El presidente del Servicio de Comunicación Audiovisual del Uruguay (Secan) y director de Televisión Nacional del Uruguay (TNU) tuvo un cruce con un usuario de Twitter por la programación y competitividad del canal público. La cuenta Tele uruguaya se preguntó en la red social cuál es el motivo por el que Canal 5 no es “competitivo”. 

“En los 90 era una opción como lo eran los canales privados, claro que había menos canales para ver, pero era común ver programas en el 5”, agregó. “La respuesta es compleja y comienza por refutar su afirmación. Canal 5 es competitivo en el público que mira TV (cada vez mayor y segmentos sociales más bajos) por otra cosa que no sean realities, entretenimiento, banalidades e informativos de gran despliegue humano y tecnológico. Para eso no tenemos recursos ni mandato”, respondió Sotelo. 

“Hacemos lo nuestro (14 horas de vivo, informativos profesionales, magazines de actualidad, apoyo a artistas y sociedad civil en general, primero productos nacional de documentales, cobertura de eventos en todo el territorio, etc.), mejorando la calidad, imparcialidad y audiencia. Además, intentamos competir más allá de la pantalla tradicional, en busca de un amplio sector que ya no mira TV. Así, desarrollamos nuestros contenidos digitales, donde crecemos día a día”, agregó el jerarca.  

¿Por qué si los recursos están (sueldos, estudios, presupuesto para programas, etc.) Canal 5 no es un canal competitivo?

En los 90 era una opción como lo eran los canales privados, claro que había menos canales para ver, pero era común ver programas en el 5.

— teleuruguaya (@Teleuruguaya) May 13, 2023

Desde la cuenta respondieron que “un canal de TV abierto generalista tiene que tener programas que mucha gente elija ver”. “Los recursos los tienen sí. Tal vez, precisamente, por ese prejuicio de que lo muy visto es ‘banal’ es por lo que el canal es tan poco visto”, apuntaron. “¿Cuál ser el problema con el género del programa?”, preguntaron y Sotelo respondió: “Ninguno, salvo que deberíamos hacer programas de entretenimiento que compitan con los grandes formatos de la TV comercial y alineados con nuestro mandato, es decir, renunciando a la frivolidad, la banalidad, la erotización y los golpes bajos para un público potencial que usted no puede definir a qué porcentaje ascendería”.