Condenaron al taxista que abusó sexualmente de una joven a la salida de un boliche en 2024

La Justicia condenó en las últimas horas al taxista de 27 años que abusó sexualmente de una joven de 18 a la salida de un boliche ubicado en la ciudad de Las Piedras, en el departamento de Canelones, en marzo de 2024.

La mujer, que había ido a bailar con sus amigas, se subió al taxi con destino al Prado, en Montevideo, e indicó la dirección de una casa en la que había vivido hasta hacía cuestión de un mes.

El conductor notó que ella estaba notoriamente desnorteada, producto de la ingesta de alcohol durante esa noche, y la hizo subirse en el asiento del acompañante. En determinado momento, el hombre se bajó los pantalones y obligó a la víctima a practicarle sexo oral hasta llegar a su antiguo hogar.

Ella declaró posteriormente que no se acordaba de lo que sucedió. A pesar de eso, una cámara de videovigilancia ubicada en la casa del Prado registró el momento en el que el hombre suelta a la víctima para limpiarse los genitales y luego cobrarle el viaje.

En mayo se decidió la imputación del taxista y en diciembre se resolvió enviar el caso a juicio oral, tras una defensa “increíble” por parte de la abogada, quien alegó que, para su cliente, lo que sucedió fue “consensuado”.

Finalmente, el hombre fue condenado este lunes por un delito de abuso sexual a la pena de tres años de prisión. Según consignó El Observador, el juez Alejandro Asteggiante recordó los hechos y las etapas del caso durante la última audiencia.

El magistrado dijo que del video surge que la víctima se quedó “tumbada contra la puerta del auto” luego del abuso, que se encontraba “ida” y “tambaleante”. Además, se afirmó que el ahora condenado “intentó manipular” el celular de la mujer.

Por otra parte, en dicha instancia se enfatizó en las consecuencias psicológicas que tuvo la joven una vez que se enteró de lo sucedido. Según Asteggiante, la madre expresó que la víctima ya tenía un trastorno de la conducta alimentaria y la psicóloga que participó del caso reveló que, a pesar de que “venía mejorando”, el abuso la hizo empeorar significativamente.

A su vez, se relató que la joven sufrió estrés postraumático producto de la “vergüenza” y el “asco” por no poder recordar lo sucedido, que el hecho le provocó dificultad para dormir y que cuando va a Las Piedras se muestra en un estado de “alerta permanente”.