El 19 de marzo, las autoridades de la ciudad brasileña de Santana do Livramento- que conforma una única localidad con la uruguaya Rivera- anunciaron el primer caso positivo de COVID-19.

Desde entonces, se contabilizaron en la localidad 14 casos de la enfermedad. Curiosamente -y por fortuna- no surgió ninguno en Rivera. La situación no deja de ser singular dado que -como lo sabe cualquiera que conozca la zona- Ambas ciudades son en realidad una misma localidad fronteriza, y basta cruzar una calle para cambiar de país.

En los últimos días, medios locales reportaron gran movimiento comercial y de personas en la Frontera de la Paz, nombre que recibe el área fronteriza de ambas urbes, situaciones donde se produjeron aglomeraciones en las que no se mantenía el prudente distanciamiento social, siendo también poco común el uso de mascarillas.

La única confirmación de una persona con coronavirus que estuvo en la ciudad de Rivera fue el sonado caso de un hombre de 61 años que se trasladó hasta allí desde Montevideo, y que fue trasladado de regreso a Montevideo con custodia policial, luego de acosar a una enfermera.

Más al norte, en la localidad brasileña de Quaraí -fronteriza con la ciudad de Artigas- en las últimas horas se confirmó un segundo caso positivo, relacionado con el primero.
Según informara Artigas Noticia, el primer caso ocurrido en la ciudad de Quaraí fue el de una mujer llegada de Porto Alegre, quien antes de confirmarse su situación participó de eventos religiosos y de una fiesta.

Las autoridades sanitarias de Artigas dan por hecho que alguna persona residente en Artigas haya estado en esa fiesta, por lo que redoblan esfuerzos para localizar posibles contagiados. De momento, el departamento se mantiene sin casos.

A diferencia de Rivera, Artigas y Quaraí no conforman una frontera seca. Las separa el río Cuareim y las une un puente binacional, en el que se realizan controles de temperatura a los transeúntes.