El Partido de los Trabajadores afirma que sus propuestas “implican una revolución social”

El candidato a la Presidencia por el Partido de los Trabajadores, Rafael Fernández, aseguró que sus propuestas de cambio están basadas en una modificación del sistema socioeconómico actual para aplicar el socialismo.

"El planteamiento nuestro es un planteamiento socialista, es un planteamiento anticapitalista. Eso implica una transformación social que obviamente puede llevar un período histórico de tiempo pero en el que se plantea la necesidad de que gobiernen los trabajadores. No es para hacer retoques al sistema capitalista", expresó en conversación con Montevideo Portal.

"Los cambios esos implican una revolución social, que la clase obrera adquiera la convicción de que es inviable la posibilidad de ser explotado a los intereses de los capitalistas", continuó.

En una entrevista con este portal que será publicada completa el próximo viernes en una nueva entrega del ciclo Uruguay 2020, Fernández aseguró que el objetivo de su partido para estas elecciones es tener representación parlamentaria.

Allí, sus principales propuestas girarán en torno a los trabajadores, con temas como los salarios y la seguridad social. "Vivimos en un mundo donde los avances tecnológicos se traducen en un debilitamiento de la clase obrera porque producen mayor desempleo, un ejército de reserva que presiona al ocupado para aceptar peores condiciones, aumentar la edad de retiro...", consideró entre algunas dificultades para los empleados.

"Tenemos cada vez más condiciones tecnológicas para trabajar menos, pero el hecho es que la propiedad privada esté en manos de una pequeña minoría y se traduce en que en vez de reducir la jornada de trabajo terminamos trabajando más horas para ganar lo mismo. Esa es una contradicción inherente a este régimen capitalista", añadió.

En este sentido, sobre las condiciones económicas actuales, dijo que "el discurso de los empresarios" se logró "trasladar muy bien a todo el régimen político y hasta parte de los sindicalistas lo compran".

"Desde que existe el capitalismo, cada transformación que han propuesto los obreros, los patrones han dicho que es inviable porque se fundirían, empezando por la jornada de ocho horas. Trabajaban 14 o 16 horas los obreros, se implantaron las 10 horas, las ocho horas, y no se fundieron. Quiere decir que acá hay un problema de un antagonismo social, de un interés contrapuesto entre los patrones y los trabajadores y el Partido de los Trabajadores elige el campo de los trabajadores", afirmó.