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Entrevistas

Rompiendo barreras

Camila Ramírez Aviaga, la edila que se perfila a ser la primera abogada sorda de Uruguay

“Es evidente que hay un gran pendiente en cuanto a la inclusión de personas con discapacidad en roles relevantes”, manifestó.

14.04.2024 14:35

Lectura: 7'

2024-04-14T14:35:00-03:00
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Por Ignacio Palumbo

Camila Ramírez Aviaga es una joven minuana de 34 años, sorda desde que tenía un año y pocos meses de vida. Es edila por el Partido Nacional en Lavalleja —la primera con discapacidad auditiva en ocupar ese cargo en dicho departamento— y actualmente cursa el tercer año de la carrera de Derecho. Así, se perfila para convertirse en la primera abogada sorda del país.

Ramírez, hija de la exsenadora nacionalista Carol Aviaga, recibió dos becas de ONG internacionales de abogados sordos: la Deaf Law Advocate WorldWide (DLAW) y la Academia Alexander Graham Bell para Comprensión y expresión oral (AG Bell). La primera “respalda a los líderes sordos en la promoción de sus derechos y, además, les proporciona la oportunidad de estudiar el título de abogado para abordar los conocimientos legales para trabajar por la comunidad sorda”, según comentó a Montevideo Portal; la segunda, en tanto, apoya a los estudiantes sordos “proporcionándoles recursos educativos necesarios, como materiales de estudio”.

La estudiante y edila dialogó por escrito con Montevideo Portal acerca de su trayectoria, las barreras por su discapacidad física, y de los sistemas político y social en general, haciendo hincapié en la comunidad sorda.

¿Qué aprendizajes creés que te deja tu experiencia en la Junta Departamental para tu carrera como abogada?

Mi tiempo allí me permitió promover varios decretos y proyectos; aprendí cómo trabajar, el proceso de las leyes y a interactuar con los ediles de todos los partidos políticos. Fueron experiencias muy positivas.

Por ejemplo, el Decreto 3315 de Lavalleja se refiere exclusivamente a los ediles y el traslado para ellos y funcionarios. En él se estaba prohibiendo a la intérprete acompañarnos, entre otras restricciones. Hubo una falta de comprensión por parte de los ediles y los funcionarios con respecto a la necesidad de contar con una intérprete para mi trabajo como legisladora departamental. Muchos pensaron que el rol de intérprete era meramente auxiliar o de apoyo, sin comprender realmente que se trata de un rol profesional con estándares éticos y técnicos, que requiere una formación especializada de cinco años y que se rige por la neutralidad.

En el seno del cuerpo legislativo surgieron varios conflictos respecto a este tema, pero con el tiempo mis colegas comenzaron a comprender la importancia de contar con la participación de una edila sorda para enriquecer el debate y la convivencia. Esta situación se convirtió en una clave para la educación social, ya que permitió una interacción más profunda y significativa con los ediles, brindándoles una enseñanza sobre la importancia de la inclusión y la diversidad en el ámbito legislativo.

¿Cómo es estudiar abogacía siendo una persona sorda? ¿Qué cosas se te dificultan más? ¿Hay algo que te sea más fácil?

Entré a estudiar Derecho gracias a la DLAW. Cuento con accesibilidad, gracias a la beca, mediante intérpretes de lengua de señas y transcripción de audio a texto en el aula. Gracias a la Universidad Claeh que acepta tenerme como estudiante sorda y ha adaptado sus métodos, estoy aprendiendo mucho español; se ha convertido en una fuente de motivación constante y entretenida.

A través del estudio diario he llegado a comprender mejor por qué las personas con discapacidad reclaman un trato justo en el ámbito legal y también falta actualizar el Código Civil que lo obstaculiza. Es evidente que existe un gran pendiente en cuanto a la inclusión de personas con discapacidad en roles relevantes, como abogados, asesores legales y políticos. Mi interés se ha centrado especialmente en el derecho civil, las obligaciones y los contratos, aspectos fundamentales del Código Civil que estoy estudiando. Me resulta impactante observar cómo la ley 17.378, que reconoce la lengua de señas uruguaya (LSU), aún no ha sido actualizada en el código civil para reflejar esta realidad.

Estoy agradecida por el apoyo constante que recibo de figuras como Mario Garmendia, decano de la Facultad de Derecho, y la profesora Sol Dellepiane. Su apoyo es fundamental para mi progreso académico. Aunque existen dificultades en la comunicación, hemos logrado establecer una relación sólida y de apoyo mutuo. En particular, agradezco la flexibilidad que se me brinda en la modalidad de evaluación, permitiéndome más tiempo para responder a los exámenes con tranquilidad. Este tipo de adaptaciones son importantes para garantizar mi éxito académico y reflejan un compromiso real con la inclusión en el ámbito universitario, de la apertura y del aprendizaje mutuo a partir de las diferencias.

Mencionaste que estás aprendiendo español gracias al Claeh. ¿Eso es porque te manejás más con la lengua de señas uruguaya (LSU)?

Exacto. La lengua de señas es ágrafa, por eso aprendo mucho el español, que es mi segunda lengua; además es bilingüe.

La expresión “bilingüe entre lengua de señas y español” se refiere a la capacidad de una persona para comunicarse fluidamente en dos idiomas: la LSU y el español. Esto implica tener un dominio tanto de la lengua de señas utilizada por la comunidad sorda como del español hablado y escrito.

Ser bilingüe en estos dos idiomas permite a la persona interactuar de manera efectiva tanto con personas sordas como oyentes, facilitando la inclusión y la comunicación en diversos entornos sociales y profesionales.

Al respecto, cuando estabas en la Junta Departamental, y hoy en día en clases y más adelante cuando tomes algún caso como profesional, ¿te comunicás usando lengua de señas?

Cuento con un intérprete y utilizando la transcripción de audio a texto, una herramienta que me resulta de gran utilidad en la carrera.

A pesar de los desafíos, me esfuerzo constantemente por aprender y participar activamente en debates grupales. Durante las clases, suelo realizar presentaciones utilizando PowerPoint o escribir en el pizarrón para asegurarme de que todos puedan entenderme. Mis compañeros están acostumbrados a esta dinámica porque llevamos tres años juntos.

Creo que es importante entender que me concibo como persona sorda desde una perspectiva lingüístico-cultural a la manera de los pueblos originarios, es decir, somos parte de una comunidad que tiene una lengua natural propia, la lengua de señas, y la cultura sorda.

En esta línea, ¿qué tan adaptado está el sistema educativo para personas sordas? ¿Y el país, en general?

En cuanto al sistema educativo para las personas sordas, hay avances notables: en la escuela primaria, todos los maestros —ya sean sordos u oyentes, así como los instructores sordos— enseñan en lengua de señas. Es obligatorio que todos los niños sordos tengan acceso a la lengua de señas como cualquier otro idioma. Se proporciona un libro para cada nivel y se enfoca en la enseñanza de la lengua de señas uruguaya.

Esto contrasta con mi experiencia en 1989, cuando se prohibía el uso de la LSU, y se me sometió a terapia fonoaudiológica y a una educación oral forzada.

En el nivel universitario, muchos sordos eligen libremente cómo desean comunicarse, ya sea a través de intérpretes o herramientas de transcripción de audio a texto, entre otras opciones.

Es fundamental que la educación primaria y el primer ciclo básico de secundaria estén exclusivamente dedicados a los estudiantes sordos, ya que requieren un tiempo completo para aprender el español como segunda lengua. En el bachillerato, se comienza a integrar el núcleo común en las clases para estudiantes oyentes.

Te convertiste en la primera edila sorda. Estás en camino a convertirte en la primera abogada sorda del país. ¿Cómo te sentís con estos logros?

Estoy muy orgullosa de poder estudiar la carrera de Abogacía. Cuando obtenga el título, seré la primera abogada sorda. Siempre lo he querido, desde que tenía 20 años; es uno de mis sueños que está a punto de cumplirse. No es solo importante para mí, sino para la comunidad sorda, que estamos logrando que todos nos podamos dedicar a cualquier carrera que elijamos.

Una cosa muy importante es entender la educación no como logros individuales, sino como una construcción colectiva cuando se vive en un mundo donde se enfrentan barreras de accesibilidad, como les sucede a las personas con discapacidad. La misma comunidad sorda tiene mucha importancia para mí en el tema de la educación. Ellos me inspiran. Tenemos que concebir la educación de esta manera, dejando de lado el pensamiento individualista.

Por Ignacio Palumbo