El “boom” del coche eléctrico, la tecnología clave para descarbonizar el transporte, es considerado una oportunidad para crecer por los fabricantes de neumáticos que, como el francés Michelin, quieren que en 2050 su producción total sea con materiales sostenibles, al tiempo que reclaman que más países incorporen a sus legislaciones límites a las emisiones contaminantes de las ruedas.

Representantes de la firma gala subrayaron este jueves, en un encuentro con prensa internacional, su compromiso de llegar a esa fecha con la totalidad de sus gomas fabricadas con materiales sostenibles al 100 % y de esa manera contribuir al objetivo global de reducir progresivamente las emisiones contaminantes que también se ha marcado el sector del automóvil.

El rodaje de los neumáticos, elaborados con más de 200 componentes como caucho natural y sintético, metales, textiles, otras llantas recicladas y carbón a negro (blackcarbon) y sílice, entre otros, produce el desprendimiento de micropartículas contaminantes.

Un vehículo que recorre 27.000 kilómetros al año genera, según las pruebas del fabricante francés, partículas contaminantes equivalentes a 3,7 kilos, mientras que con sus nuevas ruedas 1,6.

Más regulación

“Si se quiere reducir el impacto global de los neumáticos, todo el mundo tiene que contribuir”, dijo el director de Innovación del grupo francés, Cyrille Roget, que animó a países como China y Estados Unidos a adoptar en sus legislaciones iniciativas como la europea para limitar esas emisiones.

“Nos gustaría que esa regulación existiera en todo el mundo”, declaró Roget, que también indicó que su grupo cumplirá con la normativa europea a ese respecto, a la vez que consideró “una pesadilla que haya regulaciones diferentes en los países para reducir las emisiones contaminantes”.

La Comisión Europea presentó en noviembre pasado la nueva normativa, conocida como Euro 7, para automóviles diésel y gasolina, que, entre sus novedades, incluye rebajar esas emisiones contaminantes y marca sus niveles máximos desde 2025 hasta que en 2035 se prohíba la venta de vehículos nuevos de motor de combustión en la Unión Europea (UE).

“Cada país intenta encontrar las reglas que mejor le convienen a su industria del automóvil”, señaló a EFE Bruno de Feraudy, vicepresidente de ese grupo para equipamiento de primera monta, es decir de los neumáticos con los que un coche va equipado al salir de fábrica.

De Feraudy se refirió también a que países como China, “intentan ir un paso por delante de Europa, e incluso en Estados Unidos, que ha puesto en marcha su legislación IRA para proteger su industria, los constructores norteamericanos de automóviles se han pasado al eléctrico. Todo el mundo es consciente de que había que hacerlo”.

“El objetivo es global para todos, la amenaza consistiría en no mantener el ritmo (de reducción de emisiones) que se ha anunciado”, afirmó el directivo, que explicó que en el caso de Michelin pueden mejorar esos objetivos y, si ya en 2030 se puede pasar a que sus neumáticos contengan un 40 % de materiales sostenibles, “eso nos va a dar mucha información sobre si podremos ir mas rápido” de cara a 2050.

Transformación del sector

Para 2023 la multinacional gala, que produce neumáticos en 67 fábricas, está presente en 175 países (incluido España y varios de Latinoamérica) y emplea a 132.000 trabajadores, apunta a las transformaciones estratégicas que prevé para el grupo ante los cambios del mercado que afectan a conductores, constructores de vehículos y por la crisis climática.

Las ruedas de los coches eléctricos suponen también un reto para el sector del automóvil, ya que su tamaño aumenta por el mayor peso de los vehículos, lo que a su vez incide sobre el consumo de combustible y en las emisiones de CO2, al tiempo que requieren de mayor capacidad de carga por el peso de las baterías que los vehículos de combustión.

Ello llevará a una mayor digitalización de los procesos de producción, acompañados de la utilización de inteligencia artificial y del proceso de datos, agregaron las fuentes.

Para Michelin el objetivo es llegar a la “factoría 4.0”, que combina el uso de robots con inteligencia artificial, aumentando la escala de su transformación y que permite al fabricante anticiparse a las paradas de producción, aumentar esta y ganar en flexibilidad, además de mejorar las condiciones laborales de las plantas.

EFE