Contenido creado por Gerardo Carrasco
Internacionales

El lado oscuro

2010: año récord en catástrofes naturales

El año 2010 registró una cifra récord de catástrofes naturales, que costaron centenares de miles de vidas. Durante el último año, los episodios naturales extremos mataron más gente que todo el terrorismo del mundo durante cuarenta años.

20.12.2010 20:12

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2010-12-20T20:12:00-03:00
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Montevideo Portal

El concepto "del siglo", aplicado a catástrofes naturales debió ser manejado hasta perder el sentido durante este último año, señala Craig Fugate, director de la Agencia Federal Para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).

Terremotos, inundaciones, olas de calor y de frío, erupciones volcánicas, tifones, súper tormentas, deslaves de tierra y sequías, acabaron con la vida de más de un cuarto de millón de personas en todo el mundo durante el año que finaliza. Una cifra mayor a las muertes causadas por todos lo movimientos terroristas del mundo a lo largo de las últimas cuatro décadas.

"Parecía que había un retroceso, pero luego ocurrieron las oleadas", explica Fugate acerca de la escalada de fenómenos extremos que enlutaron el año.

Si bien muchas de estas catástrofes llevan el sello de la casualidad, la mano del hombre no habría sido ajena a varias de ellas. Una mano mortal y costosa, señala el portal estadounidense Huffington Post, que pública una exhaustiva crónica con el aporte de expertos en diversas áreas. El reporte advierte que la construcción deficiente y las malas prácticas de desarrollo urbano conspiran para que fenómenos como los terremotos causen mayor número de daños y víctimas. El hecho de que millones de personas vivan hacinadas en edificios inadecuados de ciudades superpobladas, hace que a la hora de producirse eventos como terremotos, ciclones e inundaciones, muera mucha más gente que la que perdería la vida en condiciones más seguras.

Andreas Schraft, vocero de una de las más poderosas compañías de seguros del mundo, señala que ciertos tipos de fenómenos no asociados al clima, como terremotos o erupciones volcánicas "ocurren con cierta constancia". Sin embargo, es "la mano del hombre" la que cambia la ecuación, debido a los factores antedichos.

El terremoto de enero en Haití, que costó la vida de 220.000 personas es un ejemplo perfecto de esta cruel alianza entre lo peor de la naturaleza y el subdesarrollo. La capital del país contaba con el triple de personas pobres y viviendas precarias que hace 25 años. De haber ocurrido en 1985, el terremoto habría matado aproximadamente a 80.000 personas, afirma Richard Olson, jerarca de la Dirección de de Prevención del Riesgo de Desastres de la Universidad de Florida.

Un mes más tarde, un terremoto de mayor intensidad golpeó a Chile, en una región con mayor desarrollo y menor densidad de población que Haití ¿resultados? Las víctimas fatales fueron menos de un millar.

Si bien se puede achacar a la humanidad la falta de previsión para este tipo de eventos telúricos, no se le puede atribuir responsabilidad al hecho de que sucedan. Diferente es el panorama en lo climático, donde la comunidad científica coincide en señalar que la acción humana es uno de los elementos fundamentales del brusco calentamiento global de los últimos años.

En el verano boreal, una inédita onda de calor se abatió sobre Rusia, mientras que unas igualmente atípicas lluvias anegaron más de 100.000 kilómetros cuadrados en Pakistán. Ambos fenómenos sumaron unas 17.0000 víctimas mortales. Más que las producidas por accidentes aéreos en 15 años en todo el mundo. Se estima que las temperaturas en Moscú y alrededores, fueron las más altas en nada menos que 100.000 años. Datos preliminares indican unos dieciocho países rompieron sus marcas de altas temperaturas durante 2010

"Es como una forma de suicidio. Construimos casas que nos matan al desplomársenos encima, construimos casas que no ahogan en zonas inundables. Es nuestra culpa por no anticiparnos a esos hechos, la Tierra sólo hace lo suyo", añade Roger Bilham, profesor de geología en Colorado.

Eventos como las inundaciones y olas de calor no habrían sido posibles sin el calentamiento global", añade al plural informe Kevin Trenberth, Jefe de de análisis climático en el Centro Nacional de investigación Atmosférica de Boulder, Colorado. "La Tierra contraataca, en connivencia con las malas decisiones humanas", advierte un fatigado Debarati Guha Sapir, director de Centro de la Organización Mundial de la Salud para la Investigación de Epidemiología y Desastres. "Es casi como si las políticas del gobierno y las políticas de desarrollo, estuvieran ayudando a la ira de la Tierra en vez de protegernos de ella. Hemos creado condiciones en las que la más mínima cosa que hagamos contra la naturaleza, tendrá un impacto desproporcionado", destaca.


Los más mortales

El terremoto de Haití, la ola de calor en Rusia y las inundaciones de Pakistán fueron los eventos más mortíferos del año. Poderosos sismos también castigaron a Turquía, China y Chile, en uno de los años más sacudidos que el planeta recuerda. Hasta mediados de este mes, se produjeron 20 terremotos de magnitud 7.0 o mayor. La cantidad de terremotos de esa gravedad casi nunca supera la quincena.

Las inundaciones también se dispararon en 2010, cobrándose 6.300 vidas en 59 países, según la Organización Mundial de la Salud. Esta cifra podría ser mayor, ya que este organismo no actualiza sus registros desde setiembre

Según la firma Swiss Re, cuyos datos llegan hasta noviembre, unas 260.000 personas murieron este año en desastres naturales, contra sólo 15.000 en 2009. En comparación, las muertes por terrorismo desde 1968 hasta 2009 fueron 115.000, según datos oficiales de Estados Unidos.

El último año en que se registraron guarismos aproximados a los de hoy fue 1983, donde las muertes se dispararon a a causa de la sequía y la hambruna en Etiopia.

 

Súper extremos

Tras las fuertes tormentas de nieve denominadas "Snowmageddon", que paralizaron a los Estados Unidos a principio de año, y las nevadas récord en Rusia y China, la temperatura volvió a ser calcinante

Más allá de posibles oscilaciones, el promedio de temperatura de 2010 a nivel mundial ha sido uno de los tres más altos de la historia. La ciudad de Los Ángeles vivió este 27 de setiembre la jornada más cálida de su historia, con temperaturas de 45º, mientras que los 53º grados ocurridos en Pakistán en mayo, supusieron la mayor temperatura registrada jamás en un sitio habitado.

Los habitantes de Florida vivieron un verdadero carrusel climático, con un invierno gélido seguido por el verano más caliente que se haya constatado en la región. Ahora, sobre el final del año, el frío ha vuelto con valores similares al invierno anterior, lo que no resulta nada alentador.

En el norte de Australia se midieron los valores pluviométricos más altos de la historia del país, mientras que el suroeste del continente-isla vivió su peor sequía. En nuestro continente, el Amazonas alcanzo su mínimo caudal desde que se realizan mediciones.

Y hablando en dinero, la ya mencionada compañía Suiza Swiss Re, afirma que las catástrofes naturales causaron este año pérdidas por más 222 billones de dólares, una cifra mayor a la economía entera de Hong Kong. Esta cifra es elevada pero no es la máxima registrada. Sin embargo, los expertos de la firma señalan que ese dato es engañoso, ya que la mayoría de las pérdidas ocurrieron en países pobres, donde no son corrientes los seguros "pesados".

El informe señala que la intemerata de la desgracia fue la vivida por Indonesia, que en sólo 24 horas padeció un terrible sismo de 7.7 de magnitud, un tsunami que mató a 500 personas y una erupción volcánica que obligó al desplazamiento de 390.000 habitantes.

En Estados Unidos, el FEMA declaró el 2010 como año récord en catástrofes naturales, con 79 episodios al 14 de diciembre, en un país con un promedio de 34.

Roger Bilham asegura que la población mundial está viviendo cada vez un riesgo mayor, debido a la presencia de megaciudades en zonas de fallas geológicas o propensas a inundaciones. Según sus cálculos, entre 400 y 500 millones de personas viven en grandes ciudades que están sumamente expuestas en caso de terremotos o intensas lluvias.

Para el científico estadounidense, un desastre como el de Haití bien podría repetirse. "Podría ser Argel, Teherán o una docena de ciudades", advierte.

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