El reconocido disidente cubano José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y encarcelado desde abril, anunció su decisión de aceptar el exilio, tras denunciar intensas presiones del gobierno cubano y un entorno hostil tanto dentro como fuera de la isla.
En una carta difundida este viernes en redes sociales —pero fechada el 10 de septiembre—, Ferrer explica que opta por dejar el país para garantizar la seguridad de su familia, en un contexto que califica de persecución sistemática, torturas físicas y psicológicas, y amenazas constantes.
“Esta decisión la tomé por la seguridad de mi familia y por la frustración que me produjo la desunión, el sectarismo y la falta de efectividad de la oposición dentro y fuera de Cuba”, expresa en la misiva publicada por su hermana, Ana Belkis Ferrer.
“Un campo de concentración al estilo nazi”
Desde prisión, el opositor denunció haber sido víctima de “brutales golpizas, torturas, humillaciones y otros tratos crueles e inhumanos”. Según sus palabras, el objetivo de las autoridades era claro: forzarlo al exilio.
Ferrer asegura además que fue presionado para emitir declaraciones a favor de un eventual diálogo entre Cuba y Estados Unidos, algo a lo que se negó rotundamente:
“Prefería morir en la cárcel antes que ser cómplice del régimen”, sentenció, describiendo su situación como un encierro en un “campo de concentración al estilo nazi”.
Un exilio bajo coerción
Ferrer, uno de los rostros más visibles del activismo político en Cuba desde la disidencia interna, fue excarcelado a inicios de este año junto a más de 530 presos, en el marco de un acuerdo entre el gobierno cubano y el Vaticano. Sin embargo, fue nuevamente detenido en abril por supuestamente haber violado los términos de su libertad condicional.
Su situación refleja una nueva etapa de represión política en la isla, donde varios activistas y opositores han sido encarcelados o empujados al exilio, en medio de una crisis económica, energética y social profunda.
“Mi familia también ha sido objeto de la más despiadada persecución. Todo con la intención de obligarme a abandonar mi país”, denuncia el activista.
En su carta, Ferrer también reprocha la postura de debilidad del mundo libre, al que acusa de mirar hacia otro lado ante lo que califica como una “criminal tiranía aliada con los principales enemigos de la libertad en el planeta”.
Con información de Agencias