no siempre llegan las respuestas y por lo general demoran. Pero lo más inverosímil que me pidió un vecino de Rivera fue que, escuchando la radio, se enteró que en las chacras de Canelones había nacido un zapallo gigante y el pedido era si le podía conseguir algunas semillas del ejemplar.

Absolutamente genial...

Lamentablemente no le pude conseguir las semillas, pero ese ejemplo nos da una idea de lo que mucha gente piensa cuando se imagina el trabajo u obligaciones de un diputado. La relación con mucha gente, durante muchos años, va generando relaciones de amistad que casi podríamos decir familiares. En las recorridas uno almuerza en la casa de compañeros y a veces hasta se queda a dormir. Todo eso va generando lazos y relaciones por las que luego compartís cumpleaños, casamientos y también los velorios de la familia.

Por esa amistad la gente también te pregunta opiniones o te pide consejos de cuestiones que nada tienen que ve con política, desde qué les conviene estudiar a sus hijos hasta si se tienen o no que operar de la cadera.

Eso requeriría un diputado sumamente multifacético...

También nos pasa en esta actividad de parejas que se conocen militando, luego se casan y terminas como padrino de la boda. Tal vez años después los hijos continúan la militancia de los padres. Es un poco lo que nos pasó con mi esposa ya que nos conocimos militando en política y hoy llevamos casi 22 años de casados.

También es cierto que el diputado del interior es un gestor y por ello trae partidas, documentos, colabora con trámites y en fin, cumple un servicio a la comunidad a la que pertenece que vas más allá de sus competencias de legislar o fiscalizar al Poder Ejecutivo.

 

CUESTIÓN DE FE

Una pregunta, si me permite, de cariz personal. Usted se ha manifestado en defensa de la laicidad tan característica de Uruguay, aunque usted personalmente es una persona creyente, cristiano evangélico. Esto me recuerda una conferencia de la profesora Ana Ribeiro en el Atrio de los Gentiles en noviembre último... y distinguía entre el laicismo y la laicidad. ¿Hay alguna contradicción o punto de fricción entre su propia fe y la política e idiosincrasia uruguaya en el tema religioso?

Yo creo que no debería haber contradicción. La laicidad en nuestro país tiene una profunda tradición y tiene un anclaje constitucional en el artículo 5 de nuestra Carta Magna que tiene dos aspectos sustanciales: por un lado el Estado no sostiene religión alguna y por otro hay libertad de cultos en todo el país. Yo soy electo por un partido político y la gente me votó por mis propuestas, mi conducta y mi trabajo. En realidad mis creencias si bien son algo sustancial en mi vida, me inspiran en todo lo que hago y por supuesto también en el servicio a la sociedad desde la política, no debería ser un asunto de debate público ni de cuestionamiento porque eso tiene que ver con la libertad de cultos, de creencia, de conciencia y eso tiene protección constitucional.

Creo que hay algunas opiniones destempladas que intentan discriminar y censurar a quienes creemos en Dios tratando de impedir que lo expresemos libre y públicamente. Como defensores de esa laicidad somos respetuosos y tolerantes con todas las visiones del mundo, reclamando asimismo el mismo respeto a nuestra libertad de expresión.

 

EL HOGAR, LA VIDA

¿De dónde viene Gerardo Amarilla? Y claro que no me refiero literalmente de dónde... no espero que me diga de Rivera... sino de qué hogar. ¿Cómo era el hogar de los Amarilla como para que de él saliera un abogado, docente, hoy diputado del Partido Nacional?

Yo nací en la localidad de Migues, departamento de Canelones y a los 8 años nos mudamos con mi familia a la zona de Manga en la periferia de Montevideo.
Crecí en una familia humilde, mi padre era obrero del transporte y mi madre ama de casa; un matrimonio que compensaron las dificultades económicas con amor, valores y principios que -para mi hermana y para mí- fueron más importantes que cualquier otra cosa para formarnos en la vida. Trabajé desde muy joven, cuando entré al bachillerato, para ayudar en mi casa y también para poder cubrir los gastos del estudio.
En la adolescencia y en plena recuperación democrática inicié la militancia política en el Movimiento Nacional de Rocha, tuve militancia gremial en el liceo y luego en la Universidad.
Ya casi por recibirme, casado y con nuestra primera hija nos mudamos a Rivera y fuimos adoptados por aquel departamento donde tuvimos nuestro segundo hijo, echamos raíces y tuve el honor de ser electo como edil en dos períodos y luego en dos oportunidades como diputado.

Después de haber terminado Derecho, de haber ejercido como docente, de ser abogado ¿diría que llegó al lugar indicado al ser electo legislador? ¿Esta es la cima de las aspiraciones o hay muchos sueños más en el camino?

Podría decir que me preparé bastante para ejercer el cargo. Saber Derecho resulta importante para entender cabalmente cómo funciona el Estado y haber dado clases de Derecho Constitucional me dio un plus importante. Realmente me gusta y disfruto el ejercicio de la diputación ya que tiene esa diversidad de tareas tan distintas que van desde estudiar una de ley hasta estudiar un proyecto de inversión del Poder Ejecutivo, pasando por las recorridas de barrios o de zonas rurales que personalmente disfruto mucho aunque nos cansemos en esas largas jornadas.

En política como en la vida, uno no puede auto imponerse límites o techos. Yo disfruto la tarea legislativa con esa diversidad de la que hablábamos de la tarea de representante, pero el servicio público es el verdadero objetivo y ello tanto se puede realizar desde el ámbito parlamentario como desde las responsabilidades ejecutivas, me imagino que desde una Intendencia o desde un Ministerio uno puedo contribuir con medidas más concretas para cambiar la realidad y ayudar a la gente en sus necesidades.

 

LA VISITA A ISRAEL

Gerardo, tuve el placer de conocerlo, aunque un poco fugazmente, cuando visitó hace pocos meses Israel. ¿Qué le dejó ese viaje, al que fue invitado para participar en un congreso internacional de parlamentarios?

Justamente quisiera comenzar agradeciendo públicamente a la embajadora de Israel Nina Ben-Ami por esa invitación y por el trato tan afectuoso y cercano que me ha dispensado todo este tiempo.
Por supuesto que la visita a Israel supone una carga muy emotiva para nosotros ya que nos acerca a la cuna de una civilización en cuyos valores fuimos formados. Es una experiencia tan profunda y tan impactante que me llevó varias semanas después procesar todo lo que he visto y vivido. He aprendido mucho, y me he asombrado con este oasis en el que transformado a partir de la inteligencia aplicada y la tecnología.
Por supuesto que también me he sorprendido en cómo una Nación que tiene claro su propósito puede enfrentar las adversidades y salir adelante a pesar de las circunstancias.
Y también me he emocionado al visitar lugares con mucho significado para la cristiandad y valor histórico como Nazaret, el mar de Galilea, el Jordán y al recorrer las calles de Jerusalén.

¿Es muy distinto el Israel que uno conoce personalmente, aunque sea por poco tiempo que por cierto no alcanza, y aquel del que uno se hace una idea a través de los noticieros y lo que suele publicarse?

Lamentablemente los noticieros, generalmente, muestran las peores noticias y siempre vinculadas a actos de violencia. En muchas ciudades de Latinoamérica se suceden en un día la misma cantidad de actos de violencia que en Jerusalén se suceden en un mes. Tal vez la prensa le preste más atención por ese complejo equilibrio geopolítico regional, pero yo me sentí mucho más seguro ahí que en varias ciudades de nuestro continente.
Creo que debemos celebrar los avances que se han venido logrando con respeto a la convivencia pacífica en un clima de respeto y tolerancia. Aunque queda mucho para hacer creo que se está en buen camino.

¿Algo significativo que le haya dejado esa corta estadía en Israel, que le haya aportado en su trabajo?

La visita a Israel me deja muchas enseñanzas y ojalá podamos emprender políticas de desarrollo como las que se aplican allí. Especialmente el apoyo a los emprendedores jóvenes es una apuesta al futuro de enorme trascendencia que me gustaría mucho poder trasladar a nuestro país.
También la visita a la Knéset, el Parlamento, nos dejó una muy buena experiencia de esta sólida democracia, donde hay pleno respeto por las garantías, los derechos individuales y donde han logrado un clima de tolerancia a pesar de una gran diversidad.

¿Dejó gusto a poco?

Por supuesto que fue una visita muy corta y nos quedaron muchas ganas de conocer lugares y convivir más con la gente en una realidad tan maravillosa. Si Dios quiere pensamos volver a la brevedad.