Una mujer de Bengala Occidental, India, supuestamente pasó meses intentando convencer a su marido de que vendiera uno de sus riñones para financiar la educación superior de la hija de ambos, y disponer de una dote para su futuro matrimonio.
En principio, el hombre se mostró reacio a semejante sacrificio, y con buenas razones. Sin embargo, luego accedió al pedido de su mujer y supuso que no era un precio tan alto para consolidar la situación financiera de la familia y asegurar el futuro de su hija.
Sin embargo, una vez tomada la decisión las cosas tampoco fueron tan fáciles, debido a que la venta de órganos es ilegal en el país desde hace tres décadas. Por ello, al cabo de un año de sondeos y discretos ofrecimientos aquí y allá, tres meses atrás consiguió un comprador e hizo la venta.
A cambio de la extirpación de su riñón el hombre recibió un millón de rupias, cifra que ronda los 11.500 dólares, dinero que le confió a su esposa. Lejos de guardarlo con el fin acordado, ella se robó los billetes y escapó con otro hombre.
Desconsolado, el marido supo que la verdadera razón por la que su esposa lo había presionado para que vendiera un órgano no tenía nada que ver con el bienestar de su hija. Tiempo atrás había conocido mediante Facebook a un hombre residente en la ciudad de Barrackpore, y ambos iniciaron un romance.
Así, ella planeó abandonar a su familia y mudarse con su amante, pero primero decidió exprimir hasta el último centavo de su esposo.
Después de la desaparición de su esposa junto con los ahorros de la familia, el hombre presentó una denuncia ante la policía local, que rastreó a la mujer en Barrackpore. El esposo, su hija de 10 años y sus padres fueron a Barrackpore para confrontar a la mujer que los había abandonado, pero ella no quiso saber nada.
A pesar de sus súplicas, la mujer se negó a abrir la puerta e incluso le dijo a su esposo que era libre de hacer lo que quisiera y que pronto solicitaría el divorcio.
"Haz lo que quieras, te enviaré una carta de divorcio", le dijo, según consigna la prensa local.
Desde el punto de vista judicial el caso se presenta complejo, y su dilucidación aparece como algo distante.
Si bien en India la venta de órganos se prohibió en 1994, los médicos denuncian que la actividad prosigue en forma clandestina debido a la escasez de donantes.
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