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Entrevistas

De dioses y hombres

Entrevista a Fabián Daniel Wajner, académico de la Universidad de Jerusalén

"Que Uruguay se plantee como punto operacional asusta": en entrevista con Montevideo Portal, Fabián Daniel Wajner, académico de la Universidad de Jerusalén, habla sobre el Estado Islámico y la influencia de Irán en la región.

12.03.2015 10:40

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2015-03-12T10:40:00-03:00
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Por Martín Otheguy

Aparatos explosivos a medio armar en el World Trade Center, valijas colocadas en forma sospechosa cerca de la embajada de Israel, un diplomático iraní que desaparece rápidamente, un misterioso conductor de un carrito de caballos, pasaportes falsos israelíes detectados en el aeropuerto, una supuesta reunión de la inteligencia iraní en el Buquebus: los últimos meses en nuestro país se han parecido más a una novela barata de espionaje que al Uruguay calmo del nunca pasa nada.

Mientras Uruguay se agita ante estos hechos -algunos con base real, otros "armados" a través de versiones sin fundamentos sólidos- la situación en Medio Oriente no se presta a ningún chiste sobre novelas de espionaje. La guerra civil en Siria, el avance del Estado Islámico (ISIS), el caso Charlie Hebdo, las persecuciones y masacres de cristianos, la tensión en Israel y la franja de Gaza son parte de un panorama complejo que llevó a que algunos analistas comparen a Medio Oriente con la situación de Los Balcanes poco antes de estallar la Primera Guerra Mundial.

¿Qué clase de amenaza representa el éxito mediático y militar del Estado Islámico? ¿Cuál es la influencia de Irán a nivel mundial y en Latinoamérica? ¿Qué preocupación real debe tener Uruguay ante algunos de los hechos registrados en nuestro país y la región? Algunos de estos temas son los que estudia Fabián Daniel Wajner, licenciado en Estudios Internacionales que integra hoy la Universidad Hebrea de Jerusalén como investigador en el Departamento de Relaciones Internacionales.

Wajner, que dicta diversos cursos sobre la política israelí y el conflicto en Oriente Medio, dialogó con Montevideo Portal sobre el ISIS, el yihadismo, la política internacional de Uruguay y la situación en Israel.

¿Cómo se entiende la formación y el éxito del Estado Islámico?

Para entender el fenómeno del ISIS ante todo hay que entender que hay una ideología que está por detrás que no es nueva. Es innovador desde el punto de vista de los mecanismos operativos que usan para sus objetivos, pero la ideología del islamismo radical (no hablo del Islam, sino del uso del Islam como herramienta política) no es nueva.

El yihadismo tiene sus décadas y puede remontarse a la creación de los Hermanos Musulmanes en los años 30, pasando por el levantamiento de Argelia y más adelante Afganistán. De a poco han ganado fuerza en muchos lugares, apoyados por dinero del petróleo o de grupos interesados en generar insurgencia. Eso se ve en Hamás o en Al Qaeda a principios de los 90: el discurso fanático y radical islámico está.

¿Qué trae de nuevo el ISIS? Por ejemplo, Al Qaeda tiene el pensamiento de base de derrotar a los enemigos externos o generar terror para que se retiren y retiren sus aliados de los países árabes: van de lo global a lo local. El pensamiento de ISIS es una estrategia inversa: es de lo local a lo global, lograr ocupar un terreno, y desde ahí convocar a lo global. Si uno habla de los dos grandes éxitos de ISIS, el primero fue llevar esto a la práctica, conquistar un territorio importante y expandirse. El segundo elemento interesante es no sólo su capacidad global sino cómo usan los medios de comunicación para llegar a lo global. Usan los medios para aterrorizar a sus enemigos pero también pensando en reclutar, y lo hacen de una forma fantástica. Logran que el discurso funcione a tal punto que tienen un reclutamiento en Europa y Estados Unidos que no han tenido hasta ahora movimientos similares.

¿Cómo se entiende que tengan tanto éxito en reclutar a personas criadas en la cultura occidental?

El mundo hoy no tiene fronteras. Aprovecharon el contexto global, donde los medios interactivos permiten que quien esté en Francia escuche un imán en Yemen y que a partir de viajes a Yemen se capacite, vuelva y haga luego los atentados en Francia, como el de Charlie Hebdo o el del supermercado judío. En el momento en que no hay fronteras y la capacitación no requiere territorialización, todo es posible.

Se ha sugerido que, como el Estado Islámico lucha contra Hezbollah, a Israel no le molesta y que incluso apoya la presencia de ISIS. ¿Cuánto hay de cierto en ello?

Israel no apoya al Estado Islámico e Israel no apoya a Hezbollah. Para entender esta pregunta hay que retrotraerse al inicio de la guerra civil en Siria y las primaveras árabes. Estas hablan de un levantamiento popular -y fue así- contra un régimen autoritario, dictatorial y que apoyaba al terror, con el eje Irán -Siria- Hezbollah, con Hamás agregado en determinados momentos. En ese momento la discusión era si Israel debía ayudar al movimiento popular contra un gobierno que claramente era enemigo. Israel en ese momento toma la misma actitud que en relación a todas las primaveras árabes: solidarizarse con las demandas pacíficas pero no intervenir en peleas extranjeras.

El surgimiento de ISIS es posterior. ISIS nos genera terror: es un fenómeno nuevo, los vemos cortar cabezas en televisión, pero ¿dónde está la discusión de los 300.00 muertos en Siria, del uso de armas químicas? En el momento en que vemos un fenómeno patético como el de ISIS tachamos que hay otro elemento lamentable y destructivo que es Hezbollah, Siria e Irán por detrás. Israel teniendo que elegir entre malo y peor (y la discusión es cuál es malo y cuál peor) elige no intervenir.

¿Qué papel juegan los medios en la importancia que adquirió el ISIS?

Los medios clásicos en este caso toman lo que hay en los medios interactivos y lo llevan a la televisión. Amplifican, es otro canal más. Con los medios interactivos estos grupos no tienen necesidad de discutir. Vos no le estás haciendo una entrevista a alguien de ISIS, no tenés acceso. Lo que vos tomás es lo que ellos te quieren contar. Es algo para cuestionar.

Pasando a un panorama general, ¿qué puede suceder de ahora en más con la situación de Israel en Medio Oriente?

Creo que el gran desafío es buscar el espacio de coexistencia. Son sociedades profundamente heterogéneas y Jerusalén es de alguna manera el epicentro de este mosaico. Y se puede lograr la coexistencia, y hay que entender que el terror lo que pretende, entre otras cosas, es eliminar esa coexistencia. No en vano en los últimos meses hubo atentados al "tren lento", un tranvía que pasa por barrios judíos y árabes y que fue uno de los primeros experimentos donde se vio una convivencia. Objetivamente, la situación regional es peor, pero veo elementos positivos tanto en la sociedad israelí como en la palestina. Hay un entendimiento de buscar esta coexistencia.

Virando hacia Uruguay

¿Cómo se ve desde Israel la llegada de refugiados de Guantánamo a Uruguay, con el tema del choque cultural como trasfondo?

Ese no es un tema de análisis, sino más bien de opinión. Si el gobierno uruguayo hizo las investigaciones necesarias y entendió que no son peligrosos y se los puede traer, bueno, Uruguay ha abierto siempre los brazos a la inmigración. Yo nací acá, pero como uruguayo estoy agradecido de cómo recibió Uruguay a la comunidad judía.

¿Pero creés que puede existir un divorcio cultural tan grande como el que se ha descrito, en relación a los ex presos de Guantánamo y también a los refugiados sirios?

Es difícil cuando el elemento identitario se torna tan fuerte. Buena parte de lo que sufren en Europa los jóvenes que se radicalizan, en muchos casos proviene de la cuestión de que no encuentran trabajo o que se sienten discriminados o marginalizados. Buena parte es el choque que sienten con esa tierra en la que están. Por ejemplo ISIS logra explotar eso y generar una cierta dignidad en gente que quizá no se siente identificada con la tierra en que vive. Desde ese punto de vista si la persona no logra la capacidad de coexistir con ese hábitat puede ser peligroso.

Cuando salió a la luz el caso del diplomático iraní supuestamente expulsado de Uruguay, el diario Haaretz aseguró que había riesgo de atentados en el cono sur. ¿Creés que eso puede pasar en Uruguay?

Querría pensar que no, pero lo que estamos viendo en los últimos meses es para preocuparse. La dimensión del trabajo operativo iraní en Uruguay es demasiado grande para lo que representaría una embajada normal. Hay quienes hablan que lo de Uruguay es de pasaje, lo que ya es preocupante, pero esto suma un escalón más, es peor. Uruguay ya se plantea como punto operacional. Asusta. A toda la sociedad uruguaya la tiene que asustar.

La diputada argentina Elisa Carrió dijo tener conocimiento de que se producían reuniones de inteligencia iraní en Montevideo. ¿Es eso creíble?

Creíble es. En general se utilizan países que con buena voluntad abren sus puertas y aprovechan esa libertad para lastimar. En Europa sucedió; lo que hay que hacer es frenarlo a tiempo, pero confío en que el gobierno uruguayo está entendiendo esto. Al gobierno previo le costó un poco más, pero confío plenamente que el nuevo gobierno entenderá cuál es el peligro y dónde debe diferenciar la tarea diplomática de generar contactos y avanzar los intereses de un país, a lo que pasa a estar cercano a lo criminal.

De todos modos, llama la atención que un funcionario supuestamente de inteligencia iraní se deje fotografiar cerca de la embajada de Israel con un auto con chapa de la embajada de Irán. ¿Pudo ser ex profeso?

No conozco el caso en detalle, pero puede ser. El terror usa también mensajes, avisos. Puede ser cualquiera de esas situaciones y ninguna es positiva. Si fuesen mensajes, no necesariamente son dirigidos a la comunidad judía o a Israel, sino a la sociedad uruguaya. Está queriendo transmitirnos el mensaje de que este país se puede convertir en un objetivo.

Se habló de los vínculos iraníes con la izquierda radical uruguaya, ¿cuán posible es eso en Uruguay?

Me parece creíble como estrategia iraní porque es la táctica que usa en todo el mundo, pero no podría decir que hay lazos. Lo hay desde el punto de vista discursivo y se le ha llamado la "alianza rojo-verde", que es la unión de elementos fanáticos islámicos y retrógrados, con elementos de izquierda extrema, aunque no tengan ideológicamente una base en común. Pero eso está más claro en Argentina, como se ha visto en las implicaciones del caso Nisman.

¿Creés que algo de eso puede estar detrás del supuesto asesinato del fiscal Nisman?

Falta tiempo y hay que dejar que la Justicia investigue. Todo parece más parte de una novela de John Grisham que de la realidad, pero todo puede ser. Por supuesto que se barajan hipótesis de este tipo, o de elementos cercanos a Irán y al radicalismo político argentino (al radicalismo, no al Partido Radical). La verdad se va a saber a la corta o a la larga.

¿Preocupa que puedan llegar a Uruguay elementos iraníes peligrosos con pasaportes venezolanos, como se manejó recientemente en los medios?

Yo quiero diferenciar. Uruguay no es Venezuela o Argentina. Yo señalé una voz de alerta sobre lo que no queremos que Uruguay se convierta, sobre las cosas que se ven en Venezuela o Argentina. Uruguay puede todavía aislarse de eso y no creo que haya mala voluntad del gobierno. Pasa por hacer un cambio y entender que hay que tomar medidas para que no se llegue a estas situaciones. No hay necesidad de que Uruguay se vea envuelto en una batalla en la que no tiene nada que ver y no quiere meterse, y eso se resuelve de una forma sencilla: poniendo los límites claros.

La relación con el gobierno de Mujica


El gobierno de Mujica tuvo momentos tirantes en su relación con Israel, en especial por la condena de Uruguay al bombardeo de una escuela de la ONU en Gaza. Desde la embajada de Israel se habló de un desconocimiento por parte de Uruguay de la realidad que se vive allí. ¿Estás de acuerdo?

Creo que desconocimiento es un poco fuerte. Desde la academia puedo decir que hay una cierta actitud paternalista. Más bien, es la interpretación de ese conocimiento, no entender que muchas veces en las acciones de solidaridad (tan importante para los uruguayos, el alinearse con el elemento más débil), hay una dificultad de interpretar la situación que sucede allá, en la que no necesariamente es Israel el fuerte, el que oprime ante una población palestina sino que en el elemento palestino está también el mundo árabe, el mundo musulmán, en donde el poder que se tiene es muy grande.

La sensación que tiene el pueblo palestino es que pertenece a una nación mucho más grande, que a la larga va a terminar destruyendo al estado de Israel, sea por la fuerza o la presión internacional. Es la incapacidad de entender que en el momento en que te solidarizás con Hamás o cosas que Hamás hace, estás siendo cómplice de una situación contraproducente para los propios palestinos moderados. La incapacidad de entender que en el momento en que vos, en una pelea entre Hamás e Israel, estás lastimando al propio liderazgo de los palestinos es lo que lleva a este tipo de decisiones. En el momento en que se muestra cierta solidaridad hacia Hamás, que lleva a que se sienta que hay un apoyo a estos grupos, se les da viento en la camiseta para seguir haciendo esas acciones. Estoy convencido de que el gobierno nuevo va a tener la capacidad, ante nuevos ataques de Hamás o Hezbollah, de saber distinguir entre la solidaridad responsable de una solidaridad destructiva.

Pero el mismo ex canciller Luis Almagro explicó que, ante el bombardeo de una escuela de la ONU con niños muertos, Uruguay no tuvo otra opción que condenar a Israel.

En política exterior el "no nos quedó otra" no puede ser una opción. Tenés que poder explicarme qué es lo que estás produciendo con una acción. Alternativa posible hubiese sido condenar las acciones de Hamás de disparar misiles sobre la población civil israelí y, si tú considerás que Israel eventualmente está teniendo una acción desproporcional, solicitar a Israel que tenga expreso cuidado en la reacción. Pero el mundo árabe entero criticó a Hamás.

¿Puede considerarse como parte de esa "solidaridad incorrecta" la vez en que Luis Almagro fue fotografiado con una bufanda palestina, en un encuentro en el Chuy?

A mí me preocupa mucho más el hecho de escuchar ciertos apoyos constantes a los elementos radicales palestinos que el hecho de ponerse una bufanda. Es un símbolo. Hubo una política uruguaya exterior de consenso desde que se creó el Estado de Israel hasta hace unos años, consistente en creer que el pueblo judío, carente de un Estado pero presente en la tierra de Israel desde hace siglos, debía ser apoyado, entendiéndose al mismo tiempo los intereses de otras partes. Era una posición de solidaridad responsable y equidistante. Este ejemplo es quizá una salida de esa equidistancia o consenso, pero repito que el próximo gobierno va a saber retomar ese camino de entender las necesidades de seguridad de Israel y al mismo tiempo expresar solidaridad con pueblos cercanos.

Almagro decía que sin embargo él también se había sacado fotos con una kipá en el Muro de los Lamentos. ¿Eso también se puede considerar de igual forma?

Lo repito, creo que es un elemento simbólico y no necesariamente el foco tiene que estar en eso. Lo que sucede es que después de todo lo que había pasado, el elemento de la bufanda pasó a significar otra cosa, pero si a mí me preguntás, no molestarían ninguna de las dos cosas. El tema es que cuando eso se enmarca en una situación en la que se salió de la política consensuada uruguaya es distinto.

Mujica también habló de genocidio en su momento, ¿cómo se entiende eso a nivel diplomático?

Fue una frase desacertada y creo que él mismo lo ha marcado, Desde el punto de vista del concepto no se refiere al hecho en cuestión. Lastima a cualquier población que haya sufrido un genocidio y entienda lo que es un genocidio, sus intenciones y proporciones. No hay elemento ni de comparación. La propia población israelí -incluso yo lo he hecho- ha criticado algunas opciones de su gobierno, pero de ahí a creer que hay una intención del gobierno de una matanza indiscriminada y sistemática, como un genocidio, es hasta una falta de respeto. Así y todo, creo que fue una frase que se dice en un momento de calentura y tengo entendido que el propio Mujica se echó hacia atrás, y no cualquier político tiene la capacidad de reconocer un error.

Mencionaste más de una vez al nuevo gobierno, ¿se considera a Vázquez más "amigo" de Israel que Mujica?

Quiero creer que sí, espero que la perspectiva del próximo gobierno pueda ser más comprensiva y empática de la situación que viven los ciudadanos israelíes.

Por Martín Otheguy