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Dadaab, uno de los campos de refugiados más antiguos del mundo, acoge a 300.000 personas

En 2022 llegaron al centro ubicado en Kenia más de 50.000 personas. Médicos sin fronteras atendió a 12.007 pacientes allí, la mayoría niños.

07.02.2023 18:26

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2023-02-07T18:26:00-03:00
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El complejo de refugiados de Dadaab, en Kenia, es uno de los más antiguos del mundo. Según señala Médicos sin fronteras (MSF), ha acogido principalmente a refugiados somalíes desde el comienzo de la guerra civil de Somalia en 1991, y, desde entonces, los repetidos ciclos de conflicto, el cólera y la sequía han tenido como consecuencia una ampliación en el tamaño de los tres campamentos que integran este establecimiento —Dagahaley, IFO y Hagadera—, y que hoy albergan a más de 300.000 personas.

Registrados como refugiados hay más de 233.000 personas, muchos de los cuales llevan más de tres décadas viviendo en los campos. Además, hay más de 80.000 personas no registradas como tales.

Solo en 2022, llegaron a Dadaab más de 50.000 personas que aún no han sido registradas oficialmente como refugiados.

Los equipos de MSF, que han prestado asistencia sanitaria en Dadaab y sus alrededores durante la mayor parte de los 30 años de existencia del campo, son testigos del agravamiento de la situación humanitaria en este sitio y han visto un récord de admisiones por desnutrición severa en el hospital de la organización en Dagahaley.

Un comunicado publicado por MSF apuntó a los cinco datos clave que el público debe conocer acerca de la “situación de emergencia crónica que se vive” allí.

“En el campo de Dagahaley, varios factores están agravando la situación humanitaria y poniendo a prueba la capacidad sanitaria en este sitio. Por un lado, el brote de cólera que está golpeando los campos de refugiados, así como de las comunidades de los condados de Garissa y Wajir, y que fue declarado a finales de octubre de 2022. Por otro lado, la devastadora sequía y el prolongado conflicto que siguen desplazando a población del Cuerno de África en busca de alimentos y agua. Y, por último, la inadecuada respuesta humanitaria como resultado de la escasez de fondos está provocando que haya más necesidades sin cubrir relacionadas con agua y saneamiento, nutrición, salud y protección”, señalaron.

“Los ingresos hospitalarios de niños con desnutrición severa se han disparado en Dagahaley. En 2022, MSF trató la cifra récord de 12.007 pacientes —la inmensa mayoría niños— en su unidad pediátrica y en el centro hospitalario de nutrición terapéutica de Dagahaley, un 33% más que el año anterior. Igual que el alarmante aumento de ingresos infantiles, los datos de MSF también muestran un aumento de la tasa de desnutrición aguda global entre los niños del campo de Dagahaley, que alcanzó el 8% durante el cribado que se hizo con MUAC, un brazalete que mide la circunferencia media del brazo, en diciembre de 2022. Esto supone un aumento del 45% en comparación con el cribado anterior de julio de 2022”, apuntó MSF.

La organización también indicó que “las previsiones reflejan un panorama sombrío para los refugiados este año”.

“La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas ha pronosticado una nueva estación fallida de lluvias de marzo a mayo de 2023”, la sexta consecutiva, lo que agravará la escala y la gravedad de la emergencia humanitaria en el Cuerno de África. Además, los recortes de financiación previstos para los refugiados obligarán a reducir aún más las operaciones en un momento en que las necesidades están aumentando rápidamente”, reza el documento de MSF.

Por otra parte, la institución transfronteriza señala que ha abierto dos puestos médicos, construido 50 letrinas, instalado dos depósitos de agua y que ha distribuido artículos de refugio para unas 800 familias recién llegadas que residen en las afueras del campo. “A pesar de los esfuerzos de MSF por atender a los refugiados más vulnerables que viven en la periferia del campo de Dagahaley, la actual crisis humanitaria en Dadaab requiere urgentemente una respuesta a gran escala para evitar un mayor deterioro”, agregaron.

“MSF pide a los donantes que liberen fondos lo antes posibles, ya que son imprescindibles para satisfacer las crecientes necesidades de asistencia y protección. La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) ha hecho llamamientos a los donantes para movilizar recursos que permitan la reapertura del campo IFO 2, inicialmente cerrado en 2018, para acomodar hasta 80.000 refugiados de los campos congestionados antes de la temporada seca que se aproxima, cuando se espera que más personas lleguen a Dadaab. A menos que los llamamientos de los donantes se materialicen y se tomen medidas urgentes, la llegada de refugiados puede hacer que la crisis supere los niveles que las organizaciones humanitarias pueden gestionar con los recursos actualmente asignados”, remarcaron.

“Los refugiados en Dadaab llevan 30 años atrapados en una situación de emergencia crónica. Aunque la prioridad inmediata es responder a las crecientes necesidades en los campos, es igualmente vital aplicar un programa de soluciones duraderas para los refugiados —integrado en el marco jurídico keniano, en particular la Ley de Refugiados de 2022—, ya que su aplicación en Dadaab se ha retrasado”, indicó el cuerpo.