El insólito episodio ocurrió el pasado jueves en una aldea llamada Raipal, en el estado indio de Odisha.

Según informara el periódico The Independent, Maya Murmu, de 70 años, estaba extrayendo agua de un pozo entubado cuando el elefante apareció de súbito y la atacó.

Gravemente lesionada por los pisotones del paquidermo, la mujer fue llevada a un hospital donde falleció poco después, de acuerdo con la información brindada por la policía al medio local Press Trust of India.

La crónica detalla que el elefante residía junto a sus congéneres en la reserva silvestre de Dalma, a unos 200 kilómetros de la aldea, y por alguna razón se alejó de ese lugar.

Para consternación y desconcierto de la familia de la fallecida, el miso elefante pareció durante los ritos mortuorios de Murmu, levantó con su trompa el cuerpo de la pira funeraria, lo arrojó al suelo y volvió a pisotearlo. Finalmente, la bestia se alejó y la familia pudo completar el funeral.

Los incidentes entre elefantes y personas están a la orden del día en Odisha, donde una pujante actividad minera redunda en la veloz creación de asentamientos humanos en las lindes de las áreas silvestres, creando una presión sobre los ya castigados y reducidos hábitats de la fauna autóctona.

Así como se incrementan los choques entre elefantes y aldeanos, donde estos últimos llevan la de perder, crecen en número mucho más sostenido las “muertes no naturales” de elefantes, a menudo envenenados por los lugareños.

Un informe de la agencia local IANS registra al menos 42 muertes de elefantes en el estado de Odisha en solo siete meses, de abril a octubre del año pasado.

La presencia humana en zonas hasta hace poco silvestres no sólo genera problemas con los elefantes, sino también con otras criaturas. En todo el país, en los últimos veinte años se ha experimentado un aumento en las agresiones de leopardos.