Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Juan Manuel López
La ingeniera Carolina Cosse (57) llega a la entrevista, en La Huella de Seregni, con un termo y un mate bajo el brazo. Bromea con que qué más puedo llegar a preguntarle, si ya la he entrevistado recientemente para otros medios donde trabajo. Le contesto que siempre hay más preguntas, que nunca faltarán, y se ríe. Se reirá dos o tres veces durante la entrevista, hará pausas para elegir bien las palabras -dos veces dijo: "a ver, ¿cómo decirlo?"- y hasta contestará, ahora, alguna pregunta que no supo contestarle a los colegas de El Observador. Por ejemplo, se anima a decir que "en principio" no será necesario un ajuste fiscal.
Cosse dice que la forma de trabajar en equipo se le da mejor a las mujeres, y quizás, por ahí se evidencie su mirada femenina en un eventual gobierno. Pero también repite algunos términos que se le vienen escuchando a su contrincante interno (y colega) Daniel Martínez: transversalidad y, lo dicho, trabajar en equipo. "De forma matricial", diría Martínez, favorito en las encuestas.
La ingeniera insiste con no anunciar cuál podría llegar a ser una primera medida de su gobierno, porque dice que para eso hay que bajar propuestas a un plan de gobierno común, una vez que haya un candidato único del FA, al comenzar julio. Tiene sí, ideas madre: aprovechar el mercado minorista de capitales para hacer obra pública, que el horario de las escuelas pase a ser de siete horas, exigir la formación universitaria de los docentes, apoyar la economía de mujeres solas o lanzar un proyecto de "consolidación de datos del Estado", entre otras.
Insiste con no calificar al régimen de Nicolás Maduro como dictatorial porque, dice, eso no ayudaría a resolver el problema. El camino es "el que eligió Uruguay": sumarse al Grupo de Contacto Internacional y abogar por una salida pacífica y dialogada desde allí.
Cosse reivindica sus logros al frente de Antel, y dice que las encuestas son un dato más "que está ahí". Ella no trabaja para las encuestas, y por más que aparezca alguna nueva publicidad suya en la tele, no veremos carteles con su rostro en las rutas, porque su trillo es otro: una campaña "en contacto con la gente", y en agenda compartida con Pepe y Lucía.
-Se recibió en la Facultad de Ingeniería como ingeniera electricista y en 2009 obtuvo el título de Magíster en Ingeniería Matemática. Tradúzcame esto, ¿de qué se ocupa un ingeniero matemático?
-La idea de esa maestría es mezclar la matemática a problemas complejos de ingeniería. Y para eso se necesitan fundamentos más profundos de matemática que lo que da la carrera. Como yo quería darme el gusto de hacer matemática y uno podía darse el gusto de elegir las materias de la maestría, yo hice una maestría mucho más orientada a la matemática que a la ingeniería. Pero eso fue porque me di un gusto.
-Es hija del actor Villanueva Cosse, de larga trayectoria en Argentina. Ingeniera, hija de un padre actor. ¿No se le dio por probar en el mundo del arte cuando chica?
-No. Nunca me llamó la atención. Mi mamá, que era profesora de historia, tenía en la biblioteca unos libros que conserva, con un papel satinado grueso, unos libros franceses de historia, y ahí cubrían varios períodos de la historia, y varios períodos de la historia del arte. Yo los miraba mucho esos libros. Después me pasó de grande de ir a museos de verdad y ver in situ las obras de artes que me había acompañado desde la niñez, y ver cómo te golpea el contacto real del arte. Nunca es lo mismo que la foto.
-¿Y cómo se da su ingreso a la política? ¿Cuándo empezó a militar dentro del FA?
-Yo vi cómo niña el nacimiento del Frente Amplio, vi el entusiasmo de mi padre, de la juventud. Enseguida vino la dictadura, y sufrí la dictadura en mi vida cotidiana como muchos uruguayos, en pequeñas cosas, en el miedo... Yo entré a Facultad (de Ingeniería) en el 80 y tenías que mostrar la cédula al entrar, si se juntaban tres personas a hablar venía el portero y nos decía: "Disuelvan". Un montón de arbitrariedades que hacían mi vida cotidiana durante la adolescencia, y después cuando reenganché con facultad, después de tener a mis dos nenes, lo hice con la Generación '83, me integré a la militancia gremial. La generación '83 es la que participó activamente en el 1° de mayo del 83, en la Semana del Estudiante, en la creación de Asceep (Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública), porque Feuu (Federación Estudiantes Universitarios del Uruguay) estaba prohibida. Después fui conversando con los compañeros y me afilié a la UJC (Unión de Juventudes Comunistas), y ahí ya estábamos en el 84, empezaron a funcionar los comités de base del FA, yo estaba en el comité funcional de ingeniería, usábamos un local del barrio de la facultad. Pero nos mandaban a hacer cosas fuera del barrio, hice barriadas por todo Montevideo, puerta a puerta, hablando con los vecinos.
-¿Qué fue lo más comprometido o arriesgado que hizo en esa época?
-Ir casa por casa con los compañeros a la puerta de desconocidos, invitándolos a conversar sobre política, promover el FA, ir a manifestaciones... me acuerdo de una, en la que bajaron unos militares vestidos de negro de una "chanchita" y correr... Me acuerdo del miedo. Comparado con otras cosas que ha hecho otra gente, es nada... Tuve familiares presos muchos años, y a mi padre prohibido en Uruguay, por eso se fue a Argentina.
-En 2017, cuando el directorio de Ancap exponía un balance de lo actuado, entró de golpe el sindicato de Ancap con cánticos y reclamos a viva voz, usted se paró de su asiento y fue a hablar directamente con ellos y a calmarlos. En aquel momento, la docente de comunicación política de la Universidad de Montevideo, Belén Amadeo, le dijo a El Observador que lo suyo fue una muestra de "liderazgo femenino", similar a lo de María Eugenia Vidal en Argentina, en contraposición con liderazgos como el de Lucía Topolansky acá o Cristina Kirchner en Argentina. ¿Comparte este análisis? ¿Cree que tiene el don del liderazgo femenino?
-(Piensa) Yo creo que tengo capacidad de conducción, soy una mujer que tiene capacidad de conducción. Siempre trato de convencer, escucho a los otros, también dejo que me convenzan y le doy un valor muy importante a la convivencia y el diálogo. No me gustan las cosas cuando son por imposición, eso no funciona.
"Soy una mujer que tiene capacidad de conducción. Siempre trato de convencer, escucho a los otros, también dejo que me convenzan. No me gustan las cosas cuando son por imposición. Soy firme. Es firmeza, no es capricho"
-Se dice que en Antel tenía un liderazgo verticalista, casi autoritario...
-(Se ríe). No, soy firme. Tengo firmeza. Sé conducir. Y sé trabajar para tener firmeza, tengo que trabajar con mucha gente para tener firmeza. Es firmeza, no es capricho.
-¿A qué modelo apostaría: un Uruguay productivo, un Uruguay Natural, un país de servicios?
-Yo creo que esa clase de paradigmas están superados. Creo que la época que se viene y ya se anuncia es otra época, es una nueva época. ¿Que Uruguay me imagino? Uno que no deje pasar ninguna oportunidad y que en todas las dificultades vea una oportunidad para hacer cosas nuevas. Ese es el Uruguay que me imagino en todos los rubros, y que se fije en todas las áreas qué más hay que hacer.
Turismo: hicimos bárbaro la promoción del turismo, se ha convertido en el primer trabajo de mucha gente. Bueno, ¿qué otra mirada hay que ponerle? Para mí hay que ponerle una mirada de infraestructura, de educación, de formación sistemática de la gente en la calidad de servicio. O sea, creo que no hay que flechar al país para un solo lado. Sí tiene que haber cuestiones transversales básicas. También tenemos que mejorar nuestra apuesta al desarrollo científico, que es motor del mundo. Y tenemos que aprender a trabajar por proyectos en todas las áreas.
-Dijo dos conceptos que están siempre en el discurso de Daniel Martínez: lo de la transversalidad y lo de trabajar por proyectos...
-...
-¿Es una coincidencia que ambos piensen así? ¿Será porque los dos son ingenieros?
-Ah, probablemente. Yo creo que hay que centrar los temas, y no a quién le pertenece un tema. Tenemos una visión común... Somos los dos frenteamplistas...
-Buee... Le puedo dar una lista de dirigentes frenteamplistas que no tienen nada que ver uno con otro, y están bajo el lema Frente Amplio.
-(Se ríe) Sí...
-¿Por qué quiere ser presidenta de la República?
-Porque yo conozco un Uruguay que toma esas oportunidades que te digo, que las usa, que me asombra, que es un Uruguay, además, solidario. Conozco el Uruguay de los jóvenes que quieren construir su época, de los niños que no le tienen miedo a nada, y yo quiero que ese Uruguay florezca y que todos lo podamos compartir.
-Me decía Mario Bergara que Líber Seregni estaba convencido de que el FA llegaría a ser gobierno, y se preocupaba porque estuviera capacitado para gobernar bien. ¿Usted se siente capacitada para gobernar el país?
-Sí. Porque creo que, además, se impone una forma de trabajar verdaderamente en equipo y creo que hay que agregarle a la forma de gobernar algunos elementos, porque creo que es muy importante cuando un gobierno despliega su actividad que se vaya procesado una construcción cultural, porque un gobierno no solo gobierna para administrar. Gobierna para transformar la realidad, por lo menos desde el FA lo vemos así. Y la realidad se transforma con acciones de gobierno, pero sobre todo se transforma con una construcción cultural que tiene muchas facetas, ¿verdad?
"Se impone una forma de trabajar verdaderamente en equipo y creo que hay que agregarle a la forma de gobernar algunos elementos, porque un gobierno no solo gobierna para administrar. Gobierna para transformar la realidad"
-En febrero me dijo para revista Noticias que su primera medida sería en seguridad, pero hace unos días le pregunté en Apuesta D10 de radio Universal cuál sería esa primera medida y no me lo contestó. ¿Por qué? ¿Por qué tanto hermetismo en conocer cuáles serían sus eventuales primeras medidas como presidenta?
-No es hermetismo. Es que esa medida ahora es imposible saberla, porque eso surge de un plan de gobierno. Entonces, lo que estamos trabajando ahora son propuestas que tengan prefactibilidad, que nos permitan bajar a tierra un programa que fija un marco, junto con un tono, un convencimiento de para dónde creemos que tiene que ir el Uruguay. Entonces son propuestas con prefactibilidad. En la medida que se van pasando las etapas, eso empieza a transformarse en un plan de gobierno. Y es ahí donde surgen las medidas concretas.
-¿No tiene una en la cabeza que sea su prioridad absoluta, y ya la tenga clara?
-Muchas.
-¿Y por qué no me dice una?
-Porque una cosa son los temas y las propuestas, y otra cosa es una medida concreta. Para lanzar una medida hay que tener una... Mirá, cuando se trabaja un plan de gobierno, las medidas no se inventan. No son para vender un titular. Forman parte de un plan. Temas que hay que tocar en el próximo gobierno, te puedo decir muchos: temas con respecto al trabajo, cosas que hay que modificar en las PPP, proyectos que hay que ponerse a trabajar ya para ver cómo aprovechás el mercado minorista de capitales para hacer obra pública, temas que tienen que ver con la planificación para que todas las escuelas pasen a siete horas (eso va a requerir una planificación), medidas que hay que tomar en los liceos, planificar cómo hacemos con la formación universitaria de los docentes, lanzar otro plan de cómo complementar la educación que se recibe en el liceo con los elementos que hay en el barrio (educativos también), qué análisis de qué subsectores hacer para tomar algunos de la producción y hacer un piloto de formación dual con la UTU. Lanzar un proyecto de consolidación de datos del Estado. Para hacer hay de todo... Son todas cuestiones que nosotros creemos que hay que hacer, y mucho más. En temas de salud: una enorme cantidad de detalles en temas de salud.
Ahora todo eso está bajado a propuestas con prefactibilidad, y en la medida que se avanza empieza a formarse un plan, y a apuntar más fino, y termina siendo una medida.
-Daniel Martínez dijo que entiende que Bonomi ha cumplido un ciclo, y no sería su ministro del Interior. ¿Y en su caso? ¿Seguiría con Bonomi o tiene pensado otro nombre? La pregunta no es antojadiza, considerando que Bonomi es una figura del MPP y el MPP apoya su candidatura...
-Sí, pero yo respeto mucho a mis compañeros y me parece que andar llevando el nombre de aquí para allá, sea de cualquier sector, tiene sus límites. Tengo ciertos códigos en el relacionamiento con todos los compañeros. Entonces, ¿qué digo yo? El 28 de febrero de 2020 todos los ministros del actual gobierno dejan de ser ministros. Por lo tanto, estoy pensando en las cosas que hay que hacer para el futuro y surgirán con el tiempo los nombres, logrando un equilibrio entre... A ver, ¿cómo decirlo? Tiene que estar todo el FA (representado) en el gobierno, porque tiene que ser un gobierno del FA, pero tiene que estar muy integrado, y tiene que tener elementos técnicos para tomar decisiones políticas.
"Andar llevando el nombre de futuros ministros de aquí para allá, tiene sus límites. Tengo ciertos códigos en el relacionamiento con todos los compañeros. Tiene que estar todo el FA (representado) en el gobierno, y será un gabinete paritario"
-¿Le daría la subsecretaría de un ministerio a blancos, colorados o del Partido Independiente?
-Vamos a ver... Falta para eso. Yo, por lo general, cuando integro equipos, en lo primero que hay que ponerse de acuerdo es en lo que se va a hacer. No lo descarto porque no tengo la base real como para tomar esa decisión ahora, pero toda la vida cuando he integrado equipos de trabajo en mi responsabilidad pública no le pregunto a la gente de qué partido es. Y me ha ido muy bien.
-¿Sería un gabinete paritario?
-Sí.
-Cuando dos colegas de El Observador le preguntaron quién o quiénes la asesoraban en seguridad, usted les dijo: "No se los voy a decir". ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo saber qué técnicos la asesoran en temas urticantes para el país?
-Yo me sentí muy bien durante la entrevista, después me sorprendió el resumen que hicieron. Hasta me reí con ellos... Pero cada cual escribe lo que quiere, para eso es la democracia. Para contestarte: yo converso mucho con mis compañeros de la fuerza política, converso mucho con Gustavo Leal, también con el ministro, con el viceministro, con todos he conversado, escucho y leo lo que declara el jefe de la Guardia Republicana y después, en mi equipo de campaña, que hay una gran cantidad de personas, tratamos el tema (seguridad), lo manejamos entre todos, y ellos son todos los que trabajan conmigo. Lo converso con Carmen Beramendi, con Juan Pablo Labat, con otra gente que no tiene visibilidad pública, lo converso con Guillermo (Moncecchi, ministro de Industria), lo conversamos con criterio político, tomando los elementos que vemos de las cosas que pasan en el mundo.
-El déficit fiscal está en un preocupante 4,5% del PBI, la inflación es alta y el desempleo trepó a la cifra más alta en 12 años: 9,5%. ¿Qué cree que hay que hacer en materia de política económica?
-Creo que hay que mantener la política macroeconómica que hemos llevado hasta el momento. Ha sido una buena política, seria, profesional, que ha tenido buenos logros, que ha permitido que Uruguay siga estable y avanzando, pero hay que reconocer las dificultades y creo que hay que agregarle cosas. Hay que agregarle una activa política que contrarreste el viento en contra que tenemos, y uno de los ejemplos que pongo ahí es la promoción de la obra pública, utilizando la inversión privada para no afectar el déficit fiscal. Creo que tenemos que estructurar la multiplicación de los puestos de trabajo de sectores avanzados que están en Montevideo, hacia el interior, para los cuales hemos construido infraestructura en el interior de telecomunicaciones y de conocimiento. Es el caso del audiovisual, del software, del diseño, son trabajos nuevos para gente joven que está capacitada y no tiene que venirse a Montevideo para trabajar. ¿Cómo se hace? Estimulando, con alguna medida concreta, quizás en un período de prueba y midiendo resultados de eso. Hay que tener adelante una campaña muy fuerte de reconversión laboral en todo el territorio nacional. Creo que habría que sumarle al paradigma de reconversión de inversión algunas cosas: hemos tenido un paradigma que está asentado a la base de exoneraciones -que está bien-, pero le sumaría a eso una búsqueda activa de búsqueda de inversiones, fuera del país. Creo que hay que ponerle algunos boletos a la investigación científica, con algunos gestos. Eso también nos va a ayudar en la atracción de inversiones, porque son elementos que los inversores buscan cuando dirigen un país. Hay que sumarle también una lógica de desarrollo a la política económica mirando la cuenta país, y no solamente analizando las cuentas individuales.
-¿Va a ser necesario un ajuste fiscal?
-En principio no.
-Apenas el 40% de los adolescentes terminan el liceo, la cifra es de apenas 16% en contextos pobres y la periferia, en contextos críticos. Las pruebas internacionales dan pésimos resultados a los liceales uruguayos. ¿Cuáles son sus planes en educación?
-Yo creo que el abandono es un problema. Hay que mirar las experiencias que funcionan bien, porque ha habido un descenso de la matrícula en el liceo y un aumento impresionante de la matrícula en la UTU, quiere decir que hay cosas que se están haciendo que por lo menos dan mejores resultados, mucho mejores resultados que la otra. Entonces hay que empezar a mirar con ánimo de integrar experiencias. Hay pequeñas cosas que hay que hacer, como prohibir que los estudiantes salgan cuando faltan los profesores, creo que se tienen que quedar en el instituto. Y eso planificado puede significar otras actividades educativas al mismo tiempo. Creo que la educación no se termina en las aulas, como sabemos todos, y que alrededor de cada liceo hay que ver en el barrio qué otras instituciones hay que también educan a su manera, como clubes deportivos o clubes de arte, talleres de candombe, lo que sea... Y armar una red en el territorio en la que puedan transitar los estudiantes. Y por supuesto, creo que los docentes tienen que tener formación universitaria.
-Ernesto Talvi, entre otros tantos de la oposición, han dicho que usted usó su pasaje por Antel y el ministerio, pero especialmente con el Antel Arena, como plataforma política. Hasta el propio Astori dijo que se han usado las empresas públicas como trampolín electoral... ¿No es así?
-La verdad es que mi ánimo, cuando tomo cualquier responsabilidad pública, es comprometerme con las ideas de mi partido, proyectar, resolver y marcar un rumbo. Yo encontré Antel en un cruce de caminos de las telecomunicaciones en el mundo, encontré unja empresa a la que se le venía a pique la telefonía fija, que estaba tratando de posicionarse mejor en el área celular. Y lo que hice fue marcar un rumbo y cambiar completamente el modelo de negocios de Antel. De manera que ahora la telefonía fija representa un pequeño porcentaje de su facturación y logramos, a través del despliegue de una gran cantidad de proyectos de mucho trabajo, de mucha comunicación y de mucha participación, una enorme cantidad de proyectos que desplegamos... Fuimos cambiando la infraestructura de la empresa, cambiamos el modelo de negocios y mantuvimos la facturación. Eso es lo que hice en Antel.
"Yo encontré en Antel una empresa a la que se le venía a pique la telefonía fija, que estaba tratando de posicionarse mejor en el área celular. Y lo que hice fue marcar un rumbo y cambiar completamente el modelo de negocios"
-Danilo Astori parece bastante solo al reclamar autocrítica hacia la interna del FA. En Noticias habló de "desviaciones en conducta", en abril dijo "la corrupción llegó a nosotros". ¿Qué autocrítica hace usted de los gobiernos del FA?
-El FA se formó para transformar la sociedad, con el ánimo de mejorar la realidad para que tuviéramos una vida mejor y eso supone resolver dificultades con valentía. En el camino, cada vez que el FA llegó al gobierno, que lo hizo con programa único, la verdad que cada vez que lo hizo ha trabajado en todos los puntos del programa. Podrán haberse acercado más a conseguir una meta en un punto o en otro, pero no se puede decir que no se haya trabajado. No se olvidaron del programa, no lo usaron de enganche electoral. Hoy el cruce de caminos que tiene Uruguay es el que significa: sigo avanzando o me detengo, voy para atrás y pierdo todo lo que logré, y si sigo avanzando, sigo avanzando al mismo ritmo o me mantengo otra manera de avanzar. Ese es el cruce de caminos. Cuando uno desarrolla proyectos en la realidad, para mí es usual hacer y revisar. Llamale autocrítica o llamale como quieras, pero para mí es usual planificar un camino, empezar a recorrerlo, medirlo y si tenés que cambiar algo, lo cambiás.
Yo creo que el FA, como cualquier organización, tuvo problemas y los resolvió. Entonces ahora mi mayor preocupación no son los problemas que ya tuvimos y los resolvimos. Mi mayor preocupación es cómo resolvemos las dificultades del país.
-Pero el FA ha prometido cosas que están muy lejos de cumplirse... Vázquez prometió bajar 30% las rapiñas y aumentaron casi el 50%; se prometió bajar la carga tributaria, y los impuestos han aumentado, se prometió cambiar el ADN de la educación...
-Mirá, yo tendría que analizar punto por punto todo lo que estás diciendo, y como te decía al principio, Uruguay siempre va a tener dificultades y siempre nos van a quedar cosas por hacer. Y siempre vamos a poder hacer las cosas mejor, pero eso no significa negar la base que nuestro FA ha construido para seguir transformando Uruguay en un país... maravilloso. Como ingeniera, cuando uno quiere transformar las cosas tiene que conocerlas, y si uno se detiene en las dificultades o en lo que no logró, se detiene. El que se detiene, se detiene. Y yo creo que hay que aprender de la realidad. Por eso propongo una segunda generación de cambios. Justamente, porque creo que hay que mirar las cosas pensando fuera de la caja, ir más allá.
"Uruguay siempre va a tener dificultades y siempre nos van a quedar cosas por hacer. Y siempre vamos a poder hacer las cosas mejor, pero eso no significa negar la base que nuestro FA ha construido para seguir transformando Uruguay en un país... maravilloso"
-Javier Miranda, presidente del FA, reconoció en Apuesta D10 de radio Universal que Venezuela es una dictadura porque no hay separación de poderes. Pero a los precandidatos oficialistas les cuesta tildar al régimen autoritario de Maduro así. ¿Por qué?
-A mí no me cuesta reconocer cuando hay un error. Me parece que mi trayectoria ha demostrado que varias veces he cambiado, y he participado en cambios cuando había algo que estaba mal. No es un tema de reconocer o no. Es un tema de cuál es el rol de Uruguay en eso, y qué importancia tiene en el rol de Uruguay que referentes políticos hagan determinadas declaraciones, o hagan otras. No creo que sume para solucionar el problema, y creo que Venezuela tiene graves problemas, gravísimos problemas, creo que la situación es horrible. Pero no suma etiquetarlo de esa manera. Creo que nuestro gobierno está haciendo lo que corresponde con la tradición más honda de Uruguay: apegarse al derecho internacional, promover la paz entre los que se quedan y abrirle las puertas a los que se van, no avalar intervenciones militares extranjeras, conformar el Grupo de Contacto Internacional. Estoy de acuerdo con la declaración del Grupo de Contacto. Es que no suma y no hay que tener la tentación de tomar partido en una interna que no es la nuestra, es la de los venezolanos.
-Está segunda en la medición de intención de voto en todas las encuestas. La última de Cifra, por ejemplo, la ubica con el 22% de las preferencias, lejos de Daniel Martínez con 48%. ¿Qué piensa hacer para ganar las internas en el mes que le queda?
-Nosotros venimos desplegando una campaña muy intensa, en el contacto con la gente, en la elaboración de propuestas. Si te fijás no hay ningún cartel que tenga mi foto en las carreteras. Eso significa que hemos llegado hasta acá con una campaña muy fuerte de propuestas y de hablar con la gente, con casi nula inversión publicitaria. Yo siento que la campaña sigue creciendo, que las adhesiones siguen aumentando. Las encuestas las analizo, pero no las tomo en cuenta para la elaboración de una estrategia. Están ahí, son un indicador. Nosotros vamos a seguir con nuestras propuestas, nuestro contacto con la gente. Seguramente más adelante despleguemos alguna estrategia de comunicación adicional. Pero la campaña la estamos haciendo para la gente, no para las encuestas.
-¿Está notando en campaña el peso del aparato del MPP a su favor?
-Estamos trabajando todos tantísimo... Todos. Nos complementamos. Vamos juntos con Pepe (Mujica) y Lucía (Topolansky) a algunos lugares juntos, en otros momentos nos repartimos, yo voy a un lugar, ellos van a otros. No sólo con ellos, también con Marcos Otheguy, con (Gonzalo) Reboledo, con el Pacha (Alejandro Sánchez), con el Tati (Sebastián Sabini), con Bettiana (Díaz Rey)...
-Es la única precandidata mujer en carrera. ¿En qué se notaría su mirada femenina al frente del Poder Ejecutivo?
-Creo que en la forma de trabajar en equipo, y de promover proyectos que integren es una tónica femenina. Y segundo: algunos énfasis especiales. Me preocupa el tema de la autonomía económica de las mujeres, como un elemento que es el que terminaría de consolidar una estrategia de eliminación de la violencia de género hacia la mujer y ayudaría a aumentar la igualdad de oportunidades, que es el gran beneficio para todo el Uruguay, ¿no? Se está perdiendo la mitad del talento.
-La campaña, ¿le ha quitado tiempo con su familia?
-Tengo hijos grandes, que ya no viven conmigo. Hemos cambiado las rutinas, los tiempos. Me hizo cambiar de horarios, los domingos al mediodía por ejemplo, yo paso por lo de mi madre para estar un rato con ella, mi hijo y mi hija van por casa en otros momentos. Hemos cambiado la rutina. Pero estamos siempre en contacto por Whatsapp.
-¿Es feliz?
-Sí.
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