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Otra cordillera

Carlos Páez: "Me hirió más el divorcio de mis viejos que caer en la cordillera"

En entrevista en Argentina, el sobreviviente de Los Andes habló con admiración sobre su padre pero confesó que tampoco le dio espacio porque "hacía todo".

10.02.2020 12:05

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2020-02-10T12:05:00-03:00
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Carlos Páez, uno de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes, fue entrevistado por el periodista argentino Pablo Sirven en Hablemos de otra cosa, por LN+.

La tragedia de Los Andes fue obviamente uno de los temas centrales, aunque no el único. Habló de la sombra enorme de su padre, Carlos Páez Vilaró, y de su familia en general.

Carlitos Páez sostiene que cuando se enteraron de que el avión que los buscaba había abandonado la búsqueda fue "la mejor y la peor noticia" que pudieron recibir. "Cumplí 19 debajo de una avalancha. Nosotros salimos a pelear la historia. Que es lo que creo que filosóficamente es como hay que encarar la vida. Hay que salir a buscar los helicópteros, no esperar a que te vengan a buscar", dijo.

"Yo nunca perdí la conciencia. Me acuerdo que tuve tres claros pensamientos: recordé un viaje con mi viejo a Río de Janeiro, donde había leído las instrucciones de lo que había que hace en caso de aterrizaje forzoso, que decía que había que poner la cabeza entre los brazos. El segundo pensamiento fueron imágenes con la familia, como diapositivas, con mi abuela, mi madre, mi padre. El tercer pensamiento fue quedar bien con 'el de barba' y rezar el padre nuestro. Pero me di cuenta de que era demasiado largo. Empecé a rezar el Gloria, pero era muy corto. Luego el Ave María, que me hacía quedar bien con Dios y con la virgen. Tanto es que el productor de la película Viven pone al que hace de Carlitos rezando el Ave María", contó.

"Recé un Ave María y a lo largo pasaban muchas cosas: el avión se partía al medio, el frío más brutal que entraba, el caos más absoluto, el griterío. De pronto, el silencio. Porque al perder el avión los motores, se sentía el rozamiento contra la nieve", agregó.

Luego se refirió a su padre. "Papá era un gran trabajador. Si hay algo que hizo fue trabajar., Ponía ladrillos. Él diseñó todo y nos llevaba a robar tunas Piriápolis para plantar en Casapueblo (...) Era incansable. Le faltó pintar un submarino. Era un obseso por la pintura. Se dio el gusto, hizo una casa en la que el único que expone es él mismo", dijo sobre el pintor. La admiración también deja en evidencia la sombra que ejerció sobre él. "Papá era un tipo que hacía todo, entonces no me daba espacio a mí; no es fácil ser hijo de un famoso", afirmó.

Y luego confesó: "Creeme que me hirió más el divorcio de mis viejos a los 13 años que caer en la Cordillera".