Contenido creado por María Noel Dominguez
Internacionales

Realidades heterogéneas

El Papa aprueba una Guía para la Catequesis para entender realidades heterogéneas

El Papa aprobó un nueva Guía para la Catequesis que insta a los catequistas a atender las "realidades familiares heterogéneas", con sus luces y sombras, para acompañarlas adecuadamente y discernir la complejidad de las situaciones, sin caer en formas de idealización y pesimismo".

25.06.2020 09:47

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2020-06-25T09:47:00-03:00
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Se trata de un documento redactado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización que el Pontífice aprobó el pasado 23 de marzo y presentado este jueves.

La última actualización de un documento de este tipo tuvo lugar hace 23 años. El 15 de agosto de 1997 vio la luz el Directorio general para la Catequesis, cinco años después de la publicación del Catecismo de la Iglesia católica

Ahora, se hace hincapié en la importancia de que los catequistas encuentren formas y maneras para introducir las "situaciones irregulares" y las personas que las viven en la catequesis. "De esta manera es posible evitar aislamientos o discriminación y despertar el deseo de aceptar y responder al amor de Dios", dice el texto.

Así, el documento asume que están aumentado las crisis matrimoniales y familiares que, a menudo, se resuelven dando origen a nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios, creando "situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana".

"Con cuidado, respeto y preocupación pastoral, la Iglesia quiere acompañar a los hijos marcados por el amor herido, que se encuentran en una condición más frágil, devolviéndoles su confianza y esperanza", propone.

Junto a estas realidades, advierte de que muchos niños y jóvenes están profundamente afectados por la fragilidad de los lazos dentro de las familias, incluso en situaciones de bienestar económico, o en contextos fuertemente marcados por la pobreza, la violencia y la inestabilidad". "Estos niños, que por diferentes razones sufren la falta de referencias seguras en la vida, a menudo también carecen de la posibilidad de conocer y amar a Dios", alerta.

Atender a los desilusionados y heridos "sin juzgar"

Además, el Pontífice pide al catequista poner atención particular a cuantos, desilusionados o heridos, sientan la necesidad de regresar a la comunidad cristiana. "Es importante que sean acogidos sin ser juzgados y que el catequista pueda desarrollar con ellos una tarea de recuperación y reinserción en la comunidad con claridad y comprensión", señala el documento redactado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

Ante los que se distancian de la Iglesia o muestran indiferencia o desconfianza, apunta como causas falta de testimonio, credibilidad, la ausencia de apoyo espiritual y moral por parte de la familia, una catequesis débil o una comunidad cristiana poco significativa. Por ello, llama a redefinir la catequesis a los jóvenes con una acción pastoral que tenga en cuenta, por ejemplo, que muchos no tienen una condición laboral y económica estable que les permita la formación de una familia.

Rechaza la teoría de género "sin juzgar"

En el documento también se rechaza la teoría de género como una construcción social desvincula del sexo biológico, pero insiste en que no se juzga a las personas, sino que se invita a acompañarlas siempre, "sea cual fuere su situación. En todo caso, apunta que la sexualidad no es sólo un dato físico, sino una realidad personal cuya vivencia debe responder al llamamiento original de Dios.

Por otro lado, se subraya la necesidad de que la enseñanza de la religión católica "presente la misma exigencia de sistematización y rigor que las demás disciplinas, ya que sobre todo en este ámbito la improvisación es perjudicial y debe evitarse". Además, recalca que la materia de religión debe ser fuente de diálogo "respetuoso y abierto", especialmente en este tiempo en que las posiciones "se confrontan fácilmente hasta llegar a violentos encuentros ideológicos".

En este sentido, el texto denuncia que están creciendo "formas de indiferencia e insensibilidad religiosa, de relativismo o sincretismo, con el ropaje de una visión secularista que niega toda apertura a la trascendencia" ante lo que propone no sentirse "confundidos y desorientados" sino seguir anunciando el Evangelio.

En esta línea, destaca que las escuelas católicas son un sujeto eclesial que hace visible la misión de la Iglesia, sobre todo, en el campo de la educación y de la cultura.

Padres, los primeros "catequistas""

En todo caso, pide que los padres superen la mentalidad tan común de delegar a otros y que sean los "primeros catequistas" de sus hijos. También lamenta que la elección de los padrinos no motivada por la fe, sino por costumbres familiares o sociales haya contribuido en gran parte a "la degradación de estas figuras educativas". Así, propone "cursos de catequesis para los padrinos" y reivindica la contribución de los abuelos en la catequesis.

También insiste en que se adapte la catequesis al lenguaje de las redes sociales y el mundo virtual en el que se mueven los jóvenes para traducir el mensaje de Jesús, pero sin confundir el llamamiento de Jesús con el lenguaje de los dinámicas típicas de las redes, como los 'influencers'.

El catecismo no es "expresión estática de la doctrina"

Así, se presenta el Catecismo como un instrumento "dinámico" adecuado para inspirar y nutrir el camino de la fe para la vida de cada persona y no como "una expresión estática de la doctrina". De este modo, se reconoce que hay aspectos del mensaje del Evangelio que son generalmente difíciles de aceptar, sobre todo el pecado, y se precisa que en todo caso la catequesis no es "la presentación de una moral, sino un anuncio de la belleza de Dios".

El texto actualiza las modalidades de la evangelización para que no se queden en un "barniz superficial" sino que conformen una Iglesia que sea un verdadera comunidad viva de fe, libre de formalismos vacíos, con capacidad de acogida y cercanía y "activamente atenta a las personas que viven en sufrimiento, pobreza y soledad".

"La catequesis, a la vez que debe evitar todo tipo de manipulación de una cultura, no puede limitarse a la simple yuxtaposición del Evangelio a ésta, como un barniz superficial, sino que debe proponer el Evangelio de manera vital, en profundidad y hasta las mismas raíces de la cultura y de las culturas del hombre", señala.

Repensar la evangelización

El nuevo texto, de 291 páginas y doce capítulos, nace en un contexto "marcado por una gran distancia entre fe y cultura" que hace necesario repensar la evangelización con nuevas categorías y nuevos lenguajes que subrayen su dimensión misionera y que no lleven en primer lugar la doctrina, sino el hacer "presente" a Jesucristo.

En él también se alerta de los experimentos genéticos, como la eugenesia y el llamado transhumanismo que da vida a individuos con un patrimonio genético diverso y determinado por el propio querer".

Sobre el proceso migratorio, alerta de que, además de los problemas humanitarios, se produce un abandono de la práctica religiosa y crisis en las convicciones de fe y pide cuidar la solidaridad y rechazar los prejuicios negativos". También extiende esta necesidad a todos los marginados -refugiados, nómadas, sintecho, enfermos crónicos, drogadictos, prisioneros, esclavas de la prostitución-. Por ello, destaca que la credibilidad del mensaje de la Iglesia "depende en gran medida del testimonio de sus obras". Finalmente, la Guía también avisa de que la piedad popular puede dar lugar a la proliferación de sectas.

Con información de Europa Press