Por The New York Times | Oscar Lopez

Los disturbios en el norte del país dejaron al menos 40 presos muertos y más de una decena de heridos. Es la matanza más reciente ocurrida en el sobrepoblado y conflictivo sistema penitenciario de ese país.

CIUDAD DE MÉXICO — Por lo menos 40 internos murieron en un motín penitenciario al norte de Ecuador el lunes, según las autoridades. Se trata del incidente más reciente en una serie de sangrientos enfrentamientos dentro del violento sistema carcelario del país sudamericano.

El motín, que inició a primeras horas del lunes, se propagó por el Centro de Rehabilitación Social Bellavista, una prisión ubicada en Santo Domingo, una provincia al oeste de Quito, la capital. Según las autoridades, más de 100 reclusos fueron detenidos cuando intentaban escapar de los terrenos de la prisión.

Imágenes espantosas que fueron compartidas en las redes sociales mostraban un montón de cuerpos ensangrentados en un patio en las instalaciones de la prisión. La mayoría de los fallecidos fueron apuñalados a muerte, según Patricio Carrillo, el ministro del Interior de Ecuador, quien indicó que el motín fue causado por un conflicto entre pandillas criminales. La policía dijo que hallaron armas blancas y pistolas entre los prisioneros.

La tarde del lunes, las autoridades dijeron que el centro penitenciario ya estaba bajo el control de la policía nacional y del ejército.

“Lo que pasó hoy en la cárcel de Bellavista en Santo Domingo es una crueldad de esta organización criminal”, comentó Carrillo en una rueda de prensa.

Al momento del motín, la prisión albergaba más de 1600 detenidos, casi el doble de su capacidad original de 905, según registros oficiales. Solo 25 funcionarios estaban de guardia en todo el complejo, afirmó Carrillo.

La violencia sangrienta del lunes, el segundo motín con fallecidos en Ecuador en poco más de un mes, muestra la difícil situación de seguridad dentro del atribulado y sobrepoblado sistema penitenciario. El año pasado, alrededor de 300 personas fueron asesinadas dentro de las cárceles del país, según Naciones Unidas, y la población penitenciaria se ha triplicado en los últimos 13 años, lo que ha sobrecargado gravemente al sistema.

“Este es un alarmante recordatorio de la falta de control en el sistema penitenciario de Ecuador”, dijo por mensaje de texto Tamara Taraciuk Broner, directora para las Américas de Human Rights Watch. “Mientras las autoridades no prioricen abordar el hacinamiento en las cárceles y poner fin al control de las organizaciones criminales en las prisiones que extorsionan a los detenidos y a sus familiares, estos centros seguirán siendo caldo de cultivo para el crimen y la violencia”.

En febrero, el presidente Guillermo Lasso implementó una nueva política para mejorar el acceso de los presos a alimentos, cuidados de salud y empleo, entre otras cosas. Para ayudar a aliviar la sobrepoblación también ordenó la liberación de alrededor de 5000 presidiarios, entre ellos los que habían cometido delitos menores y cumplido con más de la mitad de su sentencia.

Naciones Unidas había calificado la medida como un valioso primer paso.

“Esperamos que la nueva política se implemente para ayudar a cambiar el sistema penitenciario de Ecuador de la dependencia excesiva de las medidas punitivas a la prevención del delito y para que cumpla con los estándares internacionales de derechos humanos”, dijo la organización en un comunicado.

La medida se produjo luego de que un motín en la ciudad de Guayaquil el pasado septiembre dejó a más de 100 personas muertas y 52 heridas. Lasso declaró un estado de emergencia que duró tres meses.

“Mi más sentido pésame a los familiares y seres queridos de los fallecidos en el amotinamiento en la cárcel de Sto. Domingo”, escribió Lasso en Twitter. “Este es un lamentable resultado de la violencia entre bandas”.

En una conferencia de prensa, Carrillo, el ministro del interior, dijo que la causa probable del motín del lunes era la reubicación proyectada del líder de una de las mayores organizaciones criminales procedente de otra institución. Freddy Anchundia debía ser trasladado a una prisión de máxima seguridad luego de otro motín carcelario sucedido el mes pasado en El Turi, al sur del país, que dejó 21 fallecidos.

Sin embargo, luego de llegar a las instalaciones en Guayaquil, un juez ordenó que Anchundia volviera a ser transferido a la prisión en Santo Domingo, donde se encontraba cuando estalló la violencia en la madrugada del lunes.

Según Carrillo, los disturbios del lunes fueron iniciados por los mismos grupos criminales que el mes pasado organizaron el motín mortal en El Turi.

El sistema penitenciario de Ecuador “tiene muchos problemas estructurales, esos problemas estructurales no pueden ser resueltos en un corto plazo”, dijo Carrillo. “Lo que estamos viviendo ya no es un problema ni de las instituciones, ni de las personas. Este es un problema del Estado y tenemos que resolverlo desde el Estado”.

Susana Roa Chejín y Marcela Ribadeneira colaboraron con la reportería desde Quito, Ecuador.

 

 

Susana Roa Chejín y Marcela Ribadeneira colaboraron con la reportería desde Quito, Ecuador.