La Justicia de Australia declaró culpable este lunes a Erin Patterson por el asesinato de tres familiares mediante la ingesta de setas venenosas durante una comida en 2023 en la localidad de Morwell, estado de Victoria. El caso provocó una gran conmoción en la sociedad australiana por la singularidad y crueldad de los hechos.
Tras diez semanas de juicio y seis días de deliberación, un jurado compuesto por doce personas concluyó que Patterson envenenó deliberadamente a sus exsuegros, Don y Gail Patterson, y a Heather Wilkinson, cuñada de Gail. El único sobreviviente fue el esposo de Wilkinson, quien también participó en la comida.
Según la investigación, la acusada recolectó los hongos tras identificarlos a través de información publicada en una página web. Las setas utilizadas son altamente tóxicas y su consumo provoca fallas orgánicas múltiples.
Durante el juicio, la defensa argumentó que se trató de un "terrible accidente" y que su clienta mintió a la Policía por pánico, al temer que pudo haber confundido los hongos. Sin embargo, la fiscalía sostuvo que actuó con premeditación y que su relato carecía de consistencia.
Este caso ha reavivado el debate en Australia sobre el acceso a información peligrosa en internet, la regulación del forrajeo de hongos silvestres y los vínculos de violencia intrafamiliar que pueden permanecer ocultos tras una fachada de normalidad.
Con información de Agencias
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