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Tecnología

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“Ya no se puede luchar con la IA”: los desafíos del gobierno frente a la automatización

El jerarca de la Oficina de Ayuntamiento de Madrid, Fernando De Pablo, advirtió en Agesic que, de cara al futuro, “solo se puede regular”.

26.11.2025 19:40

Lectura: 5'

2025-11-26T19:40:00-03:00
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Por Felipe Capó
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La Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic) celebró su evento anual este miércoles bajo la consigna “El mundo es digital”. En una de las actividades, el director general de la Oficina Digital del Ayuntamiento de Madrid, Fernando de Pablo, ofreció una ponencia acerca de los desafíos actuales de los gobiernos digitales, y sentenció que “ya no se puede luchar con la tecnología” frente a la automatización.

Durante su intervención, De Pablo afirmó que el mundo atraviesa “un momento crítico”, similar al vértice de cambio que Europa vivió en el año 2000, e insistió en que toda tarea que pueda automatizarse “se va a automatizar”. Por eso, añadió, el rol del Estado debe orientarse a anticipar, regular y preparar a la población para lo que viene, no a “resistirse” a estos procesos.

La misión 

Foto: Agesic

Foto: Agesic

De Pablo destacó que el parámetro más importante para medir el avance del Estado no es cuántos trámites están disponibles en línea, sino cuántos se completan efectivamente por Internet. En su visión, “la buena digitalización es la que libera recursos para destinarlos a quienes realmente los necesitan”.

También insistió en que la transformación digital requiere liderazgo, estrategia y voluntad, además de cambios normativos y organizativos. “Es imposible construir servicios del siglo XXI con procedimientos del siglo XX o del XIX”, afirmó.

Gobernar para los vulnerables

Foto: Agesic

Foto: Agesic

De Pablo destacó que indudablemente, el objetivo principal de estas instituciones es “gobernar para los vulnerables” y abrió con cifras que, según dijo, “hablan solas”.

La encuesta presentada mostró que la ciudadanía distingue con claridad entre acceso y eficiencia: mientras 67,8% valora que el acceso por Internet mejoró, apenas 24% percibe avances en el tiempo para resolver gestiones, y un 63% considera que todo sigue igual. Para el jerarca, estos datos revelan una contradicción que debe orientar cualquier política digital: la gente ingresa más fácilmente a los servicios, pero no obtiene mejores resultados.

A partir de esa lectura, insistió en que el desafío no es digitalizar por digitalizar, sino “coordinar sin molestar”. Es decir: dejar de pedir información repetida, derribar las barreras entre oficinas y diseñar procedimientos que no hagan depender al ciudadano de la estructura interna del Estado. “Si ponemos al usuario en el centro, la administración tiene que reorganizarse como sea”, afirmó.

Ese diagnóstico se cruza directamente con otro de los fenómenos que De Pablo destacó: las brechas de uso, especialmente entre personas mayores, que se sienten “castigadas por la administración digital” cuando los trámites exigen habilidades tecnológicas que no poseen. La obligatoriedad de la cita previa, la falta de asistencia presencial y la complejidad de algunos servicios amplifican la sensación de exclusión.

Pero el problema no se explica solo por edad. Los mismos datos, dijo, reflejan el impacto de un proceso demográfico más amplio: la despoblación y el envejecimiento acelerado, que dejan a miles de personas viviendo solas o sin familiares que puedan acompañarlas en trámites esenciales. Esa realidad agrava las brechas y obliga al Estado a crear servicios que no dependan de tener un tercero que ayude.

Para De Pablo, “la buena digitalización libera recursos para destinarlos a quienes realmente lo necesitan”, concluyó, y señaló que solo así se podrá evitar que la tecnología, en vez de cerrar distancias, las ensanche.

IA, ciberseguridad y el “nuevo frente de guerra”

De Pablo dedicó buena parte de su exposición a los desafíos globales asociados a la inteligencia artificial, que definió como un punto de inflexión comparable al lanzamiento del iPhone en 2007. Subrayó que la IA generativa, los chips, los cables submarinos, la robótica, la computación cuántica, la nube y la ciberseguridad conforman hoy un ecosistema geopolítico que determina el presente y el futuro de los países.

Explicó además el concepto de “guerra híbrida”, donde los ciberataques y los sabotajes tecnológicos son parte habitual de los conflictos contemporáneos. Citó casos como los ataques a Estonia, el malware Pegasus y la vulnerabilidad creciente de infraestructuras críticas como el apagón ocurrido en España en abril, que paralizó la amplia mayoría de servicios en el país y llamó a reuniones de crisis.

En este marco, destacó la importancia de la regulación europea sobre inteligencia artificial y la necesidad de que los Estados garanticen transparencia, ética, protección de datos, y sistemas que generen confianza pública. El problema no es solo tecnológico, ya que la desinformación masiva y la incapacidad de distinguir entre contenidos reales y falsos representan “un riesgo democrático central”.

“El futuro lo forjamos nosotros”
Hacia el cierre, el jerarca volvió a la idea que marcó toda su charla, que es que “la tecnología avanza al ritmo que las personas pueden asumirla”. Por eso, insistió, los países deben invertir en capacitación, especialmente en los colectivos que pueden quedar rezagados.

El futuro será lo que merezcamos, según las decisiones que tomemos hoy”, concluyó. Retomó la mirada histórica con la que empezó: así como el presente del gobierno digital se explica por lo que se hizo hace 20 años, el futuro dependerá de lo que países como Uruguay decidan en este momento crítico.

Por Felipe Capó
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