Boeing invertirá US$ 1.000 millones para duplicar producción del 787 en EE.UU.

La fabricante aeronáutica Boeing anunció una inversión superior a los mil millones de dólares para expandir su planta de ensamblaje del 787 Dreamliner en Carolina del Sur, en un esfuerzo por duplicar la producción de su avión de fuselaje ancho más exitoso, en respuesta al auge de la demanda global. El proyecto, informado por Bloomberg News y confirmado por la empresa, contempla una expansión significativa de sus instalaciones en las cercanías del aeropuerto internacional de Charleston.

La inversión elevará a US$ 3.500 millones el gasto acumulado de Boeing en el sitio desde su apertura, y prevé la creación de más de mil empleos en un lapso de cinco años. Actualmente, el complejo emplea a unos 8.200 trabajadores y continúa siendo un centro no sindicalizado, incluso mientras persiste una huelga en las operaciones de defensa de Boeing en Missouri.

El objetivo de la compañía es comenzar la producción ampliada en 2028, con una meta de fabricar 16 aeronaves al mes, superando su pico anterior a la pandemia. En la actualidad, Boeing enfrenta una cartera de pedidos récord tanto para el 787 como para el 737 Max; por lo que esta expansión busca capitalizar ese impulso, según coinciden analistas del sector.

Presiones sobre la cadena de suministro y calidad

A pesar del optimismo, expertos advierten que el plan de crecimiento enfrenta desafíos estructurales, en particular la presión sobre cadenas de suministro frágiles, como las vinculadas al titanio, material clave en la construcción de aeronaves. “El plan tiene sentido financiero, pero su viabilidad depende de si los proveedores pueden responder al ritmo”, señaló un analista citado por Bloomberg.

Además, la planta de Carolina del Sur ha estado bajo escrutinio por problemas de calidad detectados en inspecciones anteriores. Boeing asegura que ha tomado medidas correctivas, pero la intensificación de la producción podría poner a prueba esos avances.

Apoyo político y clima laboral

La ceremonia de inicio de obras contó con la presencia del secretario del Tesoro, Scott Bessent, y del gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster. Bessent destacó el apoyo del presidente Donald Trump a la industria aeronáutica y reveló un gesto humorístico de parte del CEO de Boeing, Kelly Ortberg, quien le entregó a Trump un simbólico premio de “vendedor del año” por su rol en facilitar ventas internacionales.

En contraste, las relaciones laborales siguen siendo una fuente de tensión en otras operaciones de Boeing, en las cuales persisten demandas sindicales por mejores condiciones y cumplimiento de contratos.