El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro suspendió todas sus actividades públicas durante julio por orden médica, tras sufrir crisis de hipo y vómitos que le dificultan incluso hablar y alimentarse. El anuncio fue realizado por su hijo, el senador Flavio Bolsonaro, en redes sociales. Los médicos señalaron que el exmandatario, de 70 años, debe guardar “reposo domiciliario” durante todo el mes.
La decisión llega en un momento políticamente delicado: Bolsonaro enfrenta un juicio ante la Corte Suprema por presuntamente encabezar una trama golpista para mantenerse en el poder tras su derrota electoral ante Luiz Inácio Lula da Silva en 2022. La Fiscalía lo acusa de liderar una organización criminal que, según la acusación, intentó invalidar los comicios mediante la difusión de desinformación y la presión sobre las Fuerzas Armadas.
Bolsonaro niega haber planeado un golpe. Durante su declaración judicial en junio, admitió haber explorado “dispositivos constitucionales” ante el fracaso de sus impugnaciones, pero insistió en que “nunca se habló de golpe”.
El juicio sigue su curso con la presentación de alegatos finales, antes de que los magistrados comiencen a votar. Si es hallado culpable, el exmandatario podría enfrentar hasta 40 años de prisión.
Desde que fue operado en abril por una obstrucción intestinal —una secuela de la puñalada que recibió en 2018 durante su campaña—, Bolsonaro ha atravesado múltiples complicaciones de salud. No obstante, encabezó actos masivos, el último el pasado domingo en São Paulo, donde reunió a miles de seguidores.
Con información de AFP