Contenido creado por Gerardo Carrasco
Internacionales

Selva de fierros

Armas de fuego aumentaron un 219 % en la Amazonía brasileña durante gobierno de Bolsonaro

Los datos fueron divulgados en la tercera edición del Boletín "Descontrole no alvo” (Objetivo fuera de control), del Instituto Igarape.

25.07.2022 11:29

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2022-07-25T11:29:00-03:00
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El aumento de armas de fuego en la Amazonía brasileña se disparó un 219 % en tres años, producto de las facilidades dadas por el gobierno de Jair Bolsonaro para el porte de este tipo de artefactos, según un estudio divulgado este viernes.

Mientras el registro de armas de fuego por parte de particulares en Brasil creció un 130,4 % entre diciembre de 2018 y noviembre de 2021, en la región amazónica del país fue del 219 % en el mismo período.

Los datos fueron divulgados en la tercera edición del Boletín "Descontrole no alvo" (Objetivo fuera de control), del Instituto Igarape.

Para esta organización sin ánimo de lucro que actúa en las áreas de seguridad pública, clima y digitalización, el aumento de las armas de fuego y de las muertes en esta región del país ha sido "más intenso" que en el resto de Brasil.

"Si bien la facilitación del acceso a armas y municiones, producto de los diversos cambios realizados a la política de control de armas por parte del Gobierno federal desde 2019 ha incrementado la cantidad de arsenales en circulación en todo el país, el ritmo de crecimiento en la región amazónica fue aún más alto", señala el informe.

Y es que, de acuerdo con el informe, para diciembre de 2018 había 57.737 armas registradas en los nueve estados que forman parte de la Amazonía brasileña, número que saltó hasta las 184.181 en 2021.

Los investigadores destacan el aumento significativo de armas registradas por cazadores, tiradores y coleccionistas en la región, que desde 2018 ha sido de casi el 300 %, algo que llama la atención, ya que la única especie cuya caza está permitida en Brasil es el jabalí, "que tiene poca presencia en la región amazónica".

En cuanto a las muertes, el estudio señala que mientras en Brasil los homicidios por arma de fuego cayeron 15 %, desde los 40.071 hasta los 33.993, entre 2012 y 2020, en la región amazónica aumentaron un 4 % en el mismo período, desde los 5.537 hasta los 5.780.

Desde que llegó a la presidencia, Bolsonaro ha fomentado la necesidad de portar armas de fuego para defenderse de la criminalidad y, durante su gobierno, el número de registros en manos de civiles ha aumentado un 241 % con la flexibilización que ha otorgado a las medidas para acceder a este tipo de artefactos.

En 2019, año en que el líder de la ultraderecha llegó al poder, había 197.390 armas de fuego registradas en manos de particulares, número que para junio de este año se había disparado hasta los 673.818 registros, un aumento del 241 %.

Los datos corresponden a las bases del Ejército y a las del Sistema Nacional de Armas (Sinarm) que coordina la Policía Federal.

Para el Instituto Igarape, el hecho de que dos sistemas diferentes, manejados por dos órganos distintos, sean los encargados del control de armas "genera grandes desafíos para el acompañamiento del escenario de las armas legales en circulación en Brasil".

La región amazónica de Brasil está compuesta por los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Roraima, Tocantins y parte de Maranhão, y ocupa más de la mitad del país.

Por las mismas condiciones de la región, fronteriza con otros países de Sudamérica y que está compuesta en su mayoría por densos bosques y selvas, la Amazonía brasileña es una zona que históricamente ha sido olvidada por el Estado.

Allí es común que se lleven a cabo actividades delictivas como el comercio ilícito de madera, la minería y la pesca ilegal y el narcotráfico, que han promovido la violencia en la zona.

Un ejemplo de ello fue la desaparición y el asesinato, el mes pasado, en un área remota de la Amazonía, del experto indigenista Bruno Pereira y del periodista británico Dom Phillips, cuyos cuerpos solo fueron hallados días después tras la confesión de un pescador furtivo.

EFE