Contenido creado por Gerardo Carrasco
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“¡Nos dispararon, por favor!” El agónico mensaje de víctimas del caso de la ladrillera

El asesino —padre de un diputado— disparó a sus socios, salió para recargar su arma y luego regresó para rematarlos.

29.11.2023 10:26

Lectura: 5'

2023-11-29T10:26:00-03:00
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En las últimas horas, el periodista Eduardo Preve difundió en redes sociales el contenido de la llamada que una de las víctimas del empresario Humberto Radiccioni hizo antes de morir. Radiccioni, de 76, fue detenido en setiembre pasado tras cometer un doble asesinato en Empalme Olmos. El crimen ocurrió en una fábrica de ladrillos en la que víctimas y victimario eran socios.

En la grabación de la llamada se aprecia cómo uno de los hombres —herido y con notorias dificultades para hablar— se comunica con el 911 para pedir ayuda. El audio demuestra que la atención recibida no es todo lo eficaz que se desearía, ya que la funcionaria no percibe que está hablando con un herido y pierde segundos vitales en repreguntas. 

En la misma grabación se escucha la voz del asesino que, de regreso al lugar, insulta a las víctimas y las remata a sangre fría, entre los gemidos de dolor de los agonizantes.

Imputado por los asesinatos, Humberto Radiccioni se encuentra actualmente cumpliendo prisión preventiva en modalidad domiciliaria, en una casa de veraneo en el balneario Atlántida.

En su espacio radial La Tapadita (M24), Preve se refirió a presuntas implicancias políticas del caso, y no descartó que el asesinato hubiera sido premeditado y con fines económicos.

Según el reportero, la historia se remonta a 2019, cuando Radiccioni requirió un abultado préstamo para —según dijo entonces— abrir una nueva ladrillera, además de la que ya poseía y en la que acabaría por ocurrir la tragedia.

En lugar de concurrir a un banco o una institución financiera, el empresario recurrió al escribano Nicolás Bruzzone, con quien ya había trabajado en otras ocasiones. Bruzzone lo contactó con un amigo, el empresario Jorge Percovich, hijo de un conocido rematador canario, ya fallecido, quien le prestó 220.000 dólares.

De acuerdo con el citado informe, Radiccioni habría usado buena parte de esa suma para costear la campaña electoral de uno de sus hijos, Javier Radiccioni, quien fue electo diputado por el Partido Nacional en Canelones.

Luego, necesitado de más dinero y sin haber montado la empresa prometida, propuso a Bruzzone y Percovich ser socios suyos en la ladrillera que poseía desde siempre. Ambos aceptaron y así dejaron en minoría societaria al dueño original.

El informe añade que en marzo de este año, y tras varias intimaciones, Humberto Radiccioni devolvió finalmente el dinero adeudado. Asimismo, instaló junto a su hijo Javier una nueva ladrillera en la zona de Pan de Azúcar, con la que buscaría hacer competencia a la que tenía de antes y cuyo control directivo había perdido.

El informe señala que existe la sospecha de que el crimen podría obedecer a un plan del empresario para recobrar su empresa sin pagar por ello. En ese sentido, Preve detalla que el terreno de Empalme Olmos donde se encuentra la fábrica está hoy a nombre de uno de los hijos de Radiccioni, y que apenas semanas después del asesinato ese descendiente hizo una intimación de pago a la empresa por el arrendamiento. Con dos socios asesinados y uno arrestado, la empresa estaba cerrada y no pudo pagar, razón por la que el acreedor intentó llevarse mercadería —más de cuatro camiones con remolque— como compensación. El retiro de la mercadería fue impedido por el personal de la ladrillera, a quienes también se debía dinero.

De acuerdo con Preve, durante el intento de desalojo uno de los hijos del homicida mostró el contrato, y en el documento él figuraba como socio, no su padre.

El crimen

Tal como se lee líneas arriba, el asesinato de Bruzzone y Percovich se perpetró a sangre fría. En el video se aprecia cómo el septuagenario espera a que sus socios ingresen a un ómnibus utilizado como oficina, momento en el que no se produce ninguna discusión o altercado. Luego él ingresa al vehículo y allí dispara contra ambos.

Posteriormente, y sabedor de que los dos hombres seguían vivos, regresa a su casa, dentro del mismo predio, con el fin de recargar su arma. Finalmente, regresa al bus y remata a los empresarios, momento del que queda registro en la llamada de una de las víctimas.

Ambos occisos eran más jóvenes que su asesino. Según Preve, rondaban los 40 años y uno de ellos, Nicolas Bruzzone, tenía una hija de un año.



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