Durante el mes de mayo, la organización Alternatus Uruguay (AU) -que se especializa en el cuidado de la fauna, principalmente de serpientes, y se define como un “emprendimiento familiar”- fue advertida de la presencia de dos anacondas amarillas en diferentes zonas del país.

La primera apareció el día 6. Un hombre se comunicó telefónicamente con AU, tras encontrar una serpiente en el puerto de Montevideo. La anaconda, se supo más tarde, había llegado hasta el lugar en un barco de origen paraguayo por el Río Paraná.

Ante el susto y la sorpresa, los trabajadores portuarios detuvieron sus actividades hasta que por fin se hizo presente en el lugar uno de los colaboradores de Alternatus: el rescatista Juan Carlos Mariño.

El accionar del experto permitió retirar al animal con éxito y luego la serpiente fue trasladada a un centro de AU, ubicado en Piriápolis, con la ayuda del personal del Centro Herpetológico de Uruguay, a cargo de David Fabius. 

El segundo hallazgo causó más revuelo. Fueron muchas las llamadas que recibió esta organización el día 20 mayo, cuando apareció una serpiente de gran porte (dos metros y diez centímetros de largo) en una playa de Nueva Palmira, a dos kilómetros del puerto.

El reptil fue encontrado por dos hombres (uno de ellos, integrante de la Asociación Nacional de Cazadores del Uruguay) que se encargaron de colectarla en una bolsa para evitar que otras personas dañaran al animal y de comunicarse con AU para continuar con la gestión del cuidado de esta especie. 

Desde la organización destacan el hecho que la serpiente haya salido “viva e ilesa” de la situación, gracias al cuidado de los lugareños. 

Cuidados y retorno de los ejemplares a la naturaleza

Con los dos animales, cuidados en su reservorio, Alternatus Uruguay planificó su reubicación.

Tomó en cuenta que las condiciones climáticas del país por aquellos días eran desfavorables para la vida de estos reptiles, altamente sensibles a las bajas temperaturas y optó por mantenerlas en cuarentena en un espacio climatizado hasta la llegada de la primavera.

Este trabajo se hizo en coordinación con el Ministerio de Ambiente, quien definió el nuevo destino de las serpientes. Durante los meses siguientes, la organización realizó revisiones periódicas del estado físico y sanitario de los animales.

Ni bien comenzada la primavera, un informe de la veterinaria Ivana Cano, indicó que las serpientes ya se encontraban en estado óptimo para ser liberadas.

Con ese diagnóstico, y los días cálidos de octubre, AU se puso en contacto con personal de la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (DINABISE) para sugerir la relocalización inmediata de ambos ejemplares.

Finalmente, el día 27 de octubre, la organización recibió a funcionarios de la DINABISE y se les hizo entrega de las serpientes. 

Su liberación se concretó el día 29 de octubre y los ejemplares fueron realojados en un área protegida de Rincón de Franquía, Bella Unión, en el departamento de Artigas.

El nombre científico de esta especie de anacondas es Eunectes notaeus. Según los datos proporcionados por Alternatus Uruguay a Montevideo Portal, se caracteriza por su temperamento dócil y esquivo, por ello no es considerada un peligro para humanos.

 Bolivia, Paraguay. Brasil, Argentina son sus territorios naturales y ocasionalmente se registra su presencia en Uruguay. No se tienen registros de la presencia la especie en nuestro territorio todo el año, tampoco se conocen poblaciones nativas. Al momento, sus registros ocasionales se atribuyen a ingresos accidentales.