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Por The New York Times

El jefe de la policía estatal: respuesta al tiroteo en Uvalde fue un "fracaso abyecto"

El director del Departamento de Seguridad Pública dijo que los policías perdieron tiempo buscando una llave que “nunca fue necesaria”.

23.06.2022 13:15

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2022-06-23T13:15:00-03:00
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Por The New York Times | J. David Goodman

El director del Departamento de Seguridad Pública dijo que los policías perdieron tiempo buscando la llave de la puerta de un salón de clases que “nunca fue necesaria”.

AUSTIN, Texas — El jefe de la Policía Estatal de Texas formuló el martes una reprimenda aguda y enfática a la respuesta policial al tiroteo perpetrado el mes pasado en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, calificándola como “un fracaso abyecto” que va en contra de décadas de capacitación.

En sus comentarios ante un comité especial del Senado estatal en Austin, Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública, ofreció el relato público más completo que se ha hecho sobre la investigación desarrollada por su agencia durante el último mes. Además formuló un argumento contundente acerca de que los oficiales presentes en la escena del tiroteo pudieron —y debieron— enfrentar al pistolero sin demora después de llegar. Afirmó que apenas unos minutos después de que el hombre armado comenzó a disparar contra los niños el 24 de mayo, los oficiales presentes en el lugar tenían suficiente potencia de fuego y equipo de protección como para irrumpir en las aulas.

“Lo único que impidió que un pasillo lleno de oficiales ingresara a las habitaciones 111 y 112 fue el comandante presente en la escena”, dijo McCraw.

Pero el comandante “decidió poner la vida de los oficiales por encima de la vida de los niños”, dijo, retrasando el enfrentamiento con el pistolero por más de una hora mientras “esperaba una llave que nunca fue necesaria”.

La mayoría de las víctimas parecen haber recibido disparos durante los primeros minutos del pistolero en el salón de clases. Pero el testimonio de McCraw abordó una pregunta central y dolorosa sobre la masacre y la demora en la respuesta policial, una duda que los investigadores intentaron responder a través de las entrevistas con los oficiales y los análisis de videos: ¿las puertas de las aulas estaban cerradas, e impedían que los policías entraran a tiempo para salvar a las víctimas?

“No creo, según la información que tenemos en este momento, que esa puerta haya estado trancada alguna vez”, dijo McCraw sobre la puerta del salón de clases por la que entró el pistolero. “La puerta no estaba asegurada”.

Dijo que las puertas de las aulas normalmente se habrían configurado con una llave para bloquearse automáticamente cuando se cierran. Pero el pistolero había podido ingresar al salón de clases, señaló, lo que sugiere que la puerta no se había bloqueado o no estaba completamente cerrada. Afirmó que, antes del tiroteo, una maestra había pedido que se arreglara la cerradura, y agregó que no estaba rota pero la llamada placa de impacto era “disfuncional”, lo que requería que alguien la estirara para poder cerrarla.

En cualquier caso, dijo que “no hay forma de cerrar la puerta desde adentro. Y no hay forma de que el sujeto cerrara la puerta desde adentro”.

McCraw culpó al comandante presente en la escena, a quien identificó como el jefe del Departamento de Policía del distrito escolar de Uvalde, Pete Arredondo, quien dijo que era la persona de más alto rango el lugar.

El jefe ha dicho que no consideraba que estaba encargado del operativo, pero McCraw no está de acuerdo con esa declaración. “Si daba órdenes, si dirigía la acción”, dijo, “usted era el comandante en la escena”.

Según McCraw, el retraso al momento de enfrentar al pistolero era “la antítesis de todo lo que hemos aprendido en las últimas dos décadas desde la masacre de Columbine” sucedida en 1999.

Varios senadores reaccionaron con sorpresa e indignación. “Cada disparo es una muerte”, dijo el senador republicano Paul Bettencourt, que representa a los suburbios de Houston. “Y, sin embargo, este comandante encontró todas las razones para no hacer nada”.

“Desafío a este jefe a testificar en público”, dijo Bettencourt en voz alta en un momento, refiriéndose al jefe Arredondo. El jefe también estuvo en el Capitolio estatal el martes, testificando ante una audiencia a puerta cerrada de un comité de investigación de la Cámara de Representantes de Texas. Pero no habló con los medios de comunicación, ni antes ni después.

Un abogado de Arredondo no respondió a una solicitud de comentarios, y el jefe, que recientemente fue nombrado miembro del Concejo de la Ciudad de Uvalde, dijo que no quiere seguir discutiendo el caso hasta que se termine la investigación.

En una reunión del Concejo Municipal celebrada el martes por la noche, el alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, calificó la audiencia legislativa como un “espectáculo de Bozo el Payaso” y “una farsa” que culpó a la policía del distrito escolar de Uvalde pero no abordó el papel de los agentes del Departamento de Seguridad Pública y de varias otras agencias que también estaban en la escena.

“En realidad me pregunto quién demonios está a cargo de esta investigación porque no se puede obtener una respuesta directa”, dijo el alcalde.

Visiblemente enfadado, McLaughlin advirtió que “se acabaron las contemplaciones” y que ya no guardaría silencio sobre lo que el ayuntamiento sabe sobre el tiroteo, dado que el estado de Texas seguía publicando información pero no le había rendido informes desde el 24 de mayo.

Dijo que McCraw había “mentido” y “filtrado” para “distanciar a sus propios policías estatales y Rangers de la respuesta”.

El alcalde también dijo que tenía entendido que la Escuela Primaria Robb sería demolida, basándose en una discusión que tuvo con el superintendente.

“Nunca le podrías pedir a un niño que volviera —o a un profesor que volviera— a esa escuela, jamás”, dijo.

El Concejo votó el martes a favor de no otorgarle una licencia al jefe Arredondo, que no ha asistido a las reuniones del Concejo desde que juró su cargo poco después del tiroteo. La decisión significa que podría verse obligado a renunciar a su escaño tras faltar a tres reuniones.

El testimonio anterior de McCraw en Austin, que duró más de cuatro horas, fue inusualmente largo porque sucedió luego de varias semanas con poca o ninguna actualización oficial sobre la investigación y también se produjo después de un vacilante y problemático esfuerzo inicial, por parte de altos funcionarios estatales, para proporcionar detalles sobre el tiroteo y la respuesta policial.

McCraw ha sido el director del Departamento de Seguridad Pública desde 2009 y supervisa tanto a la Policía Estatal como a los Rangers de Texas, la organización que investiga el tiroteo en Uvalde. Nativo de El Paso, McCraw comenzó como policía estatal de Texas en la década de 1970 y luego ascendió en las filas del FBI antes de regresar a Texas como director de seguridad estatal durante la gestión del gobernador Rick Perry.

El martes, McCraw mostró láminas con la cronología del tiroteo y la respuesta de la policía en la escuela, fotos de las puertas de los salones y dos mapas que mostraban cómo el pistolero y los policías ingresaron a la escuela y luego a las dos aulas. Caminó mientras presentaba los hallazgos de los investigadores a los senadores estatales que estaban reunidos. También llevó una sección de la puerta de un salón de clases de la escuela, para mostrar su mecanismo de cierre.

Los senadores hicieron preguntas directas sobre la respuesta policial, pero también abordaron los debates políticos más amplios sobre la seguridad escolar y la regulación de armas que surgieron a raíz del tiroteo en Uvalde.

“No se necesita un arma”, dijo el senador Bob Hall, republicano por el este de Texas. “Este hombre tuvo suficiente tiempo para hacerlo con sus manos. O con un bate de béisbol”.

Jon Rosenthal, un miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Texas que seguía la audiencia, no opinaba lo mismo. “Vuelvan a decir que armar a nuestros maestros es la solución al problema de la violencia armada”, escribió en Twitter. “El problema son las ARMAS”.

El resumen presentado por McCraw confirmó los detalles reportados por primera vez por The New York Times en una serie de artículos durante el mes pasado, incluido que los oficiales que ingresaron por primera vez a la escuela, dos minutos después del pistolero, tenían armas similares a los rifles AR-15, y que los escudos que podrían haber sido utilizados para proteger a los oficiales que ingresaban al salón de clases habían llegado antes de las 12:00 p. m., casi una hora antes de que los oficiales al fin ingresaran.

McCraw también presentó nuevos detalles, como la hora exacta en que el jefe Arredondo ingresó a la escuela, a las 11:36 a. m., tres minutos después de que el pistolero entró a las aulas y comenzó a disparar.

La cronología también señaló que, a las 11:54 a. m., un miembro de los Rangers de Texas estaba adentro de la escuela, además de al menos 12 efectivos de la Policía Estatal que respondieron entre el momento en que el pistolero comenzó a disparar en las aulas a las 11:33 a. m. y cuando los agentes lo mataron a las 12:50 p. m.

La presentación contrastaba marcadamente con la versión de los hechos ofrecida por Arredondo en una entrevista con The Texas Tribune. El Times informó que Arredondo había llegado a la escuela sin su radio de la policía y se concentró en encontrar las llaves de las aulas, aunque en los videos no era evidente que alguien hubiera revisado la puerta del salón para ver si estaba cerrada.

Arredondo dijo que sabía que las aulas estaban cerradas porque lo había comprobado junto con otro oficial en ambas puertas. También afirmó que luego se concentró en encontrar las llaves, probando docenas de ellas, en un esfuerzo por encontrar una que funcionara para abrir las puertas. Dijo que, finalmente, consiguió una y fue utilizada por el equipo que ingresó al salón de clases y mató al pistolero.

Pero McCraw dijo que no había indicios, ni en los videos ni en las entrevistas, de que alguien hubiera revisado las puertas. “Además, no se necesita una llave”, dijo, señalando la disponibilidad de herramientas para abrirlas y la posibilidad de ingresar por las ventanas.

En la audiencia del martes se hicieron los primeros comentarios públicos sobre la investigación que ya lleva varias semanas.

El Departamento de Seguridad Pública dejó de realizar sesiones informativas públicas una semana después del tiroteo luego de que varios de los detalles compartidos por los funcionarios, incluido McCraw y el gobernador Greg Abbott, resultaron ser incorrectos. La información que se corrigió incluía el tiempo que tardaron los agentes en hacer los primeros disparos contra el pistolero (no fue inmediatamente, sino una hora y 17 minutos después de que comenzó a disparar dentro de la escuela) y cómo el atacante había accedido al edificio (no fue por una puerta que estaba entreabierta, sino que ingresó por una que estaba sin llave).

En vez de proporcionar actualizaciones, la Policía Estatal comenzó a remitir las consultas de los medios a la fiscal de distrito local, Christina Mitchell Busbee, quien rechazó las solicitudes de entrevistas y no ha realizado ninguna conferencia de prensa.

El relato cambiante en torno a la masacre, que dejó 19 niños y dos maestras muertas, socavó rápidamente la confianza en las versiones oficiales del tiroteo y generó tensión entre los funcionarios estatales y los de Uvalde, la mayoría de los cuales respaldan al Departamento de Policía de su ciudad y al jefe Arredondo.

Esas tensiones solo aumentaron cuando McCraw realizó una conferencia de prensa tres días después del tiroteo y dijo que el jefe Arredondo estuvo a cargo de la respuesta policial y tomó la “decisión equivocada” al no confrontar al pistolero de inmediato.

Poco después de esa conferencia de prensa, el 27 de mayo, el alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, solicitó que el Departamento de Justicia federal realizara su propia investigación, independiente de la de los Rangers de Texas. La Cámara de Representantes también está realizando unas pesquisas, lo que significa que ahora hay al menos tres investigaciones sobre lo sucedido.

Sin informes oficiales, los detalles surgieron por otros medios, incluso a través de documentos de investigación, videos de vigilancia y transcripciones de grabaciones de cámaras corporales de la policía que fueron revisadas por el Times.

El Times reveló que a los supervisores de la policía se les dijo que había personas vivas pero heridas en las aulas; que un oficial habló por teléfono con su esposa, una maestra, después de que le dispararon pero antes de que ella muriera, y que él les había informado a otros oficiales sobre esto a las 11:48 a. m., brindándoles un claro indicio de que las personas que estaban adentro de las aulas necesitaban ayuda urgente; y que un policía de Uvalde que estaba afuera de la escuela dejó pasar la oportunidad de dispararle al pistolero por temor a impactar a los niños.

El martes, varios senadores preguntaron si la demora había costado vidas. La mayor parte de los disparos sucedieron durante los primeros minutos en que el pistolero estuvo en las aulas, aunque disparó varias veces más mientras los oficiales esperaban afuera de los salones.

“¿Hay alguna manera de determinar cuán diferente podrían haber sido las cosas si hubiéramos podido entrar de inmediato?”, preguntó Bryan Hughes, senador republicano por Tyler, hacia el final de la audiencia.

McCraw dijo que el fiscal de distrito estaba muy interesado en responder esa pregunta y había buscado la ayuda de expertos en medicina de emergencia para hacerlo.

José Menéndez, senador demócrata por San Antonio, le hizo la última pregunta a McCraw y no se centró en la actuación de la policía, sino en el rifle estilo AR-15 que tenía el pistolero.

“Con base en las 100 rondas que disparó en un corto período de tiempo, ¿podría haber hecho tanto daño con un bate, un cuchillo o un revólver?”, preguntó Menéndez. “¿Podría haber matado a tanta gente?”.

“No”, respondió McCraw.

Edgar Sandoval colaboró con reportería.

J. David Goodman es el jefe de la oficina de Houston, y cubre Texas. Ha escrito sobre el gobierno, la justicia penal y el papel del dinero en la política para el Times desde 2012. @jdavidgoodman

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