Contenido creado por Lorena Zeballos
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Analizamos el concepto de Fake News: ¿Qué son y cómo nos afectan?

Partiendo de las campañas de desinformación política, investigamos sobre el origen y poder de las noticias falsas.

05.11.2018

Lectura: 3'

2018-11-05T13:27:00-03:00
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Montevideo Portal

Si bien las noticias falsas no son algo nuevo, en los últimos años su masividad nos ha sumergido en un tsunami de desinformación. Hoy en Portal Explica hablamos de las Fake News, qué son y cómo nos afectan.

El concepto de "Fake News" tiene una fórmula muy eficaz: mezclar información verdadera con mentiras.

En los últimos años el término fue popularizado por el presidente Donald Trump y fue elegida palabra del año 2017 por los diccionarios Oxford y Collins así como por la Fundeu con sus adaptaciones en español noticias falsas o noticias falseadas.

Según el periodista Marc Amorós, autor del libro "Fake News, la verdad de las noticias falsas", hubo un antes y un después con la irrupción de las redes sociales, que permiten propagar y replicar sin fin y en muy poco tiempo un contenido que antes solo llegaba al vecino de al lado.

Antes eran los medios de comunicación los principales emisores de la información, pero las redes sociales han convertido a cada usuario en un medio de comunicación en potencia. Sí, antes prendías el informativo, ahora tu abuela Marta te lo cuenta por Whatsapp.

A esto hay que sumarle que la inmediatez, la competencia y la avidez por obtener un clic han hecho que los propios medios de comunicación tradicionales hayan compartido muchas de estas noticias. Y hay un dato infalible: publicar un desmentido no tiene eficiencia a la hora de reducir el impacto de una noticia falsa.

La pregunta que puede surgir es, si todos queremos que nos digan la verdad, ¿por qué compartimos información falsa?

Mucha gente rechaza la información rigurosa que resulta "incómoda para su concepto de sí mismos o su visión del mundo", señaló un estudio del catedrático Brendan Nyhan, del Dartmouth College en Estados Unidos, y de Jason Reifler, de la Universidad de Exeter, en Reino Unido.

Esto se nota, principalmente, en las campañas de desinformación política. Por ejemplo, una encuesta de 2017 mostraba que 51% de los republicanos creían que Barack Obama había nacido en Kenia, a pesar de que esto se desmintió en numerosas ocasiones.

Otro ejemplo denotado fue durante las recientes elecciones presidenciales en Brasil. En las redes sociales circuló como hecho comprobado que Jair Bolsonaro en realidad programó que lo apuñalaran para ganarse el corazón de los electores y a su contrincante Fernando Haddad le atribuyeron una declaración que rezaba que los niños a partir de los 5 años son propiedad del Estado. Que Haddad renunciaba a su candidatura, que Lula llamó a votar por Bolsonaro o que grandes empresas realizarían miles de despidos si ganaba el PT... Y la lista continúa.

El impacto es tal que un informe reciente de la Consultora Gartner señaló que para el 2022 la mayoría de la gente en países desarrollados va a leer más noticias falsas que reales.

Entonces... ¿Hay un antídoto contra las noticias falsas?

Aunque es muy útil que le digas a tu tía que deje de mandarte noticias de dudosa procedencia, parece que el superhéroe en esta historia vuelve a ser el medio de comunicación tradicional, que a fuerza de investigación y menos ganas de clics, potencie la difusión de información contrastada y comprobable.

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