Contenido creado por Martín Otheguy
Locales

Turismo aventura

¿Cómo es viajar a Europa y volver a Uruguay en medio de la pandemia?

El uso de la tecnología evita demoras en estos tiempos tan complicados, aunque en el caso de Uruguay resta ajustar algunos detalles.

20.10.2020 14:07

Lectura: 4'

2020-10-20T14:07:00-03:00
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A finales de junio, la Unión Europea abrió sus fronteras con Uruguay (el único país en América Latina con este privilegio) gracias a su buen manejo de la pandemia. La lista "blanca" europea incluía a 15 países del mundo, de modo de contener -o al menos no agravar- la situación generada por el nuevo coronavirus en Europa..

El permiso para los uruguayos está, pero ¿cómo es la experiencia de viajar a Europa en medio de esta situación tan particular? Pongamos como ejemplo a España. El país ibérico exige al viajante rellenar un formulario de control sanitario (FCS) mediante una declaración jurada.

Se puede hacer a través de la App SPTH (Spain Travel Health) o llenarlo desde la misma web (https://www.spth.gob.es/). Una vez completada se genera un código QR, que se puede ver en la App. También se envía al viajero en un mail junto al código QR y un resumen de la información ingresada.

Al llegar a la terminal 4 (T4) de Barajas, antes de recoger el equipaje, el pasajero es ubicado en un cordón sanitario donde hay dos puestos con lectores profesionales de QR. Allí se escanea el QR obtenido en la declaración y un funcionario en el lugar verifica que la lectura sea correcta.

El trámite es ágil y no hay contacto de la gente con personal del aeropuerto. ¿Qué pasa si la persona no llenó el formulario en la app o la web? Hay una mesa con formularios y lapiceras para llenarlo en el lugar.

Después de ingresar a España, el pasajero puede moverse libremente de la forma habitual: taxi, tren o alquiler de autos.

Algo que llama la atención al llegar a la terminal T4s (terminal satélite de la T4, donde llegan los vuelos internacionales) es que está casi todo cerrado, a excepción del free shop y una cafetería. La gente hace cola de hasta una cuadra para poder tomar un café, no así en la terminal T4 -donde operan los vuelos nacionales y para el resto de Europa- donde si hay comercios, bares e incluso salas VIP funcionando.

A la inversa

¿Cómo es el caso a la inversa, la llegada a Uruguay? En la app Coronavirus.uy figura un enlace al formulario de ingreso al país (en varios idiomas) para rellenarlo online.

El formulario no es tan sencillo de encontrar en la web en nuestro país; no es fácil ni siquiera googleando ni existe un mini sitio como en el caso de España, que inventó la sigla SPTH (que facilita la búsqueda).

El formulario que figura en la app Coronavirus.uy sí es fácil de llenar y en él debe incluirse una foto y también una imagen del test PCR hecho (con resultado negativo, obviamente).

Una vez completado, el usuario recibe inmediatamente un mail con un código QR y los datos ingresados, incluyendo el adjunto del PCR. En Barajas, el test de PCR con resultado negativo se exige dos veces: al hacer el check-in y antes de abordar el avión, aunque uno tenga el QR del formulario ya rellenado.

Al subir al avión el pasajero recibe dos formularios prácticamente iguales a los ya disponibles en la app y validados por mail, pero se insiste en que es obligatorio completarlos.

Al descender en Uruguay, antes de pasar por Migraciones, hay funcionarios exigiendo uno de los formularios completados y el test PCR, lo que genera colas y acumulación de personas; además, el personal recibe papeles directamente de las personas que ingresan.

Al pasar por Migraciones se exige al pasajero el segundo formulario y nuevamente el test PCR, sin importar que ya haya sido presentado en las instancias anteriores.

Una vez en Uruguay, se debe hacer la cuarentena de 14 días aunque uno presente el PCR negativo; sin embargo, existe la posibilidad de hacerse otro test a los siete días de haber llegado. Si da también negativo, se puede salir libremente.

En resumen, el uso de la tecnología está facilitando los procesos de viajar en tiempos tan complicados, aunque en el caso de Uruguay aún faltan algunos ajustes para hacerlo más ágil.