La Policía detuvo en la noche del lunes a Luis Alberto Suárez, alias Betito, un líder criminal de la zona de Cerro Norte. Durante la pasada administración del Ministerio del Interior, Suárez fue señalado como cabecilla del clan Los Suárez, grupo enfrentado por el territorio con Los Colorados.
En los últimos meses, Suárez volvió a ser noticia. La primera vez fue en febrero de este año, cuando fue baleado mientras comía un asado en la casa de su pareja. Una moto con dos ocupantes pasó frente a la vivienda y le disparó varias veces.
Logró recuperarse y días después dio una entrevista en la que negó tener vínculos con la banda criminal con la que se lo asocia. Aseguró que simplemente estaba “comiendo un asado” cuando fue atacado.
Desde entonces, optó por mantener un perfil bajo, y la Policía no había podido vincularlo a ninguno de los ataques recientes en Cerro Norte. El Betito había logrado deslindarse del grupo que formó, luego de que algunos familiares tomaran el control de la organización.
El clan está integrado por Pablo Pablito Suárez, Lorena Loly Suárez y Nono Suárez, este último mayor de edad desde hace pocos años. Según trascendió, tras la detención del Betito, los allanamientos buscaban principalmente detener a Nono.
Loly Suárez fue detenida este año tras ocho meses de investigación policial y posteriormente condenada por la fiscalía de Estupefacientes de 2° Turno, a cargo de Stella Llorente.
Otro integrante del grupo es Ricardo Cáceres, alias Ricardito, medio hermano del Betito, actualmente recluido en la Unidad 25 (ex-Comcar), de máxima seguridad.
En tanto, Nono era el único de la familia que permanecía en libertad, y la Policía tenía información de que había liderado varias balaceras en Cerro Norte, además de estar vinculado al suministro de pasta base y cocaína en distintas bocas de droga de la zona.
La investigación sobre el Betito se desarrolló durante varios meses, mediante tareas de inteligencia y el seguimiento de publicaciones en sus redes sociales.
Los investigadores notaron que su nivel de vida había mejorado considerablemente: se movía en un BMW y un Audi y había intentado incursionar en el negocio de la representación de futbolistas.
Tal como informó Montevideo Portal semanas atrás, Suárez llegó a reunirse con Francisco Casal, con quien “intercambió experiencias”. En los últimos fines de semana se lo había visto en canchas de Montevideo donde se disputaban partidos de Primera y Segunda División del fútbol uruguayo.
Antes de ser detenido, y cuando la Policía ingresó a su vivienda con orden de allanamiento, Suárez rompió su teléfono celular.
En las próximas horas se realizará una audiencia de control de detención, tras la cual la fiscalía de Rodrigo Morosoli podría imputarlo si reúne los elementos necesarios. Lo que sí se da casi por seguro es que se formalizará una investigación contra su hermano, Nono.