Seré curioso

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Abreu: "Ahora sí estoy analizando plantar bandera definitiva como futbolista"

Se salvó del descenso con Boston River, ahora sí analiza seriamente el retiro, y mientras, se luce como conductor de TV.

19.12.2019 07:15

Lectura: 27'

2019-12-19T07:15:00-03:00
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Por César Bianchi
@Chechobianchi

Fotos: Juan Manuel López


Después del amague -una treta publicitaria para Abitab-, Washington Sebastián Abreu dice que ahora sí se está replanteando seriamente colgar los botines como futbolista profesional, y mira con tentación el buzo de DT. Ya le había avisado un técnico mexicano -el mismo que lo contagió con el bichito de querer ser entrenador algún día y por el cual empezó a llenar cuadernolas con observaciones- que eso pasaría el día que la cabeza de técnico empiece a ganarle a la de jugador. Y le está empezando a pasar.

Mientras, el "Loco" Abreu, el futbolista que ostenta el Récord Guinness por ser el que ha vestido más camisetas en el profesionalismo (29), ya tiene otra actividad que le ha deparado comentarios elogiosos y hasta bromea -al aire- con algún premio a Revelación en TV. Es el conductor de Trato Hecho (Teledoce) y se siente cómodo como vehículo para el entretenimiento, la divulgación de historias inspiradoras y la ayuda a quienes lo necesitan. Le interesa demostrar -dice- que el futbolista, si se prepara, es bastante más que "un tipo que corre atrás de una pelotita".

En el jardín de su casa en el barrio privado de Jardines de Carrasco, y mateando una tarde de sábado, Abreu (43) repasa sus inicios, su extensa carrera, sus motivaciones, su forma de concebir el juego y cuánto ha aprendido como futbolista, novel DT "con título" y comunicador desfachatado.

-Cuando eras niño, ¿ya sabías que querías ser futbolista, como cualquier otro niño uruguayo?

-Ya tenía ganas de trascender en el deporte. Desde los 6 o 7 años -y eso se fue incrementando con el tiempo- es que no se sabía por qué teniendo buenos valores en básquetbol y en fútbol era difícil que un deportista pudiera trascender siendo de Minas. Como que había insinuaciones y proyectos, pero que se desvanecían. Mi viejo, al ser deportista también, tenía un álbum: iba recortando fotos y notas que salían en los diarios con él e iba haciendo su propio álbum deportivo, y a mí me encantaba verlo, con los goles que hacía o los dobles en el básquet.

Y yo me empecé a hacer uno, de chico, en el baby-fútbol y el básquetbol infantil, y ya con 11 y 12 años el inicio del álbum tenía una foto mía chica y recortando letras de los diarios escribí "Sebastián Abreu, el futuro del deporte en Lavalleja y Uruguay". Y fui pegando las fotos del diario Serrano primero, con el objetivo de trascender en el deporte. Podía ser fútbol, básquetbol o vóleibol. Fijate que en dos años fui convocado a tres selecciones uruguayas Sub 17 de vóleibol, de básquet y la última fue la de fútbol. En Minas se sabía que tenía condiciones para el deporte, andaba bien, pero técnicamente, por mis condiciones, me veían en el básquetbol. Y ahí se me abrió la primera puerta de venir a un club profesional, que fue Trouville.

-¿Recordás cuándo y en qué circunstancias te diste cuenta que el 13 era de tu número de la suerte? Justo el 13, que para la mayoría es la yeta...

-Eso empezó viendo de chico algunas cosas que estaban instaladas, como de mala suerte (entrar a la cancha con el pie derecho, no pasar por debajo de la escalera, no pasar después de un gato negro). Y como de chico tenía un pensamiento contrario al del resto, pensé: si uno hace las cosas bien, se esfuerza, trabaja, se preocupa, se equivoca y vuelve a intentarlo, ¿se va a caer por pasar debajo de una escalera o porque pasó un gato negro? Como que eludiendo algunas cosas, estás salvado. Entonces me dije: "Voy a hacer todo lo contrario". Por eso, hasta el día de hoy entro con el pie izquierdo, paso por abajo de una escalera, si hay un gato negro para cruzar espero a que cruce, y me dio lo mismo por los números.

"Me di cuenta cuando salió un informe que decía que estaba a un club del récord, y ahí pensé: 'No voy a forzar nada, si naturalmente se ha dado así mi carrera. Voy a seguir así'. Fue más del lado periodístico, que empezaron a fogonear, que de mi lado"

Yo tenía la idea de jugar con la 13 y estaba difícil en Defensor, porque no se juega ni con la 13 ni con el 17 (la desgracia). Y en un clásico de Liguilla, en el 91 o 92, debutó (Fabián) O'Neill en Nacional y hace un partidazo... Enganche con derecha, con izquierda, rebenque izquierdo o derecho para pases largos, caños, de todo hizo. Y con la 13 en la espalda. Era desfachatado, del interior, tenía cosas que me identificaban, y yo dije: "Ya está, voy a jugar con la 13". Pero era bravo cómo llegar a ponerme la 13 en Defensor. Vino una Copa Libertadores del 96, yo era el quinto delantero (estaban el "Polilla" Da Silva, Juan Carlos De Lima, el "Loco" Dos Santos y Antonio Vidal González, y yo era el quinto). Entonces, en ese inicio de copa, yo ni estaba en los planes, estaba para completar la lista de 25. Y como pensaban que no iba a jugar, lo mismo que el tercer arquero, a él le dieron la 17 y a mí el 13, y ahí se sacaban la chance de que el 13 o el 17 estuvieran en cancha... pero se fueron dando situaciones, por lesiones de otros delanteros y fui al banco. Y ante un partido clave por copa, el equipo tenía falta de gol y yo andaba bien, andaba fino, y Juan Ahunchaín me manda de titular contra Universitario de Perú en partido que había que ganar sí o sí para clasificar. Y ese día hice dos goles, ganamos 2-0 con doblete mío, y después jugamos contra Sporting Cristal, empatamos, y se vinieron los Octavos de Final contra la U de Chile de (Marcelo) Salas y Leo Rodríguez, y ahí hice dos goles acá en Montevideo (ganamos 2-1) y dos goles allá (perdimos 3-2), y terminamos perdiendo por penales, y también convertí. Cuando se terminó la copa y volvemos al torneo local, quisieron implementar de nuevo lo de sacar el13, y le dije al técnico: "Juan, ¿no me deja jugar con la 13? La verdad que me ha dado suerte". "Sí, sí, siga", me dice. Y ya seguí con la 13.

-Tuviste cinco pasajes (¿o fueron seis?) por el club de tus amores. ¿Con qué momento te quedás?

-Se podría interpretar que fueron seis, por el último pasaje, pero no participé. Estuve en el plantel durante dos meses (en el anterior pasaje de Álvaro Gutiérrez como técnico). Estuve en el plantel pero por un tema político no jugué. Entrené y todo durante dos meses, pero no jugaba. Yo sabía que estaba todo medio digitado a nivel dirigencial, y como no quise poner en un compromiso a Álvaro, me fui a jugar a Ecuador. Por eso no la cuento. Cuento los otros cinco pasajes activos por Nacional.

Si tengo que elegir uno, el de 2001, el primer pasaje por el club, porque cumplí un sueño. Y además ese año salimos campeones del Clausura y el Uruguayo. Le dimos vuelta un partido a Danubio, con un gol de Varela y otro mío, pase de chilena del Chengue. Ese pase fue medio casualidad porque yo estaba siendo negociado para Cruz Azul (de México), estaba a cinco minutos de mandar el telegrama, el pase cablegráfico, pero hubo una modificación en el monto del préstamo del Deportivo La Coruña conmigo, empezó una discusión y se pasó el tiempo... Pasó el plazo para pedir el pase a Cruz Azul. (Mi representante de entonces, Jorge) Chijane me miraba y me decía: "no sé qué decirte". Y a los tres días me llama y me dice: "Te voy a cumplir un sueño. Vas a jugar en el club del que sos hincha". "¿En serio? No me jodas", le dije. "No, en serio, vas a jugar en Nacional, Hugo (De León) dio el ok". Y me fui a préstamo 6 meses a Nacional. Debuté con dos goles a Paysandú Bella Vista, con el 113, porque el 13 lo tenía el brasileño Adalto, me acuerdo. Si me das a elegir, elijo ese campeonato: cumplí el sueño de jugar en Nacional, salí campeón y fui goleador.

-Ya van 29 clubes. Dejando de lado Nacional, ¿en qué equipo te sentiste más cómodo?

-Botafogo (de Rio de Janeiro, Brasil). Ahí encuadré lo que yo necesitaba con lo que el club necesitaba. Un 9 de área uruguayo, llegar a Brasil y pasar a ser el capitán, el ícono, el ídolo, la referencia -estuve 3 años, el club donde estuve más tiempo-... Fijate que un 9 uruguayo en el club de Garrincha, Nilton Santos, Zagallo, Jairzinho, Tulio Maravilla, y que se meta un extranjero... Al día de hoy, la última campaña publicitaria del club es con mi imagen y la de Zagallo al lado. Y todavía hay pedidos para que vuelva, que vaya a retirarme ahí, y sondeos permanentes del club. Es algo que no me ha pasado con otro club.

-¿En qué momento de tu vida decidiste ir por el Récord Guinness? No me digas que nunca te interesó o no lo buscaste, porque no te creo...

-Es que se fue dando naturalmente... Me di cuenta cuando salió un informe periodístico que decía que estaba a un club del récord, y ahí pensé: "No voy a forzar nada, si naturalmente se a dado así mi carrera. Voy a seguir así". Cuando yo iba por el club 12 o 13, y también ya se hablaba de un próximo pase, nadie decía: "Ah, va en búsqueda del récord". Fue más mediático del lado periodístico, que empezaron a fogonear, que de mi lado. En ese aspecto, fui regular, no modifiqué mi conducta sobre el final por el récord: fue así siempre. Siempre fui coherente: evalué ir a lugares donde entendía que podía aportar algo.

-¿Y qué significa tener ese récord para vos?

-Es un reconocimiento a un minuano que trascendió. Yo siempre, más que uruguayo, me tira mucho ser minuano. Un minuano que sale por el mundo y tiene un récord Guinness, y hablan de Minas y Lavalleja en el mundo. Después, nada más.

-Ya habías incursionado en la TV con Noche de locura en canal 10, y después como comentarista de los partidos del Mundial 2018 en Teledoce...

-Telenovelas también... Tuve una participación en 1997 en una novela de canal 13. Era con guión y todo, había que ensayar. Era una novela de (Adrián) Suar, yo tenía que interactuar con un representante de futbolistas, yo hacía del futbolista del momento que lo estaban tratando de poder vender. Pasaba eso que siempre sucede que se meten otros representantes a querer llevar el negocio, te ocultaban los números, a mi personaje le ocultaban información...

-¿Qué te sedujo de Trato Hecho?

-Me sedujo la propuesta de que iba a hacer un programa donde se iba a poder ayudar. Que había un trasfondo de historias que yo podía trasladarle a la gente, sumado a que era algo benéfico, donde se podía llegar a algún lado, quizás aunque no ganaran dinero, pero cuyos sueños pudieran cumplirse. Como el profe que precisaba locomoción para poder llevar a los niños discapacitados a entrenar. Nos mandó una carta contándonos que alguien que vio el programa le donó una camioneta para el traslado. O la maestra del colegio que había ganado poquita plata, pero al otro día llamó diciendo que habían llamado tres empresas para hacerse cargo de todo.

"Me interesa que se vea que el futbolista no es un tipo que corre atrás de una pelotita y nada más. Tenés que estudiar, prepararte, perfeccionarte. Obviamente con dones naturales que uno puede tener, claro".

Y yo también siempre escuché a los grandes, los de más experiencia, y decían que cuando visualizaras el tramo final de tu carrera, que tratara de tener la cabeza ocupada, porque eso te iba a ayudar de cuando llegaran los momentos de melancolía, de tristeza, de soledad, rápidamente dijeras: "No tengo tiempo para eso, porque tengo esta otra actividad y tengo que estar metido en eso". Las posibilidades las tuve, porque hablé antes con el club (Boston River) y lo entendieron, y vieron que no iba a trastocar la rutina diaria de entrenamiento y juego.

-Se te nota en tu salsa frente a la cámara. ¿Te gusta eso de demostrarle a la gente que sos multifacético, y que podés desenvolverte con soltura fuera de la cancha como comunicador?

-Me interesa que se vea que el futbolista no es un tipo que corre atrás de una pelotita y nada más. Tenés que estudiar, prepararte, perfeccionarte. Obviamente con dones naturales que uno puede tener, claro. Pero que te vean en otra función, en otro lugar. Que al ser una persona pública podés llegar más directamente a la gente siendo vos mismo.

-¿Tratás de escaparle al guión? O para hacerlo bien, ¿preferís apegarte a él?

-Una de las cosas que trato de hacer y por las que me fueron a buscar es: "Hay que respetar una línea general del programa, pero queremos que seas vos, no queremos que seas (Federico) Buysán, Coco Echagüe, o (Santiago) Del Moro o (Alejandro) Fantino; queremos que seas vos". Ahora se está por hacer otro Trato Hecho de famosos, que lo va a conducir Maxi De la Cruz, porque es el perfil para ese tipo de participantes. Lo mío, que eran personas comunes y corrientes, con problemas y dificultades, se iban a identificar más conmigo. En cuanto empecé a grabar y grabar, vi que prestando atención a respetar los lineamientos, y prestando atención a las productoras por la cucaracha, estaba siendo yo, evitando un poco el lunfardo, porque estás en la televisión, pero tratar de ser uno mismo en todo sentido.

-Pero a todo esto, no has dejado el fútbol y la actualidad te encuentra en el humilde y esforzado Boston River, que acaba de confirmar su permanencia en Primera. ¿Qué realidad te encontraste en el Boston de "Tato" García?

-Humilde, esforzado, pero prolijo Boston River, agregaría yo. Es prolijo porque tenés buenas condiciones para entrenar, se respetan lo pactado y se paga en fecha, tiene lo mínimo y trascendente que debe tener un club. Tenés lo justo y necesario para decir que es un club con jugadores profesionales. Encontré eso: un club con poca gente, todos con ganas de trabajar, de ayudar, de crecer, con un grupo de jugadores con sueños, con deseos y ganas de cumplir los objetivos planteados para el club. Y con un fierro caliente, porque cuando dije: "Voy a Boston", me decían: "estás loco, te vas a meter ahí a esta altura de tu carrera, te vas a comer un descenso". Arrancamos la segunda parte del año metidos allá abajo, con un panorama desalentador, a las tres fechas cambiaron de entrenador y todos me decían: "Boludo, cuidá tu trayectoria". Me decían que me iba a comer un descenso. Pero yo, por mi forma de ser, creo que tengo un plus que puedo generar algo desde la química, desde las sensaciones positivas, que van contagiando. Y vi que se podía revertir y cumplir el objetivo al final. Traté de decirlo poco por miedo a la crítica excesiva, pero yo lo decía en alguna nota.

"Si las condiciones son de buenas para arriba, disfruto. Lo que no disfruto es no tener gimnasio, canchas feas, no tener pelotas, no tener agua caliente, no tener complementos vitamínicos, en invierno no tener ropa de frío para todo el grupo. Eso no lo disfruto".

Me acuerdo que hablé mucho para cambiar el lugar de entrenamiento. Entrenábamos en el Complejo Rentistas y después cambiamos al complejo de la Mutual, y querían saber por qué. Y yo decía: "Porque necesitamos un lugar donde tengamos una química positiva y donde nosotros podamos visualizar nuestro propio futuro, solos, sin tener que compartirlo con nadie, que tiene los mismos deseos que nosotros, pero que está en otra situación". Fijate que ahí también entrenaba Rentistas que estaba en la B (Segunda División Profesional) tratando de subir, y nosotros en la A, tratando de quedarnos. Había deseos encontrados. No es superstición, son químicas, es una cuestión de energía. Y bueno, nos cambiamos en la Mutual, llegó el Tato y le dio su impronta. Fuimos muy positivos, no bajamos los brazos y conseguimos el objetivo de no descender. No fue completo por cinco goles de diferencia, porque terminamos en el octavo lugar del campeonato y por diferencia de goles no clasificamos a la Sudamericana. Pero desde las sensaciones, es como una paz interior ver que teníamos el deber cumplido.

-Elena Risso en entrevista que te hizo para Galería contó que cuando llegás de los entrenamientos, tomás un cuaderno y hacés anotaciones: las cosas buenas van en azul, las malas en rojo. ¿Eso desde cuándo?

-Eso desde que supe que iba a querer ser entrenador después de dejar de jugar. Lo empecé a hacer cuando tuve a Juan Manuel Grillo en Dorados de Culiacán (México) en el año 2005. Ahí se me despertó el entrenador, al lado de él. Fue un click, empecé a ver mejor los entrenamientos, a leer libros, a guardar información, a ver detalles. Antes veía los entrenamientos pero para uno mismo, después empecé a verlos en lo global, en lo colectivo, en el funcionamiento. Yo anotaba todo y era como una ayuda memoria, para reforzar información para mí. Y así, el día que arranque como entrenador, hacer un repaso rápido de todo lo observado para refrescar conceptos.

Hay un 70% de las cosas malas y de las buenas que se repiten todo el tiempo, por más que hayan pasado 15 años. Es increíble, pero es así. Dicen que el fútbol ya no es el mismo, puede ser, ha cambiado muchísimo, pero en el día a día, en el relacionamiento con el cuerpo técnico y los jugadores, hay un 70% de las cosas malas que hay que cambiar y se repiten y de las buenas.

-Tendrás varias cuadernolas llenas... ¿Y con el tiempo repasás esos apuntes? ¿Cómo les sacás provecho?

-Dos o tres cuadernolas hay, sí. Tampoco es que todos los días anotás algo. Te manejás con el sentido común, no andás buscando los mínimos detalles con una varita mágica. Hace poco, que ya estoy en el tramo final de mi carrera, empecé a repasar esas cuadernolas, y traerlas a tierra al día de hoy. No la comparto con los demás, me las quedo yo y las canalizo desde el liderazgo, de administrar situaciones en base a las vividas. Aprendí que a equis jugador no le podés hablar en grupo porque se siente señalizado, con él es mejor mano a mano. A otro mejor hablarle en el grupo, porque si le hablás mano a mano se cree que está por encima del resto. O cuando vos sos capitán de un club o referente de un club, y llegás y decís en el grupo: "Puta madre, de nuevo repetir este entrenamiento...". Eso lo absorben los demás y no suma. Hay cosas que te las tenés que guardar para no contagiar mal a los otros.

-Con 43 años, ¿seguís disfrutando de ir a entrenar y correr alrededor de una cancha una mañana fría de invierno?

-Sí, si las condiciones son de buenas para arriba, disfruto. Lo que no disfruto son las malas condiciones: no tener gimnasio, canchas feas, no tener pelotas, no tener agua caliente, no tener complementos vitamínicos, en invierno no tener ropa de frío para todo el grupo. Eso no, eso no lo disfruto. Pero cuando todo eso está lo disfruto. Es preocuparte por mejorar lo que te corresponda, la técnica, la fuerza, lo colectivo, el funcionamiento, la definición, el conocimiento con el compañero de al lado. "Che, vamos a tener pocas chances de gol. Hay que aprovecharlas, porque una chance vale oro". Tenés que conocerte con tu compañero de delantera. Esas cosas me encantan. Lo que no me gusta es lo otro, me desgasta y a veces es pelear contra los molinos de viento.

Y que no me den esas condiciones, no tener esas comodidades básicas, me pueden sacar y querer agarrar el sartén por el mango como entrenador. Como entrenador tenés otro poder ante los directivos, que como jugador no los tenés.

-¿Tenés en vista el equipo 30?

-No. Tengo contrato con Boston. Y estoy en una etapa de análisis de ver si voy a seguir jugando o plantar bandera definitivamente como jugador y dar los primeros pasos como entrenador.

-O sea que ahora sí estás considerando el retiro como futbolista...

-Sí, bastante. Juan Manuel Grillo siempre decía que hay que uno se empieza a dar cuenta de cuando llega el retiro porque la cabeza de entrenador empieza a ganarle a la de futbolista. Y algo de eso está pasando.

-Es toda una primicia. Hasta ahora no habías querido hablar del retiro (excepto el de Abitab, para un spot de TV).

-Es que estaba en pleno campeonato, teníamos un objetivo con Boston, y no quería desviar el foco porque si no, a nivel mediático, no iba a generar nada deseado para la compenetración que quería del equipo. Ahora que terminó puedo decir que estoy considerando empezar una nueva etapa como entrenador.

-¿Cuáles son los técnicos que más te marcaron en tus 25 años de carrera?

-Hay siete u ocho. No son tantos, considerando que tuve 29 equipos y llegué a tener hasta cuatro entrenadores por equipo. Tuve 45 entrenadores más o menos... Pero si tengo que destacar los más importantes para mí, te nombro a Juan Ahunchaín, (Daniel) Passarella, Hugo De León, el Cholo (Diego) Simeone, Manuel Pellegrini, Juan Manuel Grillo, Miguel Ángel Russo, Eduardo Acevedo, y el Maestro Tabárez en la selección.

-Muchos futbolistas se trauman el día después, cuando ya no tienen que ir a entrenar más, y no entran más a la cancha. ¿Has pensado en el después de entrar a la cancha como jugador? Esto de ser comunicador o pensar en ser DT, ¿es irse preparando para ese momento?

-No es prepararse, es ocupar la cabeza. Creo que no hay forma de prepararse. Podés escuchar experiencias de otros, empezar a visualizar cosas, pero sólo el día que te toque vas a empezar a ver qué te toca vivir, sabiendo que hay algunos tips que te ayudan a que ese golpe no sea tan duro. Y tener la cabeza ocupada en algo que te gusta, o en este caso si rápidamente dejo de jugar pero surge una posibilidad linda para entrenar, ahí ya vas a cambiar el chip.

-En el Santa Tecla de El Salvador ya incursionaste -durante dos meses- como DT, con título. Sos un buen analista y ya te has fogueado al aire, incluso. ¿Cómo jugaría un equipo dirigido por Abreu?

-Todo eso es sanata. ¿Qué me das?

-Entiendo... Depende de los jugadores que tengas, decís.

-Claro. Por eso te digo que es todo sanata lo que te diga, porque no depende de mí. Yo soy un vehículo que ayuda al jugador a poder implementar una idea, y que ellos la puedan desarrollar. Pero todo dependerá de las características de los jugadores que tenga, en el grupo que esté, y a partir de ahí, poder ser un entrenador pragmático o protagonista de la posesión del balón. Y si en el club en el que estoy los jugadores llegan con una idea matriz que uno quiera implementar. Pero para contestarte eso tengo que llegar a un club y ver: qué plantel tengo, qué podemos traer, qué no podemos traer, y tratar de sacarle provecho a las características. No tratar de potenciar lo malo de un jugador porque uno tenga un paladar futbolístico. Por eso es fundamental que los clubes no lleguen a una situación donde un entrenador desarme o arme.

"Decirte cómo jugaría un equipo mío es sanata. Yo soy un vehículo que ayuda al jugador a implementar una idea, y que ellos la puedan desarrollar. Dependerá de las características de los jugadores que tenga, y a partir de ahí, poder ser un entrenador pragmático o protagonista"

Tiene que haber una secretaría técnica con un scouting que puedan analizar perfiles de jugadores para el club y perfiles de entrenadores para el club, para que el día de mañana se fue Abreu de tal club y vamos a buscar un entrenador con perfil para el que estaba, cosa de poder seguir sacándole provecho a ese plantel. Si traés un perfil de DT totalmente diferente, y a ese técnico le gustan los zagueros recios, que te partan, y vos tenías dos zagueros de buena salida, con buen pie, y al técnico no les gustó. Ahí desvalorizaste los jugadores que trajiste. Y no anduvo, se va ese técnico, y viene otro que te dice: "Yo necesito otro central más, porque voy a jugar con línea de tres". Y los dos recios, de marca que tenías, no pueden jugar con línea de tres, y los otros están entregados porque hace ocho meses que no juegan. Estaría bueno que un club te diga: "Te estamos buscando a vos, porque en las reuniones que tuvimos entendemos que tu idea futbolística es del perfil que nosotros queremos". Pero siempre, el que te va a hacer bueno o malo como entrenador, el que define, es el futbolista.

-Claramente, el penal a Ghana, picándola, en cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, es el pico más alto de tu carrera en la selección uruguaya. ¿Qué otro momento elegís, más allá de ese Mundial consagratorio?

-El gol a Costa Rica en el repechaje para ir a ese Mundial. El pico más alto de sufrimiento, por la necesidad, es el gol a Costa Rica. El otro (el penal a Ghana) es el de la satisfacción. El penal a Ghana era parte de mi característica y desde el contraanálisis: en el momento de tensión máximo, cuando te quema los pies, hacer algo contrario a lo que están esperando todos. ¿Todos qué esperaban? "Aseguralo Loco". Bueno, la forma de asegurarlo, para mí, era esa, pero desde el convencimiento, no del ego.

-¿En qué momento decidiste patearlo así?

-Yo creo que eso estaba marcado en el destino. Uno después empieza a notar cosas que fueron sucedieron previas a ese partido, que te las cuenta el Maestro o los compañeros, y decís: "Ta, listo, estaba escrito". Yo había entrado contra Francia y después no entré en ningún partido más. No me pusieron contra Sudáfrica, no me pusieron contra México, no me pusieron con Corea, que fuimos a alargue. Y me acuerdo que Jaime Roos hace una nota para su documental ("3 millones"), y me dice: "¿Y qué podemos esperar de vos?". Y yo le dije: "Yo sé que algo bueno me está esperando". Quedó en la película. Jaime dice en la película: "Se me pone la piel de gallina después de lo que pasó", porque estaba el documento audiovisual.

Y el día previo al partido, entrenamos penales por las dudas, pateamos tres penales cada uno. Patearon todos, hasta los arqueros. Yo patee tres y erré los tres. Dos colocándola (uno pega en el palo, el otro me la ataja) y el tercero la piqué y pasó por arriba del travesaño. Terminó la práctica, yo me estaba yendo, y viene el Seba Eguren y me dice: "Vamo' arriba Papote, mirá que mañana capaz que te necesitamos". Y yo le digo: "Papote, vos quedate tranquilo que mañana clasificamos con el sello de la casa". Y me dice: "No seas hijo de puta, no me digas que la vas a picar". "Yo te aviso", le dije. Y finalmente, el Maestro me nombró tercero en su lista, y yo le dije: "Maestro, póngame último, que tengo el presentimiento que lo defino".

-Has jugado en el fútbol de élite, en un cuadro grande acá, pero también en la B con Central Español y ahora con Boston River en la A. ¿Qué se debería cambiar en el fútbol uruguayo para que sea realmente profesional y tener una liga más competitiva, donde no siempre definan Peñarol y Nacional?

-Respetar a rajatabla los estatutos nuevos (de la FIFA), para que los equipos puedan competir de otra manera, elevando el nivel. Ya con eso vas a tener las exigencias de mínimo para arriba para que futbolísticamente puedas conseguir mejorar. Y lo otro: es el único campeonato con tantas finales en todo el mundo, hay que simplificar el calendario. Y en lugar de hacer el Torneo Intermedio, le pondría Copa Uruguaya, para hacerlo equiparable a la Copa Argentina o Copa Brasil, Copa Chile o Paraguay. Ya una copa que se llame Intermedio, se te hace parecido a una copa de verano... Pero si vos decís Copa Uruguaya, donde jueguen equipos amateur y de la C, y se van matando en partidos ida y vuelta, listo, es otra cosa. Y que después el ganador juegue contra el campeón uruguayo.

-¿Dirigirías a Peñarol, si te llamaran?

-No, no... por un tema de identidad. Yo me identifico con Nacional. Por más que los paladares se han ido modificando, se mantienen todavía. Peñarol tiene una manera, y Nacional tiene otra, y yo me he visualizado con esa manera. No es lo mismo (Hugo) De León, (Daniel) Carreño, (Martín) Lasarte que (Jorge) Fossatti, Gregorio Pérez y Julio Ribas. No es lo mismo, son diferentes estilos. Y después, hay un sentido de pertenencia.

-El domingo 15, tras el clásico que definió el Uruguayo a favor de Nacional, asesinaron a un hincha tricolor que ni siquiera había ido a la cancha y estaba festejando. ¿Qué se puede hacer para erradicar la violencia del fútbol?

-No tengo una respuesta concreta... Creo que hay que cambiar las leyes del deporte, y que sean más rigurosas. Es un tema de fondo, y hay que sentarse a hablar -las autoridades, el Ministerio del Interior, los dirigentes del fútbol- y tomar medidas fuertes. Este hecho es difícil de prevenir porque no fue en un estadio, sino en las afueras, y alejado.

"En lugar de hacer el Torneo Intermedio, le pondría Copa Uruguaya, para hacerlo equiparable a la Copa Argentina o Copa Brasil. Ya una copa que se llame Intermedio, se te hace parecido a una copa de verano".

-¿Habría que parar un partido cuando hay cánticos que inciten a la violencia de parte de las hinchadas? Ya está previsto, pero no se ha cumplido...

-Sí. Después de esto me imagino que llegará el momento de que quienes son los encargados no sólo cumplan eso, sino incrementar las medidas, y que sean severas.

-¿Qué consejos le repetís a tu hijo Diego, futbolista, jugador de las inferiores de Defensor Sporting y la selección mexicana Sub 16?

-Que disfrute y que aproveche las malas condiciones que tiene acá, porque si se adapta a jugar acá, cuando después pegue el salto al exterior, le va a resultar mucho más fácil todo.

-¿Y a los otros? Si tuvieras que elegir un consejo solo, que los acompañe toda su vida, ¿cuál sería?

-Que disfruten siempre. No buscar peros o quejarse por cosas insignificantes. Que disfruten todo lo que les toque vivir. Y de lo malo, aprender para más adelante sacarle provecho y que les dé alegría.

-¿Sos feliz?

-Total.