El senador del Frente Amplio (FA) Daniel Caggiani se refirió a la expulsión de su hermano Pablo, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), de la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu).

En diálogo con Quién es quién, el legislador del Movimiento de Participación Popular (MPP) admitió que la decisión del sindicato le “entristeció un poco”. Si bien admitió que “queda horrible que hable de su hermano”, Caggiani recordó que Pablo fue el primer maestro en presidir la ANEP.

Nunca en la historia de la ANEP hubo un presidente maestro. El sindicato de maestros de Montevideo, en vez de tomar eso como un logro histórico, terminó mirando la película por otro lado”, expresó.

En esa línea, el senador del MPP dijo que la resolución de Ademu le hizo pensar en que “hay miradas que son muy cortas”. “Sin dudas, esta es la apertura de una puerta que va a servir a muchos maestros y maestras que hoy se están formando y que de repente mañana pueden no solamente ser presidente de ANEP, presidente de la República y lo que quieran”, expresó. 

Según Caggiani, “resolver estos temas de esa manera no es lo mejor”. “Estamos hablando de un conflicto tenía que ver con el tema de violencia, no era un conflicto sindical presupuestal, no se había decretado la esencialidad por parte…”, dijo el senador del FA, quien recordó que ese mismo 10 de noviembre Ademu se había reunido con el presidente del Codicen y Yamandú Orsi.

Fue el mismo día que los había recibido el presidente de la República y el presidente de la ANEP. “Creo que termina ensuciando un poco eso, pero bueno, después lo otro de la vida siempre da revanchas y acá hay que seguir trabajando”, sostuvo. 

Caggiani dijo desconocer los argumentos por los que su hermano fue desafiliado del sindicato y reivindicó su trayectoria sindical. “Nosotros venimos de una familia que toda la vida fue de izquierda, que tenemos amigos de nuestros padres que son desaparecidos, que algunos fueron exiliados políticamente, otros económicamente. La vida nos ha enseñado que hay cosas mucho más importantes que lo personal”, expresó.

Pablo ha sido un militante sindical y social toda la vida y no va a dejar de serlo por no estar en el sindicato”, reafirmó el legislador del MPP. 

Los entretelones de la expulsión de Caggiani

Ademu vivió horas complejas desde los primeros días de noviembre, cuando un grupo de jóvenes, dirigido por una madre, ingresó a la Escuela nº 123 de Jardines del Hipódromo y agredió a golpes tanto a padres como a maestros.

Para los dirigentes de Ademu, esto marcó un “antes y después” porque, más allá de que se trató del sexto conflicto a golpes en centros educativos del país, la modalidad en que se dio el ataque implicó una violencia extrema para la que ninguno de los actores estaba preparado.

Desde entonces, y hasta este martes, el sindicato realizó tres días de paro, mientras mantuvo negociaciones con distintos actores del Poder Ejecutivo y de la ANEP.

El conflicto se fue recrudeciendo con el correr de las horas y, pese a que Caggiani es una figura conocida en el mundo sindical y educativo, las conversaciones con las autoridades no habían llegado a buen puerto, según el Secretariado Sindical de Ademu.

El momento más tenso del conflicto se vivió cuando Ademu planteó a las autoridades que no existían garantías de seguridad para retomar las clases, ya que en el centro de Jardines del Hipódromo los atacantes seguían amenazando a algunos padres para que no denunciaran.

El viernes 7 de noviembre, a última hora, en asamblea, Ademu resolvió extender las movilizaciones y paralizaciones en escuelas de Montevideo por un día más. Mientras tanto, Caggiani mantuvo reuniones con jerarcas del Ministerio del Interior y estuvo en contacto con Presidencia, desde donde el mandatario Yamandú Orsi seguía de cerca la situación.

Durante el fin de semana, Caggiani y varios dirigentes de la Federación Uruguaya de Magisterio y Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) coordinaron una reunión con Orsi, que se concretó el lunes al mediodía.

El gobierno se comprometió a aumentar el patrullaje policial en las escuelas más propensas a este tipo de situaciones, mientras que Fiscalía avanzaba con la investigación por el caso de agresión en Jardines del Hipódromo.

Con el conflicto casi resuelto, Ademu convocó a sus afiliados a una nueva asamblea, a la que asistieron poco más de 400 personas. Cuando comenzaron las paralizaciones, un sector del gremio había presentado una moción para desafiliar a Caggiani, al considerar que el presidente de la ANEP no los representaba y tomaba decisiones que no favorecían la resolución del conflicto.

El estatuto de Ademu establece que, para resolver desafiliaciones, se debe contar con un cuórum mínimo de 2.000 afiliados. Sin embargo, existe una alternativa: realizar un secretariado ampliado, donde se pueden aprobar o rechazar las mociones presentadas.

El lunes se trató la desafiliación de Caggiani, que fue aprobada por mayoría, junto con la de decenas de maestras que no acataron la medida sindical de paralizar sus actividades.

Si bien los miembros del Secretariado General no votaron a favor ni en contra de las mociones, sí hubo dirigentes que impulsaron la desafiliación de Caggiani y del resto de los docentes.

Algunos dirigentes sindicales que se opusieron a la decisión señalaron a Montevideo Portal que llamó la atención “el apuro” por desafiliar al jerarca “a último momento”. “Hubo apuro y ahora hay una fractura, porque ahora hay algo en la confianza que se rompe”, sostuvieron desde la interna de Ademu.

“El conflicto quedó marcado porque desafiliaron a Pablo. Esa es la noticia, y no el resto de lo que sucedió. Es una lástima”, añadió otro dirigente.

Desde el Pit-Cnt indicaron que no tomarán acciones ante lo sucedido porque no se coartó la libertad sindical de los dirigentes de Ademu. También consideraron llamativo que se adoptara una decisión de ese tipo “con alguien a quien Ademu quería dirigiendo la ANEP”.