El consumo uruguayo está mutando. No se trata solo de cuánto se gasta, sino de cómo se paga. Así lo revela el último Observatorio Fiserv, que detecta un cambio claro en el comportamiento financiero de los hogares: mientras las transacciones con tarjetas de débito retrocedieron un 2% interanual, el uso del crédito aumentó casi un 20%, impulsado por la búsqueda de mayor flexibilidad y control del gasto.
Un nuevo patrón de consumo
La tendencia no se limita a bienes durables. Las compras en cuotas y al contado aumentaron también un 20%, lo que sugiere un uso más estratégico del crédito, incluso para gastos cotidianos.
Los rubros más activos en volumen de operaciones fueron:
- Retail
- Salud
- Indumentaria
- Supermercados
- Combustibles
La inclusión de supermercados en el top cinco, desplazando a gastronomía, marca un corrimiento hacia gastos esenciales. A pesar de una inflación contenida, los ingresos aún se recuperan lentamente, y los consumidores ajustan prioridades: menos salidas, más compras domésticas.
Movilidad, viajes y tecnología
Las categorías vinculadas al movimiento y el ocio también muestran signos de recuperación pospandemia:
- Traslados: +102% interanual
- Líneas aéreas: +25%
En cuanto a la tecnología de pago, el 73% de las transacciones en tiendas físicas ya se realiza con tarjetas contactless, mientras que el chip representa el 20%. La banda magnética está casi extinta. La preferencia es clara: pagos rápidos y sin fricción.
El comercio electrónico sigue firme, con un 35% del total de las operaciones y un crecimiento del 5% interanual. Lo que empezó como un canal de emergencia durante la pandemia hoy es parte estructural del ecosistema de consumo.
Inclusión financiera y geografía del gasto
El uso de tarjetas se expande más allá del eje metropolitano: crecen los pagos digitales en el litoral y el noreste del país, donde se fortalece la infraestructura tecnológica y la bancarización. Este avance amplía el mercado y mejora el acceso de comercios y consumidores en zonas históricamente relegadas.
En contraste, las transacciones con tarjetas extranjeras bajaron al 3%, reflejando el impacto de la estacionalidad turística. Aun así, el consumo interno mantiene el volumen general de operaciones, una señal de resiliencia del mercado doméstico.
El crédito como termómetro económico
El informe sugiere que los hogares uruguayos ya no ven el crédito como una herramienta de emergencia, sino como una forma de planificación financiera. La lógica del consumo se desplaza hacia decisiones más calculadas, incluso en rubros del día a día.
“La forma de pagar se convirtió en una radiografía de la economía”, resume el informe. “La billetera ya no solo guarda dinero, guarda decisiones de futuro”.
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