Un análisis del mercado inmobiliario local elaborado por la plataforma Infocasas concluyó que, en el año 2023, “el ritmo de actividad del sector se mantuvo dinámico pese a los acontecimientos que experimentaron los mercados regionales e internacionales”.

En esta línea, se destaca que la estabilidad de la economía uruguaya, y la caída del valor del dólar en el segundo semestre del año, incidió “sobre el precio de las propiedades o unidades de obras nuevas”.

“La Ley de Vivienda Promovida fue un fuerte pilar que impulsó la creación de nuevos proyectos. Las exoneraciones fiscales establecidas en la Ley 18.795 fueron el principal atractivo que motivó la compra para uso de residencia y renta. Los proyectos comprendidos bajo esta ley fueron un gran llamador para extranjeros que ven a nuestro país como una oportunidad para emigrar o invertir”, apunta el trabajo.

Según el estudio, la Ley de Vivienda Promovida implicó “un importante propulsor de la actividad inmobiliaria durante 2023, con principal incidencia en el sector inversor por sus beneficios fiscales”.

“La ley establece beneficios para el promotor inmobiliario como para el comprador, con exoneraciones fiscales por hasta diez años, que atrae el interés local como también extranjero. Posterior al cambio de la reglamentación en el 2020 [a la Ley 18.795 de 2011], el desarrollo de proyectos amparados bajo esta ley creció 70% hasta finales del 2023”, consignó Infocasas.

Puntualmente, la normativa de vivienda promovida establece la exoneración del Impuesto a la Renta en la del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto a las Transmisiones Patrimoniales (ITP) en la primera enajenación (compraventa).

Según información recabada por Infocasas, en 2023 hubo en el país 205 proyectos inmobiliarios a partir de la vivienda promovida, mientras creció el 70% la oferta de este tipo de emprendimiento desde el año 2020.

Sin embargo, un dato que no pasa desapercibido es que el 83% del destino de fondos para compra de unidades amparadas en la Ley de Vivienda Promovida fue como inversión inmobiliaria, mientras que para “vivienda de uso personal” apenas el 17%.

En líneas generales, las preferencias de los inversores inmobiliarios a la hora de adquirir viviendas son “en pozo” (cuando el edifico aún no ha empezado a ser construido, pero existe el proyecto), en los barrios Cordón, Pocitos y La Blanqueada. A su vez, la mayoría de los pagos se hacen al contado y la propiedad adquirida tendrá como destino principalmente la renta.

En el caso de los fondos destinados a la construcción de viviendas que no aplican la ley ni sus beneficios fiscales, el 31% fue para inversión inmobiliaria y el 69% para compra de una casa o apartamento para uso personal.

Aunque en el interior del país ha habido un incremento de la utilización de esta herramienta de promoción de la construcción, Montevideo sigue liderando la cantidad de proyectos que se amparan en los beneficios fiscales, acaparando el 65% de las iniciativas.

Lo siguen Canelones con el 20%, Maldonado con el 6% y el resto de los 16 departamentos acumulan solo el 10%, según datos de la Agencia Nacional de Viviendas (ANV).

Por su parte, los barrios más buscados para comprar son Pocitos, Cordón, La Blanqueada, Punta Carretas, Centro, Tres Cruces, Parque Rodó, Ciudad de la Costa y Malvín, según la plataforma.