“Feliz y sin remordimientos”: madre de dos hijos desapareció en 1962 y acaban de hallarla

El 7 de julio de 1962, Audrey Backeberg estaba en una parada de ómnibus en Reedsburg, Wisconsin, Estados Unidos. Se suponía que debía abordar uno de los ahora icónicos buses Greyhound para viajar a Indianápolis, pero nunca subió al coche ni se la volvió a ver. Al menos hasta hace unas semanas.

Backeberg fue protagonista de uno de los casos de personas desaparecidas más largos en la historia del país norteamericano. Al momento de su desaparición, estaba casada y era madre de dos hijos pequeños.

En aquel entonces, la niñera de la familia le dijo a la policía que ambas habían hecho autostop hasta Madison y desde allí se disponían a tomar un Greyhound a Indianápolis. Sin embargo, la niñera decidió regresar y Audrey quedó sola en la parada del bus. Y ya no hubo más noticias sobre ella en más de seis décadas.

La posibilidad de abandono nunca fue considerada por la familia, que siempre creyó que Audrey había sido secuestrada y asesinada, por lo que solo aspiraban a hallar el cuerpo y que se hiciera justicia con el culpable.

Si bien el caso fue largamente investigado, finalmente se archivó por falta de elementos para avanzar. Sin embargo, este año la policía de Wisconsin decidió retomar varios casos antiguos sin resolver, y las nuevas pesquisas depararon una sorpresa: los investigadores hallaron una pista que conducía a un domicilio, y allí estaba la desaparecida viviendo bajo una nueva identidad.

Aunque la aparición con vida de la mujer fue todo un acontecimiento para la policía local, muchos detalles del caso siguen siendo desconocidos. De momento, las autoridades confirmaron que no hubo secuestro y que ella se marchó por su propia voluntad.

El detective Isaac Hanson, quien habló con Audrey, ahora de 82 años, dijo que ella podría haberse ido por razones matrimoniales. Sin embargo, la conversación se mantendrá confidencial, ya que no se cometió ningún delito. Así lo informó la organización Wisconsin Missing Persons Advocacy, que se dedica a rastrear personas desaparecidas.

En los registros antiguos del caso, ya existían denuncias de abusos y problemas en el matrimonio de Audrey, incluida una denuncia penal presentada días antes de su desaparición. El marido, sin embargo, se sometió a una prueba de polígrafo y siempre negó todas las acusaciones. Los familiares, a su vez, insistieron en que Audrey nunca habría abandonado a sus hijos por voluntad propia.

“Creo que ella simplemente siguió adelante, siguió su propio camino y vivió su vida. Parecía feliz, segura de su decisión, sin arrepentimientos”, dijo Hanson en declaraciones a la televisora local WISN.