Visiblemente reblandecido, Daniel Ximénez busca un mensaje de su hija Valentina en el celular y dice, en confianza, que todavía está sorprendido por el cariño de la gente en su departamento. Al llegar al chat con su hija, muestra la foto de una paciente, añosa, saludando con la mano para la foto y sonriendo en una cama de hospital. “Esa viejita me cambiaba los pañales a mí”, dice el entrevistado. La señora mayor estaba internada en el sanatorio minuano Camdel. Se había “escapado” de su casa, donde estaba alejada de los fríos, para ir a saludar al electo intendente en la caravana por Minas. Cuando lo vio pasar, sufrió el síndrome de Takotsubo, también conocido como miocardiopatía por estrés o “síndrome del corazón roto”.
Entre la alegría por una nieta recién recibida de enfermera y su querido Daniel elegido intendente de Lavalleja, la emoción de la señora le jugó una mala pasada y terminó internada. La anécdota le viene como anillo al dedo a Ximénez (59), el primer intendente del Frente Amplio en ganar en Lavalleja, para ilustrar lo importante que ha sido en su vida ganar las pasadas elecciones departamentales, en un hecho histórico.
Y eso que Ximénez había tirado la toalla, años atrás, cuando la política lo “aburrió”. Pero este año vio una oportunidad, cuando notó que el Partido Nacional era una olla de grillos, y militantes de otros partidos le juraban lealtad. Vio una oportunidad para “terminar con 40 años de clientelismo duro” y ponerle fin, también, a lo que llama “dictadura electoral”. “Hablo de contratar gente y presionarla para que vaya a algún comité, condicionar su contratación definitiva a una participación activa en las elecciones, desparramar canastas de materiales a piacere. ¡Eso no se puede hacer! […] Hay que cambiar las reglas para que esas cosas no pasen más”, dice enfático.
También habló de las presiones a dirigentes o funcionarios de la Corte Electoral para cambiar el resultado de la elección. “Hay que dar una señal muy fuerte a todo el sistema político y desde todos los partidos, porque esto no ocurría desde hace 50 años. Es lamentable que haya pasado en Lavalleja, pero no podemos mirar para el costado”, dijo.
¿Su vocación es la medicina o la política?
La medicina, 100%. Esto de la política fue algo colateral que llegó a mi vida.
Es médico cirujano, de profesión. ¿Qué lo impulsó en el año 2009 a involucrarse en política?
El punto de partida fue la exposición que tuve cuando fui director del hospital durante casi 10 años. Se armó un buen equipo, la gente nos evaluó como una buena gestión, pudimos hacer muchas obras, mejoramos muchas cosas en el hospital. Entonces ahí tuve una exposición pública que me hizo entrar a la política. Los funcionarios del hospital me pidieron usar mi nombre para que estuviera dentro de la posibilidad de elección. Después, la fuerza política visualizó lo conocido que era, la gestión que había hecho, y ahí empecé a participar. Estamos hablando de la primera vez que fui candidato a la intendencia, en 2009 para 2010.
¿Ya era un militante frentista?
Era votante frenteamplista, pero nunca tuve militancia, ni en facultad ni nada. Tenía mucho laburo: fui docente casi 10 años en la facultad. La especialización me llevó casi 10 años, y después estuvo la posibilidad de trabajar en Minas y nos regresamos con mi señora, que también es de Minas. Ya teníamos uno de los cuatro hijos que tenemos hoy, y elegimos como opción laboral y de calidad de vida esa ciudad para criar a los gurises.
Ya había sido candidato en 2010 y 2015, y se alejó de la política. “Me aburrió”, dijo usted. Pero alguna llamita había por ahí, porque volvió... y ahora resultó electo intendente. ¿Qué lo motivó para volver?
Cuando digo que me aburrió la política me refiero a que no tenía incentivo para trabajar. Soy un tipo ejecutivo, me gusta hacer cosas. Y volví por el compromiso con la fuerza política, el enojo que tenía la gente de Lavalleja, el enojo que obtuvo en su momento la gente de Lavalleja por las cosas que pasaron, sobre todo en el escenario del Partido Nacional, con esos acuerdos y acomodos, cosas que no comparto en la actividad política. Y, después, tuvimos un escenario que nunca habíamos tenido: la posibilidad real de ganar la intendencia. Yo me iba a quedar con un sentimiento de culpa si no participaba, sobre todo por los viejos frenteamplistas, que fueron los que trabajaron sabiendo que no iban a tener ninguna posibilidad, y los viejos, y no tan viejos como yo, que pensábamos que nos íbamos a morir sin ver un gobierno frenteamplista en Lavalleja.
Me costó mucho tomar la decisión. Hablé primero con mi familia, cosa que no había hecho antes. Siempre te tirás y después la última en enterarse es la familia. Sabía que era muy duro para mi familia porque era un cambio radical. Yo trabajo mucho, tengo que compatibilizar el tiempo familiar, el trabajo, pero estos primeros meses van a ser muy intensos; no hemos parado después de la campaña. Es una gran responsabilidad, pero me agarra en una etapa diferente de la vida también.
Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal.
Por primera vez, el FA ganó en su departamento. ¿Es consciente de que al ganar la Intendencia de Lavalleja hizo algo histórico?
Sí, te cuesta caer, pero es así. Yo tuve una conexión diferente en esta campaña con la gente. Yo creo que la gente quería un cambio en Lavalleja, vio a mi persona, y quería la posibilidad de lograr ese cambio conmigo. Es por eso que ya antes de que yo definiera que sería candidato y después, durante la campaña, mucha gente que no es de mi partido —blancos, colorados, cabildantes— se sumaron, porque se acercaban y me decían: “Nosotros te vamos a apoyar para que vos seas el intendente”. Yo pensé que me iban a votar nomás, pero hubo dos grupos que se formaron espontáneamente, sin que los fuéramos a buscar, y se armó un grupo con el lema Frente Amplio, que se llama “Blancos con Daniel”, y después otro grupo, “Colorados, blancos, cabildantes y frenteamplistas con Daniel”.
“Creo que la gente quería un cambio en Lavalleja, y quería la posibilidad de lograr ese cambio conmigo. Por eso antes de que yo definiera que sería candidato, mucha gente que no es de mi partido me dijo: ‘Te vamos a apoyar para que seas el intendente’”
¿Y usted intentó seducirlos para que lo apoyaran?
No, a mí me apoyaron 13 grupos. A ninguno le prometí ningún cargo, ninguna dirección. Me parece que esa es la base fundamental: son los pilares para ser un buen gobierno. Si no empezás a armar un Frankenstein con gente que no conocés, con gente que no está compenetrada con tu forma de trabajar.
El senador nacionalista Sebastián Da Silva dijo que el PN hizo todo mal en Lavalleja, y usted le dio la razón, de algún modo. Usted habló de “líos” y molestias en los acuerdos y por no avalar candidaturas jóvenes entre los blancos. Aprovechó esas rencillas en la interna blanca. Recién habló de “acomodos”: ¿a qué se refiere?
Lo de los acomodos es así: primero empezamos con los hermanos, de forma cruzada. Con [la exintendenta nacionalista] Adriana Peña ingresó el hermano del exintendente [Mario García], después al revés. Empezaron con cargos con compensaciones, ahí ya hizo ruido…
“A la Caram”, podríamos decir…
Sí. Eso me hizo volver, porque yo creo que Lavalleja iba camino a eso. Yo lo dije en la campaña: acá hay dos caminos: o se le golpea la espalda al exintendente y le dicen “siga, siga, que está todo bien”, o buscamos un cambio. La lectura que teníamos que hacer de la elección es que fue muy poca la diferencia, eso hay que tenerlo arriba de la mesa para gobernar. Es una señal muy fuerte. Pero después de la interna, después de haber estado peleados visceralmente los dos candidatos, ellos se aliaron y ahí acordaron: Adriana [Peña] a la diputación, y su primera suplente sería la esposa de Mario García. Y se decía que, si Mario ganaba la intendencia, el secretario general iba a ser el esposo de Adriana Peña. Y además dos dirigentes de afuera. Una de los dirigentes fue la anterior diputada por el departamento, Alexandra Inzaurralde, que quería ser candidata a la intendencia. Eso generó ese enojo y ese escenario único para nosotros.
Y después la votación de octubre nos ayudó también, porque en el imaginario de la gente quedó dividido en tercios el departamento. La diferencia entre Partido Nacional (PN) y el Frente (FA) fueron 700 votos. Si bien son elecciones totalmente diferentes, las nacionales y las departamentales, esa poca diferencia de votos en el imaginario de la gente empezó a hacerles creer que era posible. Y, después, tuvo mucho que ver también el diseño que hicimos de la campaña. Yo dije que no quería salir a lo loco a hacer la campaña política. “Nos vamos a tomar un tiempo para ver una estrategia, para ordenarnos, tratar de cumplir con los pasos de la campaña”. Y lo cumplimos.
Tuve un equipo muy lindo de gente de Lavalleja que trabajó mucho para darle contenido a la campaña, porque yo veía que las campañas nacionales y departamentales son muy superficiales. No hay profundidad en los temas, no hay propuestas concretas que llegan a la gente. Es mucho marketing, muchas cosas sin contenido. Y nosotros marcamos agenda con temas importantes para la gente, sobre todo la falta de trabajo.
Lo escuché decir que un diferencial fue que usted recorrió “el campo” en Lavalleja. ¿Qué se encontró fuera de la capital, Minas? ¿Qué necesidad tiene la gente?
Nosotros teníamos un grave problema en Lavalleja, porque perdimos de censo a censo; pasamos del 10% de la población rural, que era un buen porcentaje comparativamente con lo que es la población nacional rural, a un 4%. En 10 años perdimos mucha gente en el campo. El Partido Nacional no le da nada al campo, no le da nada. Lo único que hace es peinarle los caminos dos meses antes de las elecciones y salir a buscar los votos. La tradición es tan fuerte que es difícil romper esos nichos de votantes tradicionales.
Pero yo dije que iba a hacer un gobierno para todo el departamento y yo creo que el campo es la principal fuente en el PBI de Lavalleja. Tenemos que darle calidad de vida a la gente que se quiere quedar en el campo, porque hay mucha gente que quiere quedarse en el campo y no puede. Entonces: mejorar la conectividad a través de la caminería rural, construir la columna vertebral del departamento... Yo puse el ejemplo de mis abuelos que vivieron en el campo, en la zona rural de Lavalleja: vivieron más de 80 años —mi abuela—, y nacieron y se murieron escuchando que se iba a hacer la ruta 108, que es la ruta que atraviesa el departamento. No hay conectividad. Las escuelas rurales están casi vacías.
“El Partido Nacional no le da nada al campo. Lo único que hace es peinarle los caminos dos meses antes de las elecciones y salir a buscar los votos. La tradición es tan fuerte que es difícil de romper esos nichos de votantes tradicionales”
¿Hay suficiente acceso al agua en el interior del departamento?
El tema agua quedó arriba de la mesa después de la seca histórica que hubo en nuestro país. Pero recorriendo la campaña supe que la gente tiene problemas con las aguadas para los animales. La intendencia promete ayuda y hacen tajamares de mala calidad donde el agua se pierde, se pudre, por no tener la altura necesaria. Y también hay problemas para el consumo humano. Entonces son cosas que cambian la calidad de vida y son las cosas básicas que tiene que tener la persona que decide vivir en el campo.
Nosotros en la ciudad tenemos los residuos, nos levantan los residuos, nos iluminan las calles, nos pavimentan las calles. Tenemos acceso a educación, a la cultura, a espacios culturales. El campo no tiene nada de eso.
Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal.
¿Y también falta acceso a la educación?
Falta acceso. Faltan instrumentos o logística que permitan que la gente que vive en el campo pueda trasladarse o pueda estudiar sin perder la radicación. Porque nunca ha habido una mirada de acompañar la enseñanza, desde que los gurises entran en el jardín de infantes o en la primera etapa hasta que definen ir a una UTU, ir a la UTEC o ir a la universidad. Hay que invertir plata en eso, hay que invertir dinero, y el Estado uruguayo y las intendencias no tienen esa mirada. Yo creo que es parte del desarrollo que puede tener la campaña del campo: mantener a los jóvenes en el campo.
Hay muchos jóvenes que quieren vivir en el campo. Yo me encontré con cantidad de ejemplos, por ejemplo, de un padre que, vendiendo leche, le dio la educación a tres hijas universitarias. Dos de ellas no se van a quedar en el campo, pero hay una que se quiere quedar en el campo. Y él, con el pedacito de tierra tan chiquito que tiene, no puede mantener dos familias. Entonces, hay que invertir recursos. Y después lo otro, que hay pobres también en el campo. Y la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿dónde los vamos a asistir? ¿Les damos las condiciones para que se queden en el campo y se pone plata para que la gente se quede en el campo? ¿O esperamos que vengan a agrandar la periferia de la ciudad y después entren en los planes del Mides o de la asistencia que les da el Estado? Esa es la pregunta que tenemos que hacernos como sociedad.
Ha dicho que “hay mucha tierra improductiva” en Lavalleja. ¿Qué hay que hacer para que sea productiva?
Hay que ir a buscar a la gente que quiere plantar olivos. Y como en el parque industrial que proyectamos construir vamos a exonerarles [impuestos] a empresas para que se radiquen, para que generen fuentes de trabajo, creo que hay que generar instrumentos que permitan llegar a más productores de olivos, a más viñedos.
Tenemos la experiencia de Canelones, que no es comparable, y hemos visto cómo se ha desarrollado en la costa de Maldonado con muchas bodegas. Eso es algo a largo plazo, pero que genera muchas fuentes de trabajo. Hay que trabajarlo a eso.
“Hay que ir a buscar a la gente que quiere plantar olivos. Y como en el parque industrial que proyectamos construir, vamos a exonerarles [impuestos] a empresas para que se radiquen, para que generen fuentes de trabajo, que permitan llegar a más productores de olivos, a más viñedos”
El presidente de la Junta Electoral, el blanco Miguel Azurica, denunció que hubo “presiones” y “amenazas” de correligionarios suyos, en la previa del escrutinio. Dijo en Desayunos informales: “Si no hubiéramos puesto la guardia blanca en las urnas, hoy estaría desayunando en mi casa”. ¿Cree que estaba todo dado para un fraude electoral, para que no ganara el FA?
Yo creo que lo intentaron. Creo que fue un error tratar de modificar un escrutinio que ya estaba hecho. Porque es muy difícil que vos cambies… con todas las miradas que tenía ese escrutinio era muy difícil cambiar el resultado de la elección. Pero los votos observados no estaban contados. Nadie sabía cuántos eran los votos observados.
Lo que no puede pasar es que se presione a dirigentes o a funcionarios de la Corte Electoral, que son elegidos, para modificar una elección. ¿Qué sentido tenía esa reunión? ¿Evaluar qué? Si vos podías estar presenciando el escrutinio, tanto con tus delegados del partido como vos mismo, es algo abierto, podés ir a verlo. ¿Cuál era el sentido de esas reuniones? Hay una instancia judicial en la que se inició ese reclamo. No sé qué va a pasar, pero me parece que hay que dar una señal muy fuerte a todo el sistema político y desde todos los partidos políticos, porque esto no ocurría desde hace 50 años. Es lamentable que haya pasado en Lavalleja, pero no podemos mirar para el costado.
Usted dijo que cree que uno de los que presionó a la Corte Electoral compitió contra usted en las pasadas elecciones. ¿A quién se refirió?
Lo dijeron ellos. Con el correr de los días, se supo quiénes fueron todos los dirigentes que estuvieron en las reuniones.
¿Ha hablado personalmente con Azurica o con alguno de los que estuvieron presentes en esas reuniones? ¿Se enteró de más detalles de esas presiones y amenazas?
No, nunca hablé. Creí que no correspondía. Lo que hay que transmitirle a toda la población es lo que pasó en la Corte Electoral departamental de Lavalleja y lo que pasó en esas famosas reuniones en un hotel. El funcionamiento de la Corte fue excelente, el trabajo de los funcionarios de la Corte fue excelente. Nadie cuestionó la elección. Yo no quiero tener información, no me corresponde a mí. Tiene que actuar la Corte Electoral y, si es necesario y así lo entiende, que lo dirima la Justicia.
¿Qué va a hacer el FA, y qué cree que debería hacer el PN al respecto? ¿Se va a dejar todo así como está, sin investigar qué sucedió el 11 de mayo?
El FA generó una instancia con todos los presidentes de todos los partidos, porque la idea es dar una señal a todo el país, no solo de un partido. No podemos echarles las culpas a los votantes de esos partidos por esos dirigentes que tuvieron esas reuniones. Los votantes del Partido Nacional de Lavalleja no tienen nada que ver y están en contra de las cosas que pasaron. Pero tiene que haber una señal bien clara de todo el sistema político, sobre todo porque en esas reuniones participaron muchos jóvenes. Y vos tenés que dejar un mensaje bien claro de que eso no se puede hacer.
Este tema lo tratamos en el secretariado nacional del FA. Yo participé en esa reunión, y se resolvió que toda la fuerza política va a hacer un seguimiento, va a actuar. Escuché que en el Senado ya se había planteado el tema. Esto va a tener seguramente una discusión parlamentaria, y la resolución después depende de la fuerza política.
Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal.
El intendente electo de Soriano, Guillermo Besozzi, fue imputado por siete delitos —peculado, tráfico de influencias, concusión, cohecho simple y abuso de funciones, entre otros— y se lo está investigando. Él ha dicho que, si va preso, todos los intendentes deberían ir presos también, en el entendido de que se lo está juzgando por competencias inherentes al cargo de jefe comunal. ¿Comparte? ¿Tiene algo de razón Besozzi?
Muchas veces se utilizan herramientas de una forma que no es la adecuada en las intendencias. Se empiezan a usar, y lo empezás a ver como algo natural. Lo empezás a naturalizar como algo que está bien. Y hay cosas que están mal, que no se pueden hacer. Nosotros hemos sufrido en Lavalleja 40 años de clientelismo duro. Hablo de cosas que no se pueden hacer: de contratar gente y presionarla para que vaya a algún comité, de condicionar su contratación definitiva a una participación activa en las elecciones, de desparramar canastas de materiales a piacere. Ponele, una canasta que tiene determinados productos, se reparte y le dan dos chapas a uno, una bolsa a otra. ¡Eso no se puede hacer! Es parte de la modernización que tiene que tener la administración. Cumplir con las reglas actuales y cambiar las reglas para que esas cosas no pasen.
“Muchas veces se utilizan herramientas de una forma que no es la adecuada en las intendencias. Se empiezan a usar, se naturalizan como algo que está bien. Y hay cosas que están mal, que no se pueden hacer”
¿Cuál es la norma del ingreso a trabajar para los funcionarios de la Intendencia de Lavalleja? ¿La norma es el ingreso por concurso y llamados abiertos, o por designación directa?
Por designación directa. En el año 2023, la Intendencia de Lavalleja fue la que más contrató personas en todo el país. Es una práctica que empezó con el exintendente [Héctor] Bolita Leis, quien instaló el trabajo zafral en Lavalleja, y lo empezaron a usar como una herramienta electoral. ¡Y les salió terrible el negocio, porque así gobernaron 40 años! Yo dije el otro día en la plaza, cuando festejamos: “Se terminó la dictadura electoral en Lavalleja. Cada funcionario de la intendencia va a votar a quien quiera y no vamos a presionar a nadie para que participe en política, y para que doble listas o tenga que pisar un comité. Eso no corre más”. De ahora en más, el ingreso por sorteo o por concurso será la norma, independientemente de que se vote la ley.
Yo creo que la ley que obliga a todas las intendencias a ingresar por concurso se terminará votando. Ya tiene media sanción en Diputados. Esa es la ley más importante para las intendencias, sobre todo del interior, porque va a obligar a los dirigentes a desarrollar cada departamento, y a no seguir con este clientelismo para mantenerse en el poder.
Hablemos de los planes para su gestión como intendente. Ha prometido la creación de un parque industrial, similar al que hay en otros departamentos, que tendrá exoneraciones fiscales, y otro en asociación con Ancap. ¿En qué consistirán ambos proyectos?
Yo tenía la idea —y lo vemos cada vez que entramos a Montevideo o cada vez que recorremos otros departamentos— de cómo se han desarrollado los parques industriales. Han cambiado, han aumentado la posibilidad de trabajo, que es lo que pide la gente en Lavalleja. La idea que yo tenía era instalar un parque clásico con un predio, con logística, luz, agua, datos, exoneraciones fiscales para que ingresen las empresas y que podamos llevar para generar mano de obra genuina. Y el otro era generar energía a través de la clasificación de residuos e intercambiar con Ancap esa energía y cobrar con portland.
Lavalleja es el único departamento del interior que tiene dos cementeras y nosotros seguimos haciendo calles y caminos de muy mala calidad, que tienen una vida útil muy corta. Queremos volver a la construcción y darle valor agregado al portland. Ramón Méndez nos juntó los dos proyectos. Hicimos una reunión con la presidenta de Ancap, porque él nos decía que el transporte de la energía sí o sí, por ley, lo tiene que hacer UTE y eso te condiciona el negocio y te condiciona los números. El parque se va a instalar en el predio de Ancap que tiene espacio, tiene ferrocarril en su seno, es una línea que está funcionando y es muy buena para el transporte.
Montevideo (Manga) saca la producción de Ancap de portland y se va a poner una fuente energética en el predio que puedan usar las industrias que así lo quieran. Eso tiene mucho que ver con la mejora del rédito económico de esas empresas: tener una fuente energética que tenga un beneficio, que sea menos costosa que los agentes energéticos clásicos que tiene Uruguay, como la electricidad, el gas u otro tipo de energía. Y se va a hacer una conexión directa de esa fuente energética con Ancap.
Ancap produce portland, el 70% es energía eléctrica y lo otro es carbón de coque, pero, aunque no se completó el reciclaje de la planta (que es muy vieja), se hizo una tapa que es fundamental: es la tapa del horno, que ya es compatible con la quema de residuos, con la quema de aceite, con fuentes energéticas alternativas y con un buen control del medio ambiente. Vos no podés desarrollar nada si estás agrediendo tu medio ambiente.
Tanto en el departamento de Paysandú como en Treinta y Tres, el problema más grande es el desempleo. Por lo que contó, esto también es un dolor de cabeza en Lavalleja…
Nosotros tenemos un desempleo que es estructural, clavado en 9,3% desde hace mucho tiempo. Mejora un mes y medio, porque Maldonado absorbe mucho trabajo, sobre todo para el mes y medio de la temporada. Antes había tres meses de temporada: la gente se iba de diciembre a marzo a trabajar a Maldonado. Mucha gente de Lavalleja iba a hacer la temporada y con eso tiraba casi todo el año. Hubo épocas muy buenas, pero eso se perdió porque cambió el turismo. Las estadías son más cortas. Hace 15 años, la primera vez que fui candidato, me reclamaban trabajo, y el segundo ítem que apareció ahora es un cambio en la forma de gestionar y administrar los dineros de la intendencia.
“Nosotros tenemos un desempleo que es estructural, clavado en 9,3% desde hace mucho tiempo. Mejora un mes y medio, porque Maldonado absorbe mucho trabajo, sobre todo para el mes y medio de la temporada”
¿Y la limpieza? ¿Es un problema grande o el sistema de recolección de residuos está dando resultados?
No, no es un problema; son ciudades más chicas. Por suerte hay una buena cultura de cuidar la ciudad. Por supuesto que la pobreza se nota… Hay 1.500 familias por debajo de la línea de pobreza, yo creo que son más. La desocupación, la situación de gente viviendo en la calle (que antes que no existía, sobre todo en Minas) y la gente comiendo en contenedores, eso se ve. Eso muchas veces afecta la limpieza del microcentro, pero son problemas puntuales, no es cultural. Nosotros queremos seguir la experiencia de Canelones con contenedores domiciliarios, con las composteras y la clasificación adecuada de los residuos. Vamos a empezar por pequeñas localidades y por algunos barrios de la ciudad.
Más de 650.000 dólares costó el cartel de Minas, en un cerro del barrio La Coronilla. ¿Va a seguir adelante con eso? ¿No es despilfarro?
Yo no lo puedo echar para atrás. Eso fue una licitación pública, la hizo un intendente electo por el pueblo siguiendo la normativa vigente. El 70% de la población de Lavalleja está en contra de ese cartel. Lo peor que puede pasar es que yo le pague los 700 mil dólares a la empresa que ganó la licitación y que no tengamos el cartel. No se puede rever el contrato. Yo no lo he visto el contrato. ¿Y sabés qué? Creo que vamos a llegar tarde, porque, como van las obras, seguramente lo van a inaugurar antes de que yo asuma.
Ganó apenas por 95 votos (17.535 del FA contra 17.440 del PN). ¿Eso le puede complicar la gobernanza en el departamento?
Yo creo que no. Creo que no porque la figura del intendente que va a asumir trasciende los partidos; eso es una fortaleza que tengo. Yo tengo un buen vínculo con todos los partidos políticos. En la campaña política muchas veces se calientan los motores y se dicen cosas de más… Pero yo dije desde el día cero, cuando empecé la campaña, que el intendente va a estar en dos ámbitos que son irrenunciables, que no son delegables: por un lado, en una mesa de negociación con la oposición en forma permanente durante los cinco años. Yo creo que ese ámbito tiene que ser la Junta Departamental, con coordinadores de bancada o con referentes de los partidos. Lo que yo les pido es que sea siempre la misma persona.
Y el otro ámbito es una mesa de trabajo con los alcaldes y con la alcaldesa que tiene que ser los cinco años. Tenemos que trabajar juntos. Creo que es el único departamento que tiene el intendente de un partido y después hay un alcalde del Partido Colorado y los otros son todo el Partido Nacional; del FA no tenemos ninguna alcaldía. No importa. Yo voy a trabajar para el departamento y quiero que le vaya bien a cada uno de los alcaldes, porque eso va a mejorar la realidad del departamento.
¿Y le va a dar lugar a blancos y colorados en el gabinete departamental?
Y… puede ser, todavía no están definidos los nombres, eso no está cerrado. Todavía no tenemos los nombres. Fuimos muy cuidadosos de no dar nombres. Esta semana vamos a definir los criterios de elección. Hay determinados cargos que son de extrema confianza del intendente y los va a elegir el intendente, como la Secretaría General y como Jurídica, Hacienda y Comunicaciones. Los otros se van a estudiar los diferentes perfiles. Van a participar en el gobierno no solo profesionales con excelente currículum. Muchas veces se deja afuera gente que quiere trabajar por su departamento, y a veces no tiene espacio.
¿Con qué se sentirá realizado dentro de cinco años, cuando le toque dejar la intendencia?
Primero, el rediseño institucional que hay que hacer en la intendencia, que eso es algo que va a quedar para el resto. Armar un buen proyecto de turismo, también. La propuesta de este candidato en las elecciones departamentales ante la ciudadanía y ante los operadores turísticos fue: Yo no tengo un programa de turismo, no tenemos un proyecto de turismo. No tenemos un referente potente en el departamento que tenga el expertise para decir: “este tipo es la persona indicada”. Tenemos que construir un buen proyecto que perdure y pase las administraciones. Un proyecto integral, bien robusto, porque el turismo en Lavalleja tiene potencial de crecimiento brutal, y es lo que más rápidamente puede generar fuentes de trabajo genuinas, permanentes y de buena calidad.
¿Va a seguir trabajando como cirujano?
Sí, tengo que acotar mucho mi actividad como cirujano. Yo ya tenía previsto empezar un retiro, bajar la carga horaria de trabajo. Yo hago 15 días de guardia; es mucho. Tengo una hija que es cirujana y quería acompañarla dos o tres años. Es divino operar con mi hija Valentina, pero ahora tengo otra responsabilidad. Y la asumo con mucho respeto. La idea es hacer un buen gobierno. Eso es lo que quiero.
¿Qué le dijeron sus hijos Valentina (33), Bruno (29), Federica (25) y Juan Manuel (23) cuando se conoció la noticia de su elección como intendente?
Estaban re contentos… Te muestro un mensaje [N. de R.: Daniel Ximénez no puede evitar emocionarse, mientras busca el mensaje en su celular]. “Estoy muy orgullosa de vos, por la campaña que hiciste. Y por la persona que sos. Gracias por esperarme para el festejo. Nunca me lo voy a olvidar. ¡Te quiero mucho!”.
¿Es feliz?
Sí, soy feliz. La vida son instantes de felicidad, el tema es que tenemos que saber aprovechar ese conjunto de instantes. Hay cosas importantes que a veces no valoramos; muchas veces trabajamos para acumular y para comprar cosas materiales que no usamos o que no son importantes.