Contenido creado por Ignacio Alcuri
Locales

Su palabra

Despidieron los restos de José Pedro Barrán

El sepelio del profesor e historiador José Pedro Barrán se llevó a cabo en el Cementerio del Norte. En agosto había sido distinguido por el MEC con el Premio a la Labor Intelectual, donde dijo que el galardón era "fundamentalmente para la Historia".

13.09.2009 12:09

Lectura: 3'

2009-09-13T12:09:00-03:00
Compartir en

Montevideo Portal

El profesor e historiador José Pedro Barrán falleció el pasado viernes, y el sábado sus restos fueron velados en la Universidad de la República. El sepelio se llevó a cabo en el Cementerio del Norte.

José Pedro Barrán nació en Fray Bentos en 1934, fue docente de Historia egresado del Instituto de Profesores Artigas (1958). Durante 20 años (1985-2005) dirigió el Departamento de Historia del Uruguay de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, es autor de numerosos libros, y académico de número de la Academia Nacional de Letras desde 1998.

De entre su vasta obra se destacan los libros "Bases económicas de la revolución artiguista" (1964), "Historia rural del Uruguay moderno" (1967-1977), así como la Historia de la vida privada en el Uruguay.

Dicha obra, inspirada en el trabajo de investigación que realizara el historiador francés Georges Duby en su país, fue elaborado con la colaboración de Gerardo Caetano y Teresa Porzecanski, y constituye una herramienta fundamental para la reconstrucción de la historia de nuestra sociedad.

El 5 de agosto Barrán había sido distinguido por el MEC con el Premio a la Labor Intelectual 2009. Al hacer uso de la palabra tuvo el sentido del humor y amenidad que siempre lo caracterizaron.

“Más que para mí, este premio es fundamentalmente para la Historia”, manifestó, agregando jocosamente que ello “no habilita al resto de los participantes a reclamar nada”.

“La Historia es la más humana de las disciplinas y nos apasiona a todos, lo percibamos o no”, sentenció visiblemente emocionado. Luego, a la hora de los agradecimientos, se detuvo especialmente en su colega y predecesor Juan Pivel Devoto.

“Pese a que seguimos líneas historiográficas muy diferentes, con Pivel aprendí la necesidad de trabajar con el máximo rigor, y también a querer a mí país”, recordó.

Se refirió luego al nexo entre la subjetividad personal y la crónica histórica. “Cuando descubrimos que nuestros padres no fueron sólo eso, sino también personas con pasiones, virtudes y defectos, comienza la Historia”, refirió.

“Todavía puedo evocar la mirada de mi padre, perdida en recuerdos de lo que no fue”, prosiguió conmovido, subrayando el hecho de que “la Historia no es sólo lo que existió, sino aquello que no logró existir”, manejando una idea explotada en el campo de las artes por figuras de la talla de Fernando Pessoa o Juan Eduardo Cirlot. En la ocasión, el veterano docente escogió un ejemplo del ya mencionado Tristán e Isolda, de Wagner.

“Cuando Woden, el dios germánico, pregunta a su esposa Frigga por qué no puede ser lo que nunca fue; ahí empieza la Historia”, manifestó, agregando respecto a ello que “si no lo soñamos primero, nunca será”.

Montevideo Portal