Contenido creado por Cecilia Presa
Judiciales

Los terneros de oro

“Cuando conocí a Basso, para mí me había sacado la lotería”, declaró Carrasco en Fiscalía

El fundador de Conexión Ganadera, que será imputado por estafa, dijo que no sabe leer balances y que su socio “siempre” mostraba “cifras alentadoras”.

09.06.2025 23:24

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El socio de la empresa Conexión Ganadera, Pablo Carrasco —que se adelantó que será imputado por estafa—, acudió este lunes 9 de junio a declarar en audiencia frente al equipo fiscal encabezado por el fiscal de Lavado de Activos Enrique Rodríguez.

En su extensa comparecencia, de casi dos horas, a la que accedió Montevideo Portal, Carrasco reafirmó su postura sobre que desconocía el funcionamiento financiero de la compañía que terminó con un multimillonario déficit financiero, dado que de esa parte se encargaba, según dijo, su socio Gustavo Basso.

De acuerdo con su relato, tanto él como su esposa, Ana Iewdiukow —ambos ingenieros agrónomos—, se encargaban del ganado, mientras que Basso llevaba lo contable.

“Nosotros crecimos más o menos unas 5.000 hectáreas por año de arrendamiento y terminamos con 20 estancias que eran 75.000 hectáreas, de las cuales, un poco también para afirmar los roles distintos, Basso no conocía ninguna de las 20 estancias que arrendaba”, manifestó Carrasco ante el Ministerio Público.

“Él en eso tenía absoluta confianza en nosotros y él iba a negociar el precio, pero no iba a la estancia, a ver si era buena o mala, porque eso lo decidíamos nosotros”, agregó.

En cuanto a la venta de las vacas engordadas a frigoríficos, indicó que el frigorífico le pagaba al Escritorio Basso, y el Escritorio Basso le pagaba a él.

“¿Y dónde le depositaba el dinero?”, le consultó uno de los fiscales a Carrasco. “El frigorífico, no tengo ni idea. Nunca manejé esa cuenta, ni hoy”, dijo.

De todas maneras, sí reconoció que mes a mes Basso le presentaba una liquidación: “Me copiaban en toda la liquidación que recibían”.

En ese punto, indicó que quienes le hacían llegar esos datos eran Diego Quiroga y Rodolfo Flores.

“Era una planilla con todos los inversores, el total. Abajo se veía si entraron 50 vacas que pesaban de tantos kilos, que valían tanto el kilo al año, eso dependiendo de la tasa, pero bueno, el 10% serían tantos”, ejemplificó, y agregó que “Basso cobraba una comisión que también estaba en esa liquidación”.

Consultado sobre la falta de terneros, contestó: “Yo era una persona hasta el 28 de noviembre y soy otra persona después. Yo solo conciliaba todos los animales que me entraban a mí: ternero, bono ganadero, lo que fuera; yo pedía 1.000 y me entraban 1.000. Entonces, para mí estaba bien”.

También recordó que “había lista de espera”, es decir, “supuestamente otros tomadores que Basso buscaba”. “A mí me resultaba innecesario, lo voy a decir con toda honestidad. Era innecesario hacer esa conciliación a Basso, porque para mí era la persona que cuando lo conocí me había sacado la lotería”, sumó.

“Era mi referente y él había crecido un disparate como escritorio rural. Había hecho un frigorífico de cero, tenía todo lo que yo necesitaba para saber. Y mi conciliación, de mis vacas, porque a Hernandarias le entraban vacas: más que dinero, vacas. Yo me desvelaba por esas vacas. Y eso era una tarea hercúlea. Entonces meterme en eso otro, que no lo sabía hacer... Creo que eso quedó claro hasta con [el contador Ricardo] Giovio, que tuvo grandes dificultades de ser preciso en su informe”.

“Mientras las vacas que yo pidiera vinieran y mientras la plata que necesitaba para producir viniera, eso repetido 25 años, para mí era la razón de no preguntar por eso también”, sumó.

Con respecto a las deudas del frigorífico Casablanca con Conexión Ganadera, que ascendió a entre US$ 25 a 27 millones, dijo no tener “la menor explicación”. “Y después de que me enteré, tampoco entendí”, sumó.

“Basso me dijo: ‘Nos está debiendo planta Casablanca’. La versión de Basso es que nos debían. Yo no tenía ni idea, me imaginé que era una porción de sus acciones. Entonces pensé: tenemos garantizado todo esto en acciones y me iba a sacar el gusto de poder quedarme con un frigorífico, porque mi sueño era hacer toda la cadena y vender la carne”, relató.

De acuerdo con Carrasco, Basso le admitió que Casablanca les debía dinero “en mitad o en un principio de 2023”.

“Cuando se sientan a hablar, ahí, ¿le dijo cuál era la cifra [de la deuda] en el 2023?”, le consultaron, y contestó: “Jamás”.

—¿Y usted no le preguntó?
No. Porque imaginaba que eran platas de él. Yo pensé que íbamos a quedarnos con un 5 o un 10% de frigorífico.

Asimismo, afirmó que no sabía de la deuda del frigorífico Bamidal (propiedad de Basso) con Conexión Ganadera.

Los balances de la empresa, alegó Carrasco, los pedía “cada seis meses o algo así”. “Las reuniones eran exclusivamente entre Basso y yo. Las mujeres no participaban”, indicó.

“Allí hablamos más bien de planes de futuro. El balance, él me lo comentaba porque yo casi no sé leer un balance, este no es mi know how. Pero en todos los casos me mostraba cifras alentadoras de Conexión Ganadera, del balance de Conexión Ganadera del contador [Juan Carlos] Santeugini. Nada más que veníamos bien con Basso. Bueno, él me contaba y yo suponía que era verdad”, expresó.

Negó, asimismo, que su contador personal haya revisado esos balances. “Todo venía del lado de Basso”, aseguró.

“No incursioné en profundizar en eso porque primero no sabía y no me incumplió jamás: 25 años pagando bien”, agregó.

Lo que sí admitió es conocer los resultados contables negativos que se dieron en la empresa desde el 2020 y hasta el 2024. “Con un aumento significativo de las pérdidas en los últimos dos ejercicios, los cerrados en junio 2023 y junio de 2024, las pérdidas totales acumuladas en todos los periodos ascienden a 2 millones”.

Allí señaló que su “gran problema” fue “la sequía del 2023”. “Tuvimos que tomar una decisión de salvar el ganado. Era en esos términos. Se lo planteamos a mi socio Gustavo Basso para pedirle que nos financiara la caja, que eran unos US$ 6 o 7 millones que precisábamos”, dijo, y afirmó que ese dinero se lo prestó Basso como Escritorio Rural.

“Él nos depositaba en nuestra cuenta de Hernandarias y nos cobraba intereses por eso. Eso se descontaba cuando nosotros vendíamos algo, se descontaban los intereses que estaban atrasados”, explicó sobre el procedimiento. “Nosotros sabíamos que en un año estábamos en condiciones de devolver el dinero”, afirmó.

Sin embargo, no lo pudieron pagar, de acuerdo con Carrasco, porque perdieron el control sobre el campo a finales del 2024, debido a la judicialización de la empresa.

Pese al préstamo de US$ 7 millones, Carrasco también admitió que volvió a pedirle uno a Basso en 2024, esta vez de US$ 290.000, para comprarle un apartamento a una de sus hijas. Ambos préstamos, planteó, eran con interés.

La explicación de endeudarse así fue porque tenía una “proyección de resultado” que lo favorecía. “Yo tenía un panorama excepcional para Hernandarias este año, a un precio récord de los ganados. Y yo no pude concretar este ejercicio, que debe de ser de US$ 10 millones”, destacó.

“Pensaba pagar todo de ahí. Ese era un negocio que sabía hacer y me daba mayor dinero”, apuntó.

Otras compras de apartamentos en Uruguay y España, propiedad de la familia Carrasco, fueron hechas con la misma cuenta del BROU, que estaba a nombre de la empresa Hernandarias S. A.

Sobre eso, sí hizo una autocrítica: “Yo sé que está mal, pero la cuenta de BROU era la cuenta personal de mi señora y mía a la vez que era la cuenta de Hernandarias, porque empezó chiquititito y después nos faltó la capacidad profesional de dividir las cuentas y hacer las cosas como que había que hacerlas”.

Con respecto a su sueldo, el ingeniero agrónomo afirmó: “Conexión Ganadera para nosotros [su familia] es una caja de ahorros”. “Yo cobraba US$ 1.500 y $63.000 pesos de Conexión Ganadera”, completó.