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Alfredo Etchegaray, de una familia que conoció a Borges a rescatar el águila del Graf Spee

Nacimiento: 1955. Lugar: Montevideo. Profesión: relacionista público, organizador de eventos, DJ. Curiosidad: en 1987 ingresó en los récords Guinness con una expedición de 37.000 kilómetros por tierra, donde unió Alaska con Tierra del Fuego.

08.02.2022 12:54

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2022-02-08T12:54:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Él dice que siempre fue un handyman, una persona que soluciona problemas en una variedad de áreas. Quizá por eso lleve más de 6.000 lanzamientos de eventos armados, quizá por eso haya sido uno de los responsables del rescate del telémetro y del águila del Graf Spee, quizá por eso Sting haya pasado una noche en su casa cuando llegó a Uruguay, quizá por eso se hizo amigo de la familia D´Arenberg.

Quizá sea por eso, pero quizá también lo sea por muchísimas otras razones más.

Alfredo Etchegaray nació en Montevideo y se crio en el barrio Palermo, sobre la calle Santiago de Chile. Creció escuchando los tamborileos de la calle Isla de Flores y jugando al fútbol cerca de la embajada de Estados Unidos.

Sus primeros recuerdos son los siguientes: los golpes que se dio; cuando se cayó por una escalera; cuando su hermano cerró una puerta, le agarró el dedo y un cirujano plástico se lo reconstruyó; de sus primeras maestras; de cuando lo atacaban los gallos en el campo; de la primera vez que aprendió a andar a caballo.

Cuando murió su abuela, se mudó con su familia a la calle Mercedes, entre Paraguay y Rondeau. Esa misma casa había pertenecido al dueño del Teatro Solís y ahí mismo habían cantado Carlos Gardel y Carusso.

Creció con un hermano y una hermana. Con un padre cuya familia fue dueña de una lactería con la primera leche pasteurizada, con yogurt, con dulce de leche, con una venta posterior a Conaprole. Con una madre que, según él, era poetisa y coleccionista de sellos, además de haber asistido al taller de Vicente Martin.

Creció con las historias sobre su abuelo, Pedro, “el pacificador”, en el Pacto de la Cruz. “Se reía Aparicio Saravia porque no comprendía cómo lograba dormir mi abuelo en una cama que él le daba, que era muy corta y angosta porque Aparicio era bastante más bajito y pequeño, y mi abuelo era más grande y más ancho”, dice. Creció escuchando que en la familia también tuvieron un presidente de la República, Francisco Antonino Vidal. Y que el padre de él hizo la Constitución, junto a otros, en 1830.

Creció escuchando guitarreadas en su casa, ganando premios de literatura y de dibujo en todos los colegios a los que fue, en el coro, en las obras de teatro, siendo alumno del taller de Javier Nieva, donde aprendió a tallar. Creció “respirando cultura”.

Una vez, su familia le prestó la casa a Borges para un documental sobre su vida que hizo la BBC en marzo de 1983. En 1982 había sido la Guerra de las Malvinas y los ingleses no podían ingresar a Buenos Aires, así que hubo que hacerlo en Montevideo.

Otra vez, prestaron su casa para producir la película francesa “Transatlantic”. Como lo hicieron con tantas otras producciones.

También creció aprendiendo a ser DJ. “Empecé a los doce o trece años con discos caseros y esos tocadiscos espantosos con un amplificador a válvula, con parlantes de imán al centro, con transformadores de línea para poder meter muchos cables sin que se cayera la tensión porque eran de muy poca potencia”, dice Alfredo. Por esos años también empezó con changas, siendo mandadero de una rotisería frente al Obelisco.

Después empezaron las fiestas. “No podía hacer diez fiestas, había que ganarle más a cada una, así que empecé a meterle la puesta en escena”, comenta. Las temáticas, a lo largo de su vida, serían variadas: Helena de Troya, “Sueño de una noche de verano” de Shakespeare, hippies. Muchísimas más. “La creatividad es entretenida y es más barata, el contenido es fundamental”, agrega.

Sin embargo, nunca consumió más que tabaco común. Alfredo armaba con la mano izquierda porque, cuando andaba a caballo, llevaba las riendas con la derecha. Para despertarse cuando tenía que hacer fiestas y eventos podía ser, como mucho, mate, café o aspirina con coca cola. Y micro siestas.

“Esa era mi forma de sobrevivir y bailar largo rato sin consumir ninguna porquería”, explica.

Foto: Archivo del entrevistado

Foto: Archivo del entrevistado

¿Te acordás de la primera vez que pasaste música como DJ?

Fueron las primeras fiestas de Hilda Slowak y en la Embajada Británica, cerca del Puerto del Buceo, y en fiestas de mi casa que había. Lo que tenía de peculiar, era que disfrazaba a la fiesta, con lo que hubiera en la fiesta. Si la fiesta era temática hippie le pintaba el cuerpo de flores a la gente gratis, sin cobrar, tenía facilidad para lo que sea artesanías.

¿Cómo terminas generando una amistad con Rodrigo D´ Aremberg?

Nunca sé del origen, pero yo fui a Montecarlo y me hice amigo de Alberto de Mónaco. Me ocupé de él en Montevideo y lo llevé a Tienda Inglesa. Lo que no sabía era que me había contratado el viejo Henderson para que hiciera relaciones públicas en Tienda Inglesa. Le llevé a todos los famosos. Dijo que quería llevarle algo de regalo a sus sobrinos y lo llevé a Tienda Inglesa al príncipe Alberto de Mónaco. Nadie podía creer.

Son oportunidades que pasan, solo que yo las llevo un poco más allá. Cuando el productor de Sting me dijo que él no quería ir a restoranes y que mi casa era famosa porque recibía gente, a ver si lo podía llevar, le dije que sí. Armé la fiesta en una hora. Yo meto para adelante, no me ahogo.

A Rodrigo no sé cómo lo conocí, solo sé que empecé a hacer las primeras fiestas de la familia D´Aremberg, en la villa D´Aremberg. Al principio era conseguir unas arpas paraguayas, unos guitarreros, a veces algún tambor, y yo era DJ.

No había diez mil DJs, éramos cuatro en esa época. No había muchas opciones. La comida la hacía la misma persona porque tampoco había cien bufets. Es por eso que cada bicho que camina contrataba a Alfredito para poner música. Además, yo me involucro, me hago amigo de las familias, no me quedo solo en poner música, resuelvo cosas, todo lo que pidan, meto para adelante, busco la solución y soluciones creativas.

A él le encantaban las arpas paraguayas, después se enloqueció con los mariachis. Entonces, yo fui a Mónaco a hacer un programa para Canal 12, con Patricia della Giovampaola. Fui el culpable, los presenté yo. Me hice amigo de todo el mundo, me visto correctamente, hablo cinco idiomas fluidos, soy agradecido, soy amable. No es tan complicado.

Él no tenía tantas personas amigas con quien hablar porque era mañero. A Rodrigo le gustaba mucho la cultura, a mi también, era rompe cocos en algunas cosas y no todos lo bancaban, pero las personas tienen mañas y yo no las quiero cambiar, las asumo como son.

¿Cómo se hace para no perderse uno mismo en ese mundo?

Lo primero que tenés que hacer es siempre reflexionar. Cada uno tiene su fórmula y no hay una fórmula perfecta. Yo miro mucho la naturaleza, disfruto mucho de cosas simples, me levanto a las 4:30, tomo mate, pongo música y escribo y leo mucho.

Leo muchas reflexiones. La filosofía, y sobre todo la filosofía antigua, si la leés mucho te das cuenta que el comportamiento del ser humano es bastante similar al de ahora. Muchos otros ya decían las mismas cosas que dicen los políticos de hoy. Todos los escritores que hacen libros de autoayuda no dicen nada nuevo, dicen lo mismo que los diferentes escritores a lo largo de 2000 años.

No tenés que creerte nada, ni dueño de la verdad. Tenés que permanentemente ubicarte y aprender, todos los días aprender de todo y de todos. La verdad primera empieza por tu capacidad de ser feliz que se inicia dentro de ti. Ahí ayuda mucho la filosofía de la religión del budismo.

Rompiste un récord Guinness con una expedición desde Alaska hasta Tierra del Fuego, ¿qué te impulsó a hacer ese viaje?

Primero, las aventuras y el alejarte de tu comodidad te ayuda a reflexionar y a madurar. Segundo, a mí me gustan los desafíos y demostrar que podés. Por eso, la gente sube al Aconcagua y al Everest, y a otros lugares, pero se mueren en el camino.

Tercero, en ese caso yo era el que me animaba a resolver todo, entonces hablé con el Rotary, con las embajadas y armé un botiquín. Llevé medicamentos hasta para fiebres tropicales y me entrené un poco. En el aeropuerto de Nueva York me abrieron la valija y me creyeron cuando les conté que íbamos a hacer una expedición.

Yo era el medico del grupo y el que resolvía las cosas, porque cuando nos paraban los coroneles y generales nos preguntaban de todo. Yo me hacía amigo de los hombres, pero Rodrigo se me peleaba.

¿Cómo cambió tu vida ser padre, a una edad que se considera bastante mayor para empezar a tener hijos?

Lo de mayor es relativo a tu forma de vivir. La edad es la que tú sientas, te podés sentir aburrido y viejo a los 20. Por eso es tan importante la percepción, hay personas que son felices con una puesta de sol.

En mi opinión, no podés irte de este mundo sin tener hijos, me encantó. Me involucro en todo. Para su colegio fui quien propuso incorporar ajedrez, surf, porque me gusta ser evolutivo, moderno, simplemente porque las cosas van cambiando. Tienen que hacer surf porque es sano para la cabeza, les equilibra la energía. Yo soy el que los enloquezco en el colegio haciendo cosas más creativas. Estoy siempre inventando cosas.

Fue una experiencia emocional muy intensa, algo muy personal, a mí me encantó.

Tenés la intención de publicar un libro, ¿sobre qué?

En primer lugar, tengo ya cincuenta capítulos. Lo voy a hacer a fondo cuando tenga el tiempo. Lo que más valor tiene en tu vida es el tiempo libre y la libertad de usarlo como se te da la gana. Si yo logro concretar algo, algo de las cincuenta cosas que me tienen trancadas, voy a redondear ese libro y va a ser de filosofía de vida. Como un análisis de mi vida, pero no una recopilación de sociales que no sirve para nada, tiene que ser una herramienta, que sea una colaboración, para que ayude a las mentes de personas en la otra punta del mundo a aprender a vivir y convivir.

Si no, no lo hago. Si no es un aporte a la calidad de vida de tu comodidad, de tu familia, pero principalmente de los habitantes del planeta y su interacción con la naturaleza, no me sentiría conforme. Ahora tengo historias con humor nada más, pero voy a hacer una especie de contra-reflexiones. Las voy a desmenuzar, analizar y reproponer actualizadas. No lo voy a hacer pensando como uruguayo, ni para Uruguay. Lo mejor que puedo hacer es dejar a la gente pensando, que eso te ayude a crecer. 

Foto: Archivo del entrevistado

Foto: Archivo del entrevistado

Se dice que sos un gran embajador uruguayo por la forma que tenés de promocionar el país, ¿te ves a ti mismo de esa manera?

Eso lo hago de forma espontánea. La caridad empieza por casa, es lógico que quieras y ayudes a tu país, no es posible ser feliz si no tenés un entorno en que todos tengan trabajo.

Toda la vida me ocupé. A veces, cuando un ministerio tardaba cuatro meses en contestarle a un grupo de periodistas y darles un canje, yo a las veinticuatro horas ya les había obtenido el hotel por canje, con muchas amistades y a veces poniendo de mi bolsillo con las comidas y todo. Cuando el ministerio, a los tres meses les contestaba, ya se habían ido del país con todo resuelto.

Por eso quedé muy amigo de varias personas. Yo era generoso en eso porque un poco lo que sembrás, lo cosechás. Lo hacía de manera espontánea. Conozco un poco de las ventajas de invertir o vivir en Uruguay, las ventajas históricas, la evolución de las leyes de Uruguay porque leo nada más. No hay que ser ningún mago, simplemente me informo y si tengo alguna duda leo y releo.

Hago notas para todas partes del mundo, continuamente, como Australia, España, E.E.U.U., Suecia, y he salido en muchos países.

¿Dónde hay potenciales no explotados en Uruguay?

Eso es un poco más complejo, no es blanco o negro. Tenemos lo que ya está funcionando. Uruguay está bastante bien, tiene acuerdos comerciales en desarrollo.

La explotación implica devolución. Es ver no solo lo que tenés, sino lo que tiene potencial. La explotación es ver las nuevas demandas del mercado y en lo que podemos competir, porque si los chinos o la gente de la India se pone a fabricar alguna cosa, olvidate.

Ellos tienen disciplina y mano de obra hipereficiente. El uruguayo charla cuando está trabajando mientras que el chino cuadriplica la velocidad en eficiencia. Tenemos que buscar capacitar a la gente.

El recurso más importante no explotado es la mente de los uruguayos, en mí opinión, que hay que dejarla crecer. Si hoy la educación es cortar la rama y las hojas, debería ser al revés, dejar que se expanda la mente y la creatividad a través de la capacitación y del apalancamiento.

Uruguay tiene potencial aprovechando las debilidades ajenas. El mercado es el mundo y Uruguay tiene un costo operativo muy alto, burocracia, lentitud en los trámites. Hay desestimulo en ese sentido, el mercado interno es microscópico y el costo país es muy alto porque es mucho aparato estatal para pocos pobladores y para un PBI muy pequeño.

Necesitamos achicar el aparato estatal, que es difícil porque los que toman la decisión son los que se benefician, o agrandar la torta para los que tenemos que abrirnos al mundo.

Foto: Archivo del entrevistado

Foto: Archivo del entrevistado

¿Qué es lo que te hace incursionar en el tema del rescate del águila del Graf Spee? Teniendo en cuenta que es un negocio para nada rentable…

Es que yo voy a fondo en todo. Cuando me piden que plante un zapallo, pongo un campo de zapallos. Voy a fondo en todo, soy apasionado, investigo a fondo, pongo en duda todo. Eso lo hago en electrónica, cocinando, en qué pasa si le cambio la cantidad de manteca al risotto, me encanta investigar.

Lo del Graff Spee simplemente es mi forma de ser. Como cuando en una fiesta tenía que llenar un estadio con diez mil globos para una gran final. Lo mismo pasó cuando hice una excavación y había que hacer una perforación rompiendo las piedras con explosivos. Pongo en duda eso, me traigo veteranos y hago cateo. Descubro que lo puedo hacer sin necesidad de poner explosivos, entonces investigo y hago esa excavación con 400 mil dólares menos de los que me decían los ingenieros que costaba, porque el método científico de poner en duda, investigar y evaluar, lo tenés que aplicar para aprender a vivir, para enseñar a tus hijos incluso.

¿Cuáles son los planes con el águila ahora que hubo un fallo a tu favor y el Estado está obligado a venderla?

Por segundo fallo judicial unánime, según el contrato que está regulado por el TOCAF, el Estado tiene que venderla y se beneficia porque recibe el 50%. En realidad, el Estado tiene dos opciones, el fallo judicial, o puede invitarnos a tomarnos un café y encontrar una solución consensuada.

Lo que pasa es que cada vez somos más. Nosotros somos ya tres, mis dos hijos y yo, la sucesión de Bado que no está incluida en el fallo judicial, pero son ya la viuda y dos hijas. Estamos buscando soluciones que, de alguna manera, puedan contentar un poco a todas las partes. Es muy fácil opinar y ser generoso con el trabajo y el dinero ajeno y acá opinan muchos países, muchas instituciones, muchos gobiernos. Todos opinan. Para esto tuvieron oportunidad durante décadas y nadie lo hizo.

¿Cómo es la historia oficial del Graf Spee? Se dicen muchas cosas y no todas son ciertas.

Todo sucede con el Tratado de Versalles que obliga, después de la Primera Guerra Mundial, a Alemania a hacer barcos más compactos y más eficientes. Por eso, nace el Graff Spee. En ese tratado no le permiten hacer barcos muy pesados y muy grandes, entonces producen esta flota de alta tecnología.

Cuando se inicia la Segunda Guerra Mundial, a este barco lo agarra en alta mar y hunde nueve cruceros, barcos mercantes, apaleados. Lo buscan por todas partes del mundo, se camuflaba, se escondía, y se enfrenta a 3 cruceros. Uno de ellos era neozelandés, los otros británicos

Está mal llamada la Batalla de Punta del Este, pero sí se puede llamar la Batalla del Río de la Plata porque fue en las afueras de las costas de Rocha, muy lejos de Punta del Este. En diciembre de 1939, cuando el Graf Spee viene a deparar al puerto de Montevideo y pide ayuda. Uruguay era pro-aliado y favorece a los británicos. Se decía que venía una gran flota inglesa a hundir el Graf Spee y, por lo tanto, a quedarse con secretos tecnológicos. Ahí el capitán toma la decisión, probablemente contra las ordenes de Hitler, y hunde el Graf Spee poniéndole torpedos activos, con cadenas adelante y atrás, en la proa y en la popa.

Luego, el servicio de inteligencia inglés desarrolla una estrategia para poder llevarse tecnología en conocimiento del gobierno uruguayo, el gobierno uruguayo presiona al gobierno alemán y se vende en 14.000 libras el Graf Spee. Descubrí esto en el diario El País, habiendo analizado miles de archivos que están en micro films en la Biblioteca Nacional.

El 2 de marzo de 1940 se habla de la compraventa y luego descubro en el Public Record Office de Londres que resulta que hay bruta compraventa. Los ingleses mandan buzos y se llevan siete piezas para examinarlas. Obviamente, con el consentimiento de Cancillería de Uruguay, pero se les mueren dos buzos. Y no solo se les mueren dos buzos a los ingleses, también se les murieron once tripulantes de la Armada Nacional en los intentos.

Posteriormente, Uruguay en la década del ´80 emitió una ley de cascos hundidos, por lo que avisa a todas las embajadas y le dice que todos los cascos hundidos van a ser declarados como propiedad del Gobierno uruguayo y que el Estado uruguayo va a hacer contratos con particulares para que sean rescatados, a riesgo particular, con un 50% de la utilidad bruta hacia el Estado, pero que tienen un periodo de seis meses por el que pueden manifestar interés.

Ningún país se manifestó porque eso implicaba responsabilidad, riesgo, costo, tiempo, dinero, etc. A partir de ahí el Gobierno empieza a hacer diferentes contratos. Cuando un buzo argentino, en base a esta ley, propone el rescate de la fragata hundida en 1792 en un temporal en el mes de mayo del puerto de Montevideo, se avisa en todos los diarios, primera plana, de que tenía 70 millones de dólares en oro y plata, que estaba buscando inversores.

Entones un americano me dijo que quería saber la verdad de la historia. Entonces, me hice investigador formal en el Ministerio de Cultura de España y descubrí que este barco no traía un centavo de oro y plata, porque no venía de Perú hacia España, sino que venía de España hacia acá. De allá para acá no traía dinero.

A partir de allí yo estudie, por inquieto, apasionado y energético como soy, quinientos naufragios. Descubrí 250 en el Rio de la Plata. Los descubrí físicamente y los declaré. El tema me produjo hasta dolores de espalda porque las mesas son altas, los legajos son altos, y sentado no los podés mirar. Entonces, tenía que verlos agachado y después de varias horas no me podía enderezar. Fui a varios médicos que me daban de todo porque me quedaban los músculos tensos.

Cuando presenté el proyecto, el trámite me llevó diez años. Eso significa que tenés que tener mucha paciencia, mucha perseverancia y auto sustentación. Yo con mi trabajo y organizando fiestas, encontraba terrenitos que tenía que vender después para pagar estos gastos. Eso en un país que no tiene apalancamiento financiero. Acá el sistema financiero no interviene como se interviene agrandado las oportunidades de trabajo en Europa y E.E.U.U.

Entonces, él trabaja en sus proyectos y yo trabajo en los míos. Él estaba en la Bahía de Maldonado, en los barcos El Salvador, El Arameno y el Sea Horse, y yo estaba trabajando en el barco inglés por mi cuenta, hasta que sacó un cañón con el Discovery Channel, que queda en el Museo Naval de la Rambla, donde está el Kibón.

A partir de allí hicimos un acuerdo de trabajo y él comienza a trabajar en mi proyecto.  Sacamos el telémetro en el 2004, que incluyó atentados porque hubo sabotaje.

Habíamos metido todos los billetes. Hay que tener en cuenta que la visibilidad es de un centímetro, no se ve nada, no es como bucear en el Caribe. Yo soy buzo certificado de Open Waters, hice cursos, me encanta y tenés que hacerlo todo al tanteo, sin visibilidad.

La grúa se desacomodaba, porque era muy antigua, no tenía movilidad y había que mover toda la plataforma. Luego conseguimos una más moderna para sacar, porque era menos pesada el águila. El telémetro pesaba casi treinta toneladas y el águila 300 kilos.

Por supuesto que había todo tipo de leyendas, que no existía el águila, que ya la habían retirado los alemanes o los ingleses. La cuestión es que estaba el águila y tenía más de 145 bulones de bronce. La levantamos y había helicópteros y aviones, fue un escándalo internacional.

Imaginamos que, si empezamos con la burocracia que va en contra de toda oportunidad del uruguayo creativo, no nos iban a dejar exhibirla, o nos iban a tener treinta años. Entonces, directamente llevamos el águila a un hotel, donde nos cedieron la sala sin costo, y se exhibió durante un mes. La visitaron todas las colectividades, todas las personas de todas partes.

Entonces, a partir de ahí, la tuve en un depósito que me cuesta mucho dinero por la custodia y me pidieron meterla en un cajón, en el FUSNA, que es un área de polvorín de alta seguridad en el Cerro de Montevideo. Todo esto es, en realidad, porque después hay una gran presión de una potencia europea que no quería que se exhibiera. Ahí empiezan presiones de todos opinando.

Es muy fácil opinar y ser generoso con el trabajo y el dinero ajeno. En este caso hay un contrato, en primera instancia, y ahora en la segunda instancia, que por unanimidad obliga a cumplir con que vaya a una subasta pública o a un llamado a interesados de acuerdo al TOCAF.

¿Cuál creés que debería ser el destino de esa águila que, si cae en manos incorrectas, podría ser usado en un culto neonazi? En última instancia a eso es a lo que se le tiene miedo.

Todas las partes estamos de acuerdo que le destino debe ser académico. Ninguna de las partes quiere ningún destino que arriesgue a nada que tenga que ver con un culto a la maldad, y mucho menos al régimen del nacionalsocialismo.

Eso está simplemente en las nubes, nadie habla de eso. No está en la lista de opciones. Estamos pensando en alternativas que le permitan al gobierno poder quedar bien con todo el mundo y beneficiarse de alguna forma de un impacto internacional, como ha logrado muy bien en el manejo de la pandemia.

Entre las cientos de opciones que llegan, vino un argentino multimillonario que dijo que la quería volar en pedazos, pero claro, quiere que otro ponga la plata. Con eso logró repercusión hasta en el New York Times, millones de dólares de comunicación sin costo. En este momento yo estoy afónico, porque estoy a quince notas por día.

Hablo de todas las agencias de noticias, la BBC, France Presse, todos los diarios del mundo. Hace dos años participé de una serie de National Geographic que se emitió en 150 países. Te das cuenta qué bien manejado está este tema, produce más comunicación que todas las grandes campañas de la historia de todo el Ministerio de Turismo. Si se hace con equilibrio y con interés de difusión cultural es un atractivo turístico porque el turismo es contenido. Luego hay que lograr comunicación y luego accesibilidad al producto.

También hay muchos guionistas que nos están llamando, gente que quiere producir películas. Conseguí mas de 300 fotos inéditas, que le di algunas al diario El País. Sin costo las pongo a disposición, nunca publicadas. Fui comprando cartas en remates y tengo mucho material y por supuesto tengo muchas imágenes del holocausto.

Una curiosidad es que la cruz gamada, que no era un símbolo maligno, no solamente fue parte de la civilización de la India, sino que también fue parte de la historia de la civilización judía. En una sinagoga que tiene 3000 años en los mosaicos hay cruces gamadas. En los viejos juzgados de Montevideo, de 1920 o 1930 hay cruces gamadas. Por ejemplo, en la calle Paraguay entre San José y Soriano, no sé si hasta en alguna asociación de prensa, hay por todos lados.

Otra curiosidad, es que el águila en sí mismo también fue parte, no solo de las civilizaciones más notorias como el imperio romano, el escudo de E.E.U.U., México, Alemania, etc. El mundo entero ha utilizado el águila. Pero, además, esta águila es tipo renacentista, es de alta calidad en cuanto a dibujo.

Yo soy escultor y ebanista, alumno del taller Javier Nieva. Yo hacía arte sacro, no por muy religioso sino porque me gustaba. Mi primera exposición, entre otras, fue en el Opus Dei, pero las hacía por todos lados. Entonces, lo aprecio de otra forma. Como DJ también aprecio más la música, es normal.

Hay otra águila, que es más pequeña, más moderna, que tomaron los rusos cuando entran en Berlín en la Segunda Guerra Mundial. Está exhibida en un Museo del Holocausto. En el Imperial War Museum de Londres hay un águila también con toda la explicación académica que corresponde.

¿El destino ideal sería un museo?

Entre la diversidad de ideas llegaron grupos hablando de algo muy interesante. De todas las mejores cosas que uno puede hacer, aparte de lograr sustentar la educación de tus hijos, que fue el discurso de la embajadora de Gran Bretaña y el eje del discurso de Javier García, Ministro de Defensa y del Embajador de la República Federal de Alemania, es que trabajemos juntos por la paz.

Entonces, se hacen 130 años de que José Martí presentó los Versos Sencillos, y el poema número XXXIX es sobre la Rosa Blanca. Hace 100 años nacía Sophie Scholl, una estudiante que en sus veinte años creó el grupo la Rosa Blanca. Este grupo que no tenía vinculación con José Martí. Fueron opositores pacíficos al régimen del nacionalsocialismo. Hacían panfletos, hacían pegatinas, y terminaron todos asesinados en la guillotina, estudiantes que tuvieron la valentía, el heroísmo, de enfrentarse a la Gestapo sin armas.

Hay museos del holocausto en E.E.U.U. que le hacen tributos a este grupo porque hubo muchos héroes desconocidos. Hay películas antiguas y falta alguna más actualizada.

Entonces, una de las combinaciones complejas, porque no tiene por qué ser simple, pero una buena solución sí tiene que contemplar a todas las partes. Una opción podría ser tomar la cruz gamada, manteniendo el águila que no tiene nada que ver en la parte artística, y hacer una metamorfosis. No pulverizarla, no explotarla, sino metamorfosearla.

Con el polvo resultante de la cruz gamada, se podrían hacer diferentes concursos en ciudades del mundo en tributo a la iluminación de las mentes, de las futuras generaciones por la paz, y hacer que artistas del mundo pueden intervenir utilizando parte del polvo de la cruz gamada.

En el espacio que generaría la metamorfosis de quitar la cruz gamada, se utilizan pantallas de alta definición y allí se incorporarían imágenes de Montevideo de la época, de Punta del Este de la época e imágenes de los errores y horrores de la época que son muchos, además del Holocausto.

Sin buscar culpables, sino mirando de forma creativa hacia un mundo donde tenemos que aprender más a vivir con nosotros, algo que no nos enseñan a veces en la escuela cuando nos formarnos. Podría llegar a quedar el águila original en Uruguay, en un memorial que puede ser, por ejemplo, en el Club de Golf, o donde ya está el ancla.

Ahí ya hay muchas opiniones. Tiene que ser de fácil acceso y tiene que ser fácil estacionar y no taparle la vista a nadie. Pueden hacerse copias en porcelanato y pueden ir a diferentes museos del mundo, que a su vez nos traen turistas porque se pone panelera con imágenes de la época. Estoy hablando del Museo del Holocausto de Israel, otro de Washington, etc.

Además, podría eso auto sustentarse. Por un lado, con fundaciones y un aporte del Estado, otro aporte del Estado alemán, otro aporte de instituciones. Pero, además, teniendo en cuenta el mojón que generaría Uruguay, también es un mojón en la historia decir que aquí en Uruguay metamorfoseamos el mal en el bien y dejamos un mensaje.

Es una oportunidad de comunicación y de imagen para el gobierno de Uruguay, para el país, para la comunicación del turismo, brutal. Quitándole los colores políticos, se tienen que dar cuenta que es muy interesante en la medida en que haya común acuerdo, un consenso. Que se evite una subasta internacional, es posible así.

Sin embargo, se pierde la chance de recibir una recompensación por el águila.

Se llama pérdida de la chance de que venga un sultán, o quien sea, y pague 100 millones. Es una pérdida de chance que estamos teniendo después de una vida entera de riesgo e inversiones. Tiene que haber una justa compensación y, a medida que pasa el tiempo, se encarece. Eso porque hay más costos legales, más costos de vida, más familiares involucrados. Hoy no se puede hablar de cifras, pero es algo que se arregla con cinco veces menos de los cincuenta o cien millones de dólares que dicen que valen en los mercados internacionales si se interesan dos con poder adquisitivo.

Es un negocio. La cultura en el mundo es un negocio. Solo en Uruguay están cerrados los museos los fines de semana, si se le da toda la magia y el entorno que corresponde, si se hace una buena campaña que tiene miles de millones de dólares de comunicación sin costo, pensá en cuánto vale eso.

Este proyecto se llama la Rosa Blanca, inicialmente basado en Sophie Schull, la heroína que a sus veinte años se enfrentó académicamente al régimen del nacionalsocialismo con un grupo de estudiantes y terminó asesinada en la guillotina. Paradójicamente, coincide con una rosa blanca de los “Versos Sencillos” de José Martí que cumplieron el año pasado 130 años.

Creo que esa podría llegar a ser una solución. Todos quieren vestirlo de diferentes camisetas, pero Uruguay es un país bastante respetado, seguro, y el más aceptado por todos. Entonces, podría llegar a ser una solución, sin negar que Alemania o Israel puedan tener una copia, sin la cruz gamada. Le quitamos la parte polémica. Se haría una metamorfosis en el proyecto rosa blanca, que pueden ser los artistas haciendo alguna rosa blanca con un pequeño ramo en el centro, pero también pueden ser artistas del mundo haciendo a su manera la incorporación de esta cruz gamada en creaciones como mensaje que ilumine las mentes de las futuras generaciones.

De cualquier manera, toda solución, como dicen los americanos, tiene que ser win-win, que todas las partes se vean beneficiadas.

Acá hay que ponerse creativo y transformar lo negativo en una oportunidad de comunicación, en un cumplimiento de un contrato de un Uruguay que tiene tradición de cumplir la seguridad jurídica, de cumplir con los contratos y de que los emprendedores y creativos puedan soñar con trabajos en su propio país. No todos estar soñando con ir a trabajar y a estudiar a Europa y E.E.U.U. por culpa nuestra. El país es caro porque tenemos un aparato estatal muy grande y una población muy pequeña. El PBI es muy pequeño en proporción al semejante costo del aparato estatal que tenemos. No hay que dejar a nadie en la calle, pero hay que estudiarlo al tema. Merece ser estudiado.

Esto no es de colores políticos, yo soy no creyente en izquierdas y derechas. Creo que hay intereses de izquierda, intereses de derecha, capitalismos de izquierda, capitalismos de derecha, empatía de derecha y empatía de izquierda, personas bien intencionadas y excepcionales.

Foto: Archivo del entrevistado

Foto: Archivo del entrevistado

Si hoy te encontraras con el Alfredo niño, ¿qué le dirías?

Que va por buen camino, que dedique un poco más al deporte, que le dé menos importancia a personas. Perdés mucho tiempo con gente que no vale la pena, pero no lo sabés, eso te lo dan los años. Estudiaría más de todo lo que estudié, me encantó estudiar a fondo de todo un poco.

A mí me gusta el personaje de Da Vinci, el concepto renacentista de saber de todo me parece interesantísimo. En principio estoy contento, he tenido una familia maravillosa, maestros divinos, amigos en el mundo entero, experiencias inolvidables.

¿Cuál fue el día más feliz de tu vida?

El nacimiento de mis bebés. Participé de los dos partos. Qué cosa más divina, es una magia, es algo indescriptible. A mí me fascinó, es la cosa más maravillosa, es una bendición.

Cuando vino el segundo, la ginecóloga experta dijo que era varón. Mi mujer salió llorando porque iba a ser el quinto varón, ella ya tenía tres. Una semana después nos llamó la ginecóloga diciendo que era la primera vez que se había equivocado, que era una niña. Se le puso Juana porque mi madre era Juana y mi abuela también.

Me gustan muchos las tradiciones y también la innovación. Disfruto del futuro y el pasado, no es necesario matar el tango para que nazca el rock and roll.

¿Cuál fue el día más triste de tu vida?

Obviamente fue muy duro el fallecimiento de mis padres. Mi madre y mi padre por separado. Y una perra cocker que era mi compañera permanente. Ella iba a los restaurantes y la dejaban meterse debajo de la mesa, aunque no permitían mascotas.

Cuando se murió mi perra, cuando se murieron mis padres y algún amigo también. Lo demás son cosas que son muy malas o buenas en función de cómo tu mente los interprete. La dimensión de tu mente.

¿En qué momento de tu vida sentiste mayor libertad?

No sé si hay un momento o períodos, son ciclos. Obviamente que el estar en pareja te limita, pero también te contiene, te equilibra. Uno tiene energías que las canaliza mal y el deporte es una de las formas de ayudar a canalizarlas bien. Por supuesto, la pareja es fundamental. Por ese motivo, yo estoy de acuerdo con cómo vivían los apóstoles, casados, en las iglesias tiene que haber matrimonio.

Son los intereses económicos los que llevaron a que las figuras religiosas tengan que alejarse del matrimonio, es una locura. Yo soy muy creyente en el matrimonio. No necesariamente te quita libertad. Te la quita si querés hacer locuras. Si te portás bien, no.

He visto muchos amigos descarrilarse, en especial cuando empiezan con consumos raros. Para los que me conocen saben que no paso del mate, pero sí tomé mis whiscolas.

Siempre me sentí bastante libre. Por eso a algunas personas les choca, porque una de las libertades es expresarse como pensás, tratando de no ofender a nadie, aunque a veces querés ayudar a alguien y se ofende. A veces, la libertad termina donde empieza el criterio ajeno. No existe perfección.

Algo que la vida te haya enseñado a los golpes.

Los clavos económicos. El haber tenido que pagar fiestas enteras sin haberlas cobrado, pero claro, era soltero y no tenía problemas. Ahora tengo hijos.

Toda la vida hice favores gratis, ahora digo que no, que lo cambio por un paquete de pañales. Y es cierto que lo hago. Toda la vida fui un poco descuidado a la hora de cobrar las cuentas y me clavaron unos cuantos famosos, son cifras que hoy me cambiarían la vida. Eso es algo que aprendí a los golpes, además de la desilusión de haber confiado.

A mí me han permitido alquilar cosas, o contratar servicios de gastronomía y carpas, sin seña porque confiaban en mí. La traición y la confianza son opuestos, también he sido golpeado, teniendo que pagar a todos los proveedores sin haber cobrado la fiesta.

Si murieras hoy, ¿irías al cielo o al infierno?

Eso ya es un acto de soberbia, los habitantes de la tierra no sabemos qué pasa después. Prefiero morir con mi mente abierta, pero en principio creo que he actuado con total tranquilidad de conciencia dentro de las mejores intenciones posibles. Creo que sí existe Dios, aunque ya es un acto de soberbia decir que es un viejo barbudo, joven, buen mozo. Prefiero la humildad.

Por eso el budismo es interesante, por el concepto de aceptar todas las religiones. Mi familia y mi educación son totalmente cristianas, aunque siempre estuve vinculado a muchas religiones, en especial a la colectividad judía por haber organizado todas las fiestas.

Básicamente, si existe otra vida, creo que voy a tener un buen destino porque soy constructivo, positivo y colaborador, y tengo la resiliencia, la capacidad de adaptarme. En términos generales no me importa tanto por mí, sino por mis hijos y por las futuras generaciones que habiten nuestro planeta, que por ahora es el universo que conocemos.

Mente abierta para seguir aprendiendo a vivir con uno, convivir con el prójimo y dejar un mundo mejor, sin extremos.

Por Federica Bordaberry