El jefe del grupo del Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado brasileño, Rogério Carvalho, afirmó a Efe que el menosprecio del presidente Jair Bolsonaro ante el impacto del COVID-19 convierte a Brasil en un "peligro regional", pues el virus no respeta fronteras.

"Bolsonaro, con la manera en que conduce esta crisis sanitaria, es una amenaza para brasileños, para la propia democracia y para todos los países vecinos", dijo en una entrevista telefónica con Efe el senador del partido fundado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que hoy constituye la primera minoría en el Parlamento.

Carvalho, médico de 51 años, sostuvo que Bolsonaro, líder de una emergente ultraderecha, "actúa desde una visión negacionista total de la ciencia y el aprendizaje que el mundo ya tuvo con la pandemia" e ignora "el alto poder de contagio" del COVID-19 y su "impacto en la vida de las personas".

El primer caso de coronavirus se detectó en Brasil el pasado 26 de febrero y desde entonces la incidencia de la pandemia creció en el país en forma exponencial, hasta superar ahora las 13.900 muertes y los 200.000 casos, cuando aún se cree que el pico está lejos.

Según Carvalho, "todavía no sabemos qué representará este virus para el futuro del mundo, al menos mientras no tengamos una vacuna", y Bolsonaro "no deja de estimular la exposición de las personas" al asistir con frecuencia a manifestaciones organizadas por seguidores que exigen, como él, una reapertura inmediata de la economía.

LAS PRESIONES DE BOLSONARO CONTRA LAS CUARENTENAS

El senador subrayó una reciente visita de Bolsonaro a la Corte Suprema, junto a un grupo de grandes empresarios, como una de las diversas formas de presión que el gobernante ejerce para poner fin a las cuarentenas y medidas de reclusión adoptadas por gobernadores y alcaldes dentro de sus atribuciones constitucionales.

"Va al Supremo con empresarios, cuestiona el confinamiento y presiona por la apertura, inventa lo que llama 'cuarentena vertical' (reclusión solo de los grupos de riesgo) y vende la cloroquina como una esperanza" cuando la ciencia no termina de comprobar su efecto, apuntó.

Carvalho valoró la gestión de la crisis sanitaria en algunos países vecinos, como Argentina, Paraguay y Uruguay, los otros tres socios del Mercosur, en los que pese a sus diferencias ideológicas, los Gobiernos han seguido las recomendaciones de los científicos y mantienen la pandemia bajo relativo control.

En ese marco, consideró que ninguno de esos tres países ni las otras naciones vecinas reabrirán sus fronteras con Brasil en la medida en que el Gobierno de Bolsonaro permanezca indiferente ante el COVID-19 y la pandemia no ceda, pues "los virus nunca respetan los límites nacionales".

Bolsonaro "está apostando en el caos para imponer un régimen autoritario", que al igual que la pandemia "será una amenaza para toda Suramérica", insistió el senador, e incidió en que no se puede combatir a un virus con ideología.

"No hay ideología contra el virus, pero Bolsonaro vende ideología con el COVID-19, cuando él mismo es un virus institucional que afecta a la vida de los brasileños", manifestó.

¿UN JUICIO POLÍTICO DESPUÉS DE LA PANDEMIA?

Según Carvalho, la oposición -minoritaria en las cámaras- ya se articula para intentar un juicio político con fines de destitución contra Bolsonaro, aunque admite que el clima político no es ahora el más adecuado.

En contra juegan que el gobernante mantiene en torno a un 30 % de apoyo, según recientes encuestas, y la propia pandemia, que impide todo tipo de manifestación popular, por lo que el descontento social no puede medirse en términos de "presión de calle".

Aún así, sostuvo que, tanto desde el punto de vista jurídico como político, "ya existen" las condiciones constitucionales para avanzar en ese camino.

Citó una investigación en curso contra Bolsonaro por supuestas presiones e interferencias ilegales en la Policía Federal, otra en torno a la difusión de noticias falsas tanto en su campaña electoral de 2018 como desde el Gobierno, pero sobre todo su conducta frente a la pandemia.

"Su mayor crimen es el atentado contra la vida que comete en forma sistemática" desde que la pandemia llegó a Brasil, afirmó.

"Con el previsible agravamiento de la crisis sanitaria, con el desastre a las puertas, el aumento de la mortalidad y el sufrimiento de la población, creo que en septiembre u octubre será imposible" no llevar a Bolsonaro a un juicio de destitución, pronosticó.

Hasta ese momento, Carvalho sostuvo que el Parlamento seguirá como factor "regulador" de muchas de las medidas de Bolsonaro, a quien ya las cámaras han obligado a elevar el auxilio financiero para los más pobres o aprobar apoyos a las pequeñas y medianas empresas para paliar los efectos del coronavirus.

"Los partidos de oposición (progresista) y de centro seguirán contribuyendo colectivamente para dar respuestas a una realidad objetiva y que está por encima de ideologías", garantizó.

EFE