Contenido creado por Inés Nogueiras
Las 40

El futbolista vestido de árbitro

Darío Ubriaco cantó Las 40

''Habría que entender que en este deporte a veces se pierde'': El ex árbitro Darío Ubriaco habla de su carrera como futbolista y juez, y revela cuál fue a su criterio el peor error que cometió en un partido. Por Gerardo Tagliaferro.

09.02.2016

Lectura: 20'

2016-02-09T06:00:00-03:00
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Sus advertencias, "siga siga" o "no me hable" tienen origen a un metro noventa del piso, y cada pisada mueve seguramente alrededor de 100 kilos, con lo cual la tarea de imponer autoridad entre 22 tipos que van a intentar por todos los medios sacar la ventajita -y con miles alrededor cuyo principal pasatiempo durante 90 y tantos minutos será hacerlo responsable de todas las calamidades del universo- se ve un tanto aliviada. Se diría, viéndolo por televisión hasta hace muy poco, o ahora mismo que lo tengo frente a mí y parece más delgado, que impone presencia.

Pero esa no es la única característica que hizo a Darío Ubriaco ser un árbitro especial y lo ayudó, seguramente, a convertirse en el Uno del referato uruguayo en esta década. Para llegar a ser ese que así como saludaba con un beso a los futbolistas o se reía con ellos, después les sacaba pecho y roja con cara de maldito, hay que agregarle que supo estar del otro lado. Fue futbolista y aunque abandonó tempranamente, integró alguna preselección juvenil -con Paolo Montero y Darío Silva, por ejemplo- y si bien no se destacó mucho, probablemente rivales y árbitros lo registren como un zaguero protestón y "recio" -eufemismo al que cada uno le puede dar la traducción que quiera- candidato al tarjetazo desde el minuto cero.

Otro activo en su foja: se fue muy jovencito a probar suerte en Europa, casi con una mano atrás y otra adelante. No le fue bien pero no hay duda que como experiencia tiene que haber sido jugosa. En una de esas vivió un tiempo con Montero y con su padre, el legendario "Mudo" Montero Castillo y no faltó la oportunidad de trenzarse, espalda con espalda con el Mudo, contra una horda de tifosi que querían masticarse al pobre Paolo.
Todas estas vivencias fueron parte de la formación de Ubriaco antes de que se reciclara, de candidato a la tarjeta en administrador de ellas. El célebre salto al otro lado del mostrador: de parroquiano que se duerme acodado al estaño después de la enésima, pasó a bolichero que pone el lapidario "hasta acá llegamos, mi amigo". Así se convirtió en juez cantado de clásicos y tenidas importantes aunque le faltó la frutilla: nunca arbitró un mundial ni una Copa América. La última, la de Chile, se le escapó porque no superó una prueba física y ese fue quizás el punto de quiebre, lo que lo decidió a largar a los 43, cuando aún le quedaba un año de posible actividad.

A dos meses del punto final, en un alto en su labor actual como importador y exportador de productos del mar, Ubriaco habló sobre el mundo del fútbol, sus orígenes, las ganadas y las perdidas, su relación con los jugadores, su estilo, el peor error de su carrera como referee, el retiro y otras cosas más. Un mano a mano con el ex futbolista que se sentía árbitro y con el ex árbitro que era, en definitiva, un futbolista.

Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy


1) ¿Por qué te retiraste antes de cumplir la edad límite para arbitrar?
Porque son etapas en la vida. Hubo una etapa que entendí estaba cumplida y lo decidí con la familia. Creí que era un buen momento para hacerlo.

2) ¿Tuvieron que ver los problemas que tuviste últimamente? Como el problema físico que te impidió ir a la última Copa América.
No, no es que haya una única causa. También hay que sumar a la etapa de árbitro la de futbolista, hace 30 años que estoy corriendo atrás de una pelota. Creo que es un buen momento para darle tiempo a la familia, ahora tuve vacaciones con la familia por primera vez en diez años.

3) ¿El arbitraje te impedía hacer otras cosas?
No es que me lo impidiera, pero te corta. Muchas veces estás de vacaciones y te tenés que ir porque tenés que viajar o tenés que venir a Montevideo a hacer la pretemporada. En los últimos diez años no podía estar, como estuve ahora, 15 días de vacaciones sin moverme del lugar.

"En la prueba física para la Copa América me faltaron unos metros. Cuando se aplica el reglamento... se aplica el reglamento"


4) ¿Cómo es la vida de un árbitro internacional?
No diría que es sacrificada porque sería injusto con gente que realmente tiene que remarla 15 horas para mantener a su familia. Un día común hay que trabajar, entrenar... cuando hacés la pretemporada se juntan las ocho horas de trabajo con trabajo intenso físico, todos los días. Uno se tiene que preparar a nivel profesional pero en un medio como el nuestro en el que todavía los árbitros no están dentro de un sistema profesional. Entonces, la exigencia es mucha pero los árbitros tienen que seguir trabajando para subsistir.

5) ¿Los árbitros están obligados a tener otra actividad laboral?
Eso cambió, en un momento era así pero cambió. Va acompasado a la realidad de los países: si hay problemas de ocupación en un país no podés exigir trabajo. Igualmente es bueno que tenga otra actividad, además de que en este momento tiene que ser así porque, hasta el año pasado, no había un viático fijo. Este año cambió para los árbitros de primera.

6) ¿Vos siempre tuviste otra actividad?
Si. Tengo una empresa con un amigo, de importación y exportación de productos del mar.

7) ¿El arbitraje no era tu ingreso principal?
En algunos momentos sí. Cuando vas a algún torneo importante, el ingreso es acorde, pero un árbitro internacional, en Uruguay, no puede vivir solo del arbitraje.

8) ¿Cuánto se paga un partido de Copa Libertadores por ejemplo?
Ahora cambió, pero no está bueno decirlo eso. Ahora subió un poco pero nunca fue demasiado. Tenés que pagarte hotel y comida, te pagan el pasaje. Ahora mejoró pero no es para hacer plata, es un ingreso más.

9) ¿Es una frustración no haber podido arbitrar una Copa América o un Mundial?
No diría una frustración, son cosas que quedan en el debe, como tantas cosas en la vida. Cosas que van quedando a lo largo del camino. Simplemente no se dieron, como tantas otras que sí. Hubiera estado bueno pero no me siento con rencor por eso. Viví muchas cosas lindas y recuerdo esas.

10) ¿Qué fue en concreto lo que te impidió ir a la última Copa América?
No poder completar una prueba física. Me faltaron unos metros y reglamentariamente no la completé. Un tema reglamentario, cuando se aplica el reglamento... se aplica el reglamento.

11) ¿En situaciones similares o comparables no se aplica?
No, yo no digo eso. En este caso reglamentariamente no se completó la prueba. Ya está.

12) Durante varios años, al igual que tus colegas, viviste expuesto al juicio público todos los fines de semana, incluso ahora con las redes sociales, hasta a la descalificación, el insulto y demás. ¿Cómo manejaste eso?
Primero hay que prepararse un poco, porque es un lugar en el que evidentemente estás expuesto a críticas. Separo la crítica periodística hecha con respeto -yo siempre sentí respeto aunque no compartiera algunas cosas- de las que no son respetuosas. Este es un deporte y se equivocan tanto los árbitros como los dirigentes y los jugadores. Algunos toman al árbitro como excusa: en lugar de hablar de que no tuvieron un buen partido es más fácil decir que perdieron por los árbitros. Que a veces pasa: podés perder por un error de los árbitros, pero también a veces pasa que ganás por ese mismo factor. Con relación a las críticas en las redes sociales o los insultos, no las leo. El 100% son anónimas y el que insulta anónimamente es un cobarde, y no se puede responder a una cobardía.

"El que insulta anónimamente es un cobarde, y no se puede responder a una cobardía"


13) Tenés hijos chicos, ¿cómo manejan esas cosas?
Creo que eso se transmite: si uno dramatiza, ellos dramatizan. Si yo me pongo como loco porque me critican, ellos lo sufren. Nunca hubo en mi casa un silencio en la cena porque yo no tuve una buena tarde, no tenía sentido. Más allá de la preocupación porque no está bueno no tener un buen partido, nunca puse a mi familia por debajo de eso. Entonces ellos no lo sufrieron, a veces le decían algo en el colegio, pero lo normal. Nada traumático.

14) ¿Molestan los insultos en una cancha?
Es parte de lo que denominamos como cosas normales. Yo considero que es un desastre que la gente vaya a eso a la cancha pero es parte de lo que vivimos. En el partido no te tenés que desconcentrar, en grandes estadios no se escucha y en pequeños o cuando hay menos gente se escucha un poco más, pero lo tomo como parte de esto. Si una persona tiene un problema conmigo lo puedo hablar o trato de solucionarlo, pero con un insulto y detrás de un tejido, no.

15) ¿Alguna vez algún insulto te sacó?
No, sacarme no. Escuchás cosas, claro, pero insisto: lo tomo como parte de esto. Si me insultás en una cancha no hay problema, ahora, si lo hacés en la parada del ómnibus, es distinto.

16) ¿Tuviste problemas en la calle?
No, no. Que te digan cosas sí: "nos mataste" o "el penal que cobraste". Si es con respeto, si me preguntan algo y es respetuosamente, me paro y respondo. Si me faltás al respeto las reacciones son distintas. Igual ya estoy grande y tengo mucha más conciencia que antes.

17) Fuiste futbolista, jugaste en Central Español y luego te fuiste a Italia. ¿Cómo te llegó esa posibilidad?
Por un contratista (N de R: Mauro Paglione) que me llevó a mí y otros muchachos. Yo tengo pasaporte de la Comunidad Europea. La idea era jugar tres años en una liga regional, porque en aquel momento en Italia se permitían tres extranjeros por club y luego de esos tres años no ocuparíamos lugar de extranjero. Pero no salió bien.

18) ¿Por qué?
(Piensa) En mi caso no tuve una buena respuesta del contratista, no obró bien conmigo. Ahí me fui a la casa de Paolo Montero; lo conocía y me abrió la puerta de su casa porque yo estaba en dificultades. Después me vine, estuve un tiempo y después otros contratistas me llevaron a otros lugares: Inglaterra, Escocia y terminé en Sudáfrica.

"Es un desastre que la gente vaya a insultar a la cancha pero es parte de lo que vivimos"


19) Habías sido preseleccionado sub 20 en 1991, junto a Montero, Darío Silva, Marcelo Tejera y otros. ¿No era mejor apuesta quedarte acá y buscar trascender para después sí, intentar entrar por la puerta grande a Europa?
Y... puede ser. Lo que pasa es que cuando uno es joven... yo me fui con 19 años. Nunca tuve presión de mi familia, al contrario, mi familia lloraba cuando me fui. No me fui por un tema económico, lo hice por aventurero, por joven y por no tener un poco de paciencia. Yo estaba en Central y, pese a que agradezco al club lo que me aportó en formación, a la hora de decidir por los jóvenes o contratar jugadores, los juveniles tenían poca cabida. Central contrataba 10 o 15 jugadores todos los años. Jugué algunos partidos en primera pero era difícil, por lo menos en Central en esa época.

20) ¿El éxito de un futbolista en Uruguay depende solo de sus cualidades o hay factores en el entorno que inciden? Me refiero a tener por ejemplo una "palanca" a nivel juvenil que le ayude a llegar a primera.
Debe pasar sí. En mi época de futbolista era todo más familiar, jugábamos en Central porque éramos amigos, ni se nos pasaba por la cabeza jugar en primera o un pase al exterior. No había un tema económico, era deporte y amistad. Ahora ha cambiado, el jugador que tiene 16 años y no está en un plantel de tercera o primera, ya está quedando afuera.

21) Hay una anécdota de cuando viviste en Italia con Paolo Montero. ¿Te peleaste con unos "tifosi" por defenderlo?
(Se ríe) No, no. En realidad, estaban insultando a Paolo. Él jugaba en el Atalanta y estaban comprometidos en el descenso. Yo estaba esperándolo afuera con el padre, el "Mudo" (Julio Montero Castillo) y bueno, identificaron al Mudo y vinieron hasta ahí. Estaban complicados los muchachos y hubo que defenderse.

22) Terminaron presos.
Sí, fue un poco complicado, pero una escaramuza nomás. Yo era muy joven y cuando uno es joven la sangre se le calienta más rápido, y además había que defenderse. Pero el problema era con Paolo, no porque estuviera jugando mal, sino porque el equipo estaba complicado. De hecho, Paolo después de eso pasó a la Juventus, así que mal jugador no era.

23) Has dicho que como jugador eras "molesto". ¿Qué significa eso?
Les arbitraba el partido. Sin pensarlo, yo les arbitraba a los jueces, les decía que eso no era amarilla, que eso no era roja, que no era penal... entonces los molestaba. Tal cual como me molesta a mí.

24) ¿Te echaron muchas veces por esas cosas?
Sí, me echaban sí. Por pegar pocas veces, pero por hablar sí. Por molestar, por no dejar al árbitro hacer el trabajo que tiene que hacer. El nivel de las protestas ha ido creciendo en el fútbol uruguayo y eso le quita normalidad a los partidos. Yo entiendo que cuando no cometí falta y me sancionan, instintivamente protesto, pero no se puede estar 90 minutos discutiendo. No podemos discutir todo. Acá discutimos absolutamente todo, pero no solo en el fútbol. Queremos ganar siempre, lo cual es bueno, pero a veces se transforma en una mochila. Habría que entender que en este deporte a veces se pierde.

25) ¿Cómo actuabas vos como árbitro ante un jugador de esas características?
Primero trataba de explicarle que su función no es comentar lo que hace el árbitro. Si los árbitros comentáramos las jugadas adentro de la cancha, donde uno ve errores, estaríamos en una ida y vuelta permanente. Yo no puedo decirle a un jugador "qué mal le pegaste" o "no podés errar ese gol". Los árbitros tienen un Colegio de Árbitros que está para eso: para analizarlos y si cometen errores, sancionarlos. Cosa con la que no estoy de acuerdo.

"Cuando jugaba les arbitraba a los jueces, les decía que eso no era amarilla, que eso no era roja, que no era penal"


26) ¿No estás de acuerdo? ¿Y qué pasa con un juez que tiene un error que incide en un resultado?
Bueno, tendrá un mal puntaje que influirá en su carrera, en su calificación para ascender o no. Pero la gente lo que quiere es que ese árbitro no arbitre el siguiente fin de semana. Y entonces lo que se hace es sacar a ese árbitro para bajar la presión.

27) Quejas hay de todos, el que entiende que fue perjudicado seguramente se va a quejar. Pero ¿hay presiones sobre el Colegio de Árbitros que inciden en sus decisiones?
Yo no las viví. Las presiones las vemos todos, las escuchamos por la radio. ¿Quejas? Bueno, no existía el fútbol y ya había cola en el Colegio de Árbitros para quejarse. Normalmente, cuando un equipo se siente perjudicado va al Colegio a pedir la cabeza de ese árbitro. Insisto: no dice nada cuando ese mismo árbitro se equivoca a su favor. Eso lo sabemos todos. Deberían preocuparse más por la formación de los árbitros, habría que incluirlos dentro del sistema, un sistema en el que todos cometen errores. Yo conozco dirigentes que contratan jugadores que no rinden, técnicos que se equivocan en los cambios y jugadores que erran un gol abajo del arco. Y los errores de los árbitros entran dentro de eso, pero se potencian porque son la excusa para justificar por qué mi equipo no ganó.

28) ¿Los árbitros uruguayos no tienen una tendencia exagerada a sacar tarjetas? A veces parece que sos un buen árbitro si echaste a tres.
Hay distintos estilos. Conozco árbitros que toman ciertas decisiones disciplinarias para mantener el control y estar más tranquilos y otros que no necesitan tarjetas para eso.

29) Se te veía conversar en la cancha con los futbolistas. ¿De qué hablabas con ellos?
De todo. Uno habla bien o habla mal. El jugador está a muchas pulsaciones y los árbitros también, pero los árbitros no están para enojarse en un partido. A veces pasa porque uno tiene sangre en las venas y el jugador te saca porque no te está dejando trabajar. Lo ideal es estar tranquilo. Yo traté de mantener una buena relación en la cancha con los jugadores pero también si tenía que tomar decisiones las tomé. Sin dejarlos en evidencia, nunca me gustó el circo. Yo hice cosas para beneficiar al espectáculo, porque si ese jugador se tranquilizaba me convenía a mí. Ahora, si yo le hablaba y a los tres minutos daba un codazo, no es un problema mío. Hay cosas que se pueden hablar y otras no. Si un jugador le da un puñetazo a otro no es para hablar, hay que expulsarlo. Pero yo trataba de proteger el juego, porque expulsar a todos no es el fin. El ideal es, si se puede, que terminen los 22. Si no hay 10 tarjetas amarillas y 4 rojas, es porque uno controló el partido.

30) En general en Europa no se expulsa tanto como acá. ¿Eso es porque el fútbol uruguayo es más violento o porque los árbitros son más "echadores"?
Por lo que uno ve en las imágenes del fútbol inglés, por ejemplo, el propio jugador penaliza las conductas antideportivas. Un jugador simula una infracción y los rivales se enojan. ¿Alguna vez se vio en Uruguay que un equipo al cual le otorgan un penal mal sancionado, lo tire afuera a propósito? Yo lo vi, acá no. La cabeza también es otra, se apunta a otra cosa. Si el único objetivo es ganar y no importa cómo, hay un problema. Creo que en otros lugares, por ahí, se piensa de otra manera. Por algo, al menos cuando yo estuve en Inglaterra, existía el "tercer tiempo" (N de R: espacio de encuentro entre ambos equipos después del partido). Acá el jugador que pierde se amarga, ojo, también porque tiene otras cosas en juego, porque el que pierde el partido pierde dinero también. En esos lugares el jugador está más tranquilo. Acá el que pierde capaz que no puede pagar la luz. Pasa con los hinchas también: en Europa la gente, en general, va a la cancha a ver un espectáculo, no es una cuestión de vida o muerte como acá.

31) ¿Un jugador especialmente complicado?
Me reservo los nombres, porque prefiero que esas cosas queden dentro de la cancha. Cuando un jugador sale de la cancha y habla del árbitro, no está bueno. Hay jugadores que obviamente tienen más predisposición a complicar los partidos, pero a esos también hay que saberlos llevar. Los partidos de fútbol no son de PlayStation, son de fútbol.

32) ¿Alguna vez un jugador te pidió disculpas después de un partido?
Sí, y yo también muchas veces les pedí disculpas a los jugadores.


"El peor error de mi carrera fue no cobrar un penal a Juan Manuel Olivera en un partido Peñarol - El Tanque"


33) ¿El peor error en tu carrera?
Por la trascendencia que tuvo, un penal que no cobré en un partido Peñarol - El Tanque (N de R: el 21 de setiembre de 2014 en Florida). Se lo hicieron a Juan Manuel Olivera. Fue un centro, yo seguí la pelota y vi la mano de él que va hacia ella. Le saqué tarjeta porque intentó hacer el gol con la mano. Lo que no vi fue que lo habían agarrado y le hicieron penal. Hubo otro, que fue un penal que le cobré en un clásico a (el futbolista de Nacional) "Pichón" Nuñez: cobré penal y la pelota le había dado en la cara. Lo que pasa es que en el de Olivera el partido estaba 1 a 1 y ese era un penal casi en la hora. En el clásico no fue tan trascendente porque estaban 2 a 0 y faltaban tres minutos. Todos cometen errores, es inevitable.

34) ¿Te ha pasado que grandes estrellas quieran hacer pesar su aureola para intimidarte?
No, la verdad que no. Al contrario, las grandes estrellas que he conocido yo son muy humildes.

35) ¿Por ejemplo?
Neymar.

36) ¿Neymar? Cuando jugaba en Santos se decía que era muy mañoso, que baboseaba a los rivales.
Pero no era que baboseara, él juega así. Ganando 1 a 0, ganando 6 a 0, en una cancha o en la playa, se divierte. No es un jugador que se ponga en el lugar de estrella, hace su juego, no es conflictivo, se dedica a jugar, me pareció un muchacho bastante ubicado, tranquilo.

37) ¿Alguna vez te quisieron sobornar?
No.

38) ¿Conocés casos?
No, no, no existe eso. Son mentiras. Hablar se puede hablar, pero hay que comprobar, porque son cosas delicadas. A veces hay partidos que son extraños, pero se dan. Hace poco vi uno en que un equipo iba ganando 4 a 1 y perdió 5 a 4. Eso pasa. ¿A qué lo atribuís? Dentro de la cancha suceden cosas, el jugador quiere sacar ventaja y muchas veces habla con el árbitro. Hay jugadores que entran a la cancha y le dicen: "mirá que tengo cuatro amarillas", como advirtiéndole al árbitro para que no le muestre otra porque queda suspendido. "Darío, mirá que tengo cuatro amarillas, tené cuidado". "No, ¡tené cuidado vos!" Yo no voy a decir "se la perdono porque tiene cuatro", eso no sería leal. Me ha pasado de tener que amonestar a un jugador que tenía cuatro amarillas. "Pero Darío ¿no te dije que tenía cuatro amarillas?" "¿Y no te dije que te cuidaras?" Eso pasa, pero es parte del juego. O equipos que vos ves que no arriesgan demasiado porque un empate les sirve a los dos.

39) ¿Qué hacés en ese caso?
No tenés mucho para hacer. Si hacen tiempo los amonestás. Hace unos años, un juez sancionó a Uruguay (en el mundial juvenil de Malasia, en 1997) con un tiro libre indirecto porque jugaba la pelota para atrás. Lo juzgó "conducta antideportiva". Pero eso no lo dice el reglamento. Igualmente, quiero quebrar una lanza por los jugadores: salvo casos excepcionales, en que falten 10 minutos y con el empate se clasifican los dos, normalmente el jugador quiere ganar. Quiere ganar. Lo demás son todas especulaciones.

40) ¿Te está costando el retiro?
La verdad que, por ahora, no. Tengo mucho trabajo y la decisión la venía pensando. Voy a retomar la actividad deportiva ahora cuando termine febrero, voy a volver al club, a entrenar de nuevo... Fueron muchos años y ahora es momento de priorizar otras cosas. Es mucho tiempo que pasa y no se recupera. Pienso seguir vinculado al fútbol, en el arbitraje por el momento no, pero hay muchas cosas que se pueden hacer.


Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López