"Quizás el desafío que más golpea nuestras conciencias en estos tiempos es la enorme crisis migratoria, que no parece disminuir", explicó Francisco en el Castillo de Dublín tras escuchar al primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

Para el pontífice argentino, su solución "exige sabiduría, amplitud de miras y una preocupación humanitaria que vaya más allá de decisiones políticas a corto plazo".

Francisco, que permanecerá hoy y mañana en Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, lamentó que nos sentamos "impotentes ante el mal persistente del odio racial y étnico, ante los conflictos y violencias intrincadas, ante el desprecio por la dignidad humana y los derechos humanos fundamentales y ante la diferencia cada vez mayor entre ricos y pobres".

"Cuánto necesitamos recobrar, en cada ámbito de la vida política y social, el sentido de ser una verdadera familia de pueblos", destacó.

Ante ello, recordó "el largo conflicto que ha separado a hermanos y hermanas que pertenecen a una única familia" en Irlanda y celebró que la paz haya continuado desde que se firmo el llamado Acuerdo del Viernes Santo hace 20 años.

Con información de EFE