Contenido creado por Lorena Zeballos
Entrevistas

Sobreviviendo

Cynthia Wila: “Vivir es estar herido todo el tiempo”

La autora se acerca a los lectores con “Papá Querido”, un libro que nos hace repensar los vínculos más estrechos.

11.12.2021 11:07

Lectura: 8'

2021-12-11T11:07:00-03:00
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Por María Noel Domínguez

En una conversación con Montevideo Portal, la autora contó de qué se trata su nuevo trabajo, donde deja atrás los personajes históricos para centrarse en una novela intimista, delicada y sensible donde se reflejan los conflictos de los vínculos más estrechos de la vida familiar.

                                                               *

Qué tema difícil elegiste: el vínculo con nuestros padres.

La verdad es que tenía ganas de hacer otra cosa, de ir por otro lado. Yo estaba escribiendo en el campo de la novela histórica y quise meterme un poco con las emociones más profundas, más íntimas. Por eso esta historia en donde se tocan temas familiares y sobre todos los vínculos más estrechos que nos unen a nuestros papás y mamás y que nos van a acompañar toda la vida. Ahí se gesta la matriz de las emociones que luego nosotros iremos por identificación replicando, aunque sea de manera inconsciente, en nuestros vínculos adultos. Tuve ganas de desgranar cómo se entrelaza el amor y el rencor de las relaciones más estrechas, más primarias cuando somos chicos y a medida que vamos creciendo y nos vamos dando cuenta de que a veces nuestros padres tenían razón y a veces nuestros padres se equivocaron mucho.

Queda claro que a los padres no siempre se les perdona todo…

Hay perdones que son imposibles, incluso con nuestros padres y nuestras madres. Porque hay relaciones que están muy heridas, muy golpeadas y realmente pienso que cuanto más comprometido es el amor en una relación quizás es más difícil el perdón cuando te engañan, cuando te dañan, cuando te estafan. Y esto sucede un poco en la trama de mi novela. Se muestra una relación de mucho amor de una hija con sus padres, en especial con su papá, en donde hay un vínculo de mucha idealización, de mucha protección en los primeros años y luego en la etapa adolescente sucede algo en esta relación que quiebra esta idealización.

Lo que es más difícil de entender es la ruptura total de ese vínculo y el silencio con el que la familia sigue viviendo.

En todas las familias suceden cosas que muchas veces se tapan. A veces se tapan para el afuera y queda el secreto dentro del seno familiar y a veces se tapan dentro de la misma familia. Entonces muchas personas del núcleo familiar callan, se hacen los tontos, dejan de lado y vamos creciendo con estos silencios, con estas heridas, con estas angustias. Porque no poner palabra, no hablar respecto de cosas dolorosas te genera mucha angustia. La angustia es la manifestación de la ausencia de la palabra. Y cuando uno crece con tanta angustia, crece desvalido. 

Nosotros los humanos siempre tenemos angustias a lo largo de nuestra vida, dolores que necesitamos enfrentar, frustraciones, sueños no alcanzados, pérdidas. Vivir es estar herido todo el tiempo. Pero intentamos con las herramientas que tenemos saldar las heridas, ir por otro sueño. El tema es que cuando hay algo tan doloroso, gestado en el seno familiar, a ese dolor no se le pudo poner sentido, queda el vacío, y el vacío se transforma en angustia.

Muchas veces la angustia que no tiene palabra se transforma en una culpa y vamos por la vida angustiados y culposos y sin poder establecer buenos vínculos.

Y obviamente eso tiene consecuencias muy claras en la protagonista.

Esas relaciones estarán teñidas de enojo, de frustración, de culpa, de palabras que nos recorren y quedaron en el inconsciente y esto es lo que un poco le pasa a la protagonista de Papá Querido. Una chica/niña que ha sido encandilada con su papá. Un papá que la desilusiona en su adolescencia, que la lastima y ella que se queda con este silencio y decide enterrarlo vivo “como él la había enterrado a ella”.

Y por eso no le habla más, decide alejarse de ese papá hiriente como si alejándose físicamente de una persona o una situación que te duele sin procesarla, uno se va a alejar del dolor. En realidad, el dolor nos acompaña, está adentro de nosotros y si no le podemos poner nombre, si no podemos hablar de esto que nos hiere, nos va a acompañar toda la vida.

Instagram / @cynthiawila

Instagram / @cynthiawila

¿Cómo armaste la historia? ¿siempre supiste el final?

El desenlace final no lo tuve del todo claro al principio. Sí me pasó que los personajes empiezan a tomar vida propia y piden algunas cosas, parece un poco sicótico lo que digo, pero es así. Empiezan como a reclamarte algunas escenas, algunas emociones, algunas relaciones dentro de la historia que estás contando. Y a mí este final la protagonista me lo pedía y creo que a partir de la mitad de la novela en adelante ya empezó a surgir el final que quedó. Un final realmente sorpresivo hasta para mí.

El personaje de María tiene fortalezas, virtudes, y está muchos años donde parece que cierra el problema. Hasta que recibe la llamada que la desestabiliza tanto que sale corriendo.

No olvidemos que, durante 20 años en una aparente resolución de su conflicto emocional, ella no podía sonreír, no podía llorar, tenía manifestaciones físicas, no podía comer, le costaba la relación con el amor y los efectos.

Todas las relaciones vinculadas al amor ella las tenía replegadas sobre sí mismas, contenidas, reprimidas. Lo que pudo hacer con este dolor creyó que, alejándose de ese papá, no hablándole más, prohibiéndole a su madre que le hablara del padre, ella podría recomponerse, podría sanar y lo cierto es que no. Por eso cuando la madre la llama diciéndole que el papá está a punto de morir, ella inmediatamente, casi como un acto reflejo arma un bolso y se va al reencuentro de ese padre con quien no pudo hablar más y con quien interrumpió una relación que sin embargo quedó sostenida desde lo emocional y desde lo síquico. La relación se interrumpió en lo fáctico, pero no en lo emocional. Nunca podemos interrumpir una relación emocional con nuestros padres.

En algún punto, por más desencanto que sintamos por nuestros padres en algún momento de la vida, nunca es efectivo. El encanto, el arraigo emocional con nuestros padres, por más que haya ocurrido algo grave o doloroso es imposible de romper. Quizás que no podamos perdonar, los primeros vínculos y el primer enlace amoroso es imposible de romper. Hay chicos que sufren mucho maltrato de sus papás o sus mamás y sin embargo tienen una relación de amor. Y vos hablás con ellos de adultos y están rotos como la protagonista del libro, cuentan barbaridades respecto de sus padres y sin embargo cuando están a punto de morir o cuando se mueren vos ves el desgarro emocional de esos hijos e hijas en donde aparece un vínculo amoroso.

El libro te hace repasar el vínculo con nuestros padres y el rol de la madre, que es víctima y victimaria y no tiende los puentes necesarios. 

Esta es una mamá quieta, una mamá silente, una mamá impotente.

Y produce enojo cuando una mamá frente al dolor de una hija no hace nada, se calle y lo que es peor sigue al lado de ese papá que es quien está produciendo la escena de horror o de dolor. 

Estas cuestiones de la identificación son un poco el faro que yo quise diseñar en esta novela. Me interesaba mucho que los lectores y las lectoras pudieran sentirse identificados con su propia historia o pudieran interpelarse respecto a qué les pasó o cómo viven su paternidad o maternidad o cómo han vivido el rol de hijos e hijas en sus vínculos familiares. Me parece que si esto se logró, está logrado el objetivo.

Este es un libro intimista donde los lectores de alguna manera se identifican o con algún personaje o con alguna parte de la historia.

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Sinopsis de Papá querido:

María recibe una llamada inesperada: su anciano padre –con el que comparte una historia densa de amor, odio, secretos y silencios– está internado en un hospital de Miami. Tras veinte años de distancia autoimpuesta, María decide viajar para estar presente en lo que quizá sean los últimos días de ese hombre que tanto quiso y padeció, y también para acompañar a su madre, víctima silenciosa del carácter poderoso y terrible de su marido. Lo que María no alcanza a vislumbrar es que con ese viaje se abrirá para ella una vía incierta de descubrimientos y revelaciones. Con el transcurso de los días y mientras lidia con un sistema de salud ajeno y despiadado, María comprende que explorar su pasado será indispensable para despejar el camino de una vida en la que su felicidad sea posible.


Cynthia Wila entrega a sus lectores una novela íntima y a la vez universal, donde vuelve a mostrar su talento para crear personajes de carne y hueso en los que es posible reconocerse. Con un suspenso psicológico que la recorre de principio a fin, Papá querido se interna en el delicado terreno de las relaciones filiales y muestra hasta qué punto pueden dañarnos –o salvarnos– justamente aquellos a quienes más amamos.

Editorial: EMECË

Por María Noel Domínguez